
«El Presidente está enojado y nosotros también estamos enojados con los abusos de los precios» (Infogremiales, 7/5/21)
Esta es una declaración de Antonio Caló, secretario general de la UOM, uno de los participantes en el cónclave con el presidente en la Quinta de Olivos el último 6 de mayo.
Por fuera de ese enojo circunstancial, los comentarios sobre la reunión de los dirigentes presentes fueron todos de un alto contenido optimista y de apoyo incondicional a la gestión gubernamental. Lo que no explicaron es cómo iban a “resolver ese enojo”, porque casualmente comprobaron que “los empresarios no cumplen” (¿?). Como tampoco explicó Héctor Daer, quien declaró que le pidieron al mandatario presidencial “que los vuelva a poner cara a cara con los empresarios” (Id, 8/5/21), qué les van a reclamar a esos empresarios… que seguramente no necesitan la intermediación del Poder Ejecutivo para comunicarse con ellos.
Ese supuesto “enojo” no es la bronca, desazón, incertidumbre, de no saber qué hacer, que siente un trabajador, jubilado, joven ultraprecarizado, cuando va a hacer las compras o carga la tarjeta SUBE, o paga los servicios, el alquiler o las expensas. Este es auténtico, de bronca que surge de una necesidad de clase, de contenido real.
El de ellos son poses y chamuyo para la tribuna mientras a nosotros nos hacen los goles. Si al mismo tiempo firmaron hace pocos días un salario mínimo, vital y móvil para que alcance los $ 29.160… en febrero del 2022… qué otra cosa podemos suponer. Y una larga serie de arreglos con las patronales y sus representantes para aumentar los ritmos de producción, no arreglar las máquinas que se llevan vidas obreras, no acondicionar los edificios escolares y un largo etcétera.
Una caja que hace mucho ruido: la de las obras sociales
Sí hay un ítem que los “muchachos de las comisiones directivas” defienden a rajatabla y ahí puede haber algunos cruces con el presidente Alberto o quien se les cruce en el camino. Ese ítem es el manejo y la distribución del reintegro de los pesos de las obras sociales. Los montos que favorecen siempre a algunos más que otros y por la designación de Daniel López, al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud después del fallecimiento de Eugenio Zanarini, que no era el “candidato” de la CGT. Era David Arachuan, actual gerente del organismo. Sigue postergada la designación del alfil cegetista… para otra vez será. Igualmente, consecuente con su pleitesía hacia el gobierno, Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT y titular de UPCN, declaró que “tenemos buenas referencias de Daniel López”. (Id, 7/5/21)
El monto comprometido en esta oportunidad fue de 11.000 millones de pesos más para las obras sociales para cubrir los gastos por pacientes con discapacidad, 3.000 mil millones menos de lo acordado con el funcionario anterior en el cargo. También quedó pendiente el pedido de aumento de las cuotas de los monotributistas sociales, para poder retenerlos en una prestadora de salud.
Ni lo uno ni lo otro eran los deseos más fervientes de los sindicalistas. Pero no es motivo tampoco para romper lanzas. En lo fundamental están de acuerdo y mantienen su palabra y sus sindicatos al servicio de los planes del gobierno. Sin chistar, sin una mueca de disgusto.
Hasta que estos fondos no estén bajo la administración y control de sus dueños/as, los/as trabajadores/as, va a ser una discusión y peleas entre ellos.
Las luchas desde abajo irrumpen a pesar de los baldes de agua fría que nos tiran de arriba
De lo que no hablaron al salir del encuentro, por supuesto, es de la situación real. A los medios no hablaron, pero dentro de las cuatro paredes donde se juntan con los de arriba, seguro que hablaron y mucho.
De las luchas que, con una vanguardia desde los trabajadores de la salud de Neuquén, están tiñendo la realidad nacional de otro color. Se están disipando los nubarrones pesados y empiezan a clarearse el horizonte con luchas por las necesidades más apremiantes de los laburantes. El salario, el empleo, las condiciones de trabajo, la aplicación masiva de las vacunas. Aunque las quieran frenar con mejoras en los planes sociales, no logran ni lograrán hacerlo con parches que no solucionan nuestras necesidades.
En fin, una reunión que nos dejó un sabor amargo en la boca y una convicción irrefutable: para hacer los goles nosotros, tenemos que formar nuestros propios equipos desde abajo, confiando en nuestras fuerzas y en nuestras posibilidades de organizarnos y reclamar en forma democrática y unitaria.
Tomando el camino de los trabajadores de la salud de Neuquén quienes, en las palabras de Lihué, trabajadora del Hospital Heller y referente de los autoconvocados, en la Jornada del 1° de Mayo que organizó el Nuevo MAS, expresó rotundamente: “Nos quedó claro que la lucha de los autoconvocados tuvo muchísimos triunfos, porque todo lo que se logró desde el primer paro hasta ese momento fue gracias a nuestra organización”.






