Rosca de burócratas y declaraciones de «unidad»: ¿Al servicio de quiénes?

Se acerca la fecha donde tendría que hacerse efectiva la renovación de las autoridades de la CGT, postergada para el año próximo.

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La jubilación anticipada y sorpresiva de Omar Viviani, después de 37 años al frente del Sindicato de Taxistas, no es la única noticia en el mundo de los dirigentes sindicales. Las últimas semanas estuvieron muy ajetreados en reuniones con el ministro de Trabajo, con cámaras empresarias, con monseñor Oscar Ojea (presidente de la Conferencia Episcopal Argentina). Les alcanzó el tiempo también para hacer declaraciones sobre cómo debería ser la futura inmediata organización de las centrales y agrupamientos.

Se acerca la fecha donde tendría que hacerse efectiva la renovación de las autoridades de la CGT, postergada para el año próximo. No es una formalidad en este contexto crítico, donde el predominio histórico de la CGT como nucleamiento mayoritario de los gremios industriales la ubicó en el podio por tradición. Ahora no hay podio que valga, porque la crisis traspasó las fronteras de todos los sectores de trabajadores/as, de la “a” a la “z”, formales e informales.

Y cómo organizar a las centrales para el futuro, con la pandemia pisándonos los talones, no es poca cosa. Sobre todo cuando el malestar por las condiciones de vida y de trabajo se incrementa paulatinamente. Muchas medidas del gobierno, pero ninguna a favor de los de abajo.

Pospandemia con los trabajadores atados a los planes gubernamentales-burocráticos-eclesiásticos

Una lejana postpandemia en el tiempo, pero cercana en las urgencias políticas que tienen los dirigentes sindicales para ubicarse en tiempo y forma para controlar, sujetar, subordinar al conjunto de los trabajadores a los designios del gobierno y sus instituciones.

El primer cortocircuito fue por la presencia de Héctor Daer en el acto del 9 de Julio como único referente sindical. Hasta su gemelo Carlos Acuña le saltó a la yugular (¡yo también existo!). Los cracks entre ellos no son para discutir cómo mejor participan las organizaciones que presiden para encarar nuestros reclamos, sino para ver cómo (manteniendo y si es posible, mejorando sí sus sacrosantos negocios) nos atan al carro de los empresarios: Consejo Económico y Social y otras etiquetas con el mismo contenido.

Sus imploraciones unánimes a la unidad por arriba son al servicio de estos objetivos. El primero que largó su deseo al ruedo fue el mismo Presidente: “Ojalá podamos lograr la unidad de los que trabajan”. Se puso la camiseta de la unidad del movimiento obrero como parte de su gestión. En honor a la verdad, fue sincero a full. Estado y centrales sindicales: un solo corazón a favor de los intereses capitalistas.

Le siguieron declaraciones de Sergio Palazzo (secretario general del gremio bancario) y de Héctor Amichetti (íd del gremio gráfico): “(…) por la unidad con contenido, un proyecto concreto a sustentar, para alcanzar un acuerdo económico y social, que nos permita vivir con lo nuestro”. (Infogremiales, 13/8/20)

Insistió más adelante en que los dirigentes cegetistas tengan un “gesto” de unidad.

La que fue durante el gobierno de Macri la Corriente Federal para el Modelo Nacional, integrada junto con el moyanismo tuvo poca vida, los cargos en el gobierno la deshilacharon con un soplido. Las designaciones favorecieron más al entorno del gremio de la Bancaria que al dirigente de los Camioneros. Le soplaron los cargos prometidos y se hundió el espacio, cada uno corrió por su lado.

Le siguieron en la prédica unitaria los referentes de las CTAs, así como el dirigente ferroviario Sergio Sasia. El mismo conduce el espacio Semun, que estaba en las tinieblas y reaparece con una tercera posición hacia la unidad que nucleó a varios gremios dispersos, que fueron parte de las 62 Organizaciones amarillas durante el gobierno de Macri, como la UATRE de Ramón Ayala, los petroleros de Antonio Cassia, entre otros.

El espacio de Camioneros no agita las aguas de la futura posible unidad, porque nos parece que se cree con peso propio como para imponerse al frente de la futura central sin necesidad de hacer campaña previa. Rivaliza directamente con Máximo Kirchner cuando éste lo torea. Tiene, es cierto, un espacio propio que se ha fortalecido en los últimos meses con incorporaciones de trabajadores de las ramas de Residuos Patológicos, Industriales y Residuos no Industriales a nivel nacional. Unos 10.000 trabajadores se incorporaron a sus huestes y en una situación tan crítica como esta, son oro en polvo (en todos los sentidos del término) para el gremio que presiden los Moyano.

También se sumó a la polémica-imploración la Juventud Sindical que preside Cristian Jerónimo: «Soñamos con una CGT participativa, propositiva y con la mística revolucionaria que la Capitana Evita nos dejó como legado. Las nuevas generaciones de dirigentes sindicales marcan con fuerza, solidaridad, organización e inteligencia, la necesidad de caminar junto a sus pares, haciéndose cargo del momento histórico que les toca conducir». (Infogremiales, 13/8/20)

De esta forma también se incluirían a los movimientos sociales afines a las huestes albertistas-kirchneristas.

Entre ellos, palabras más, palabras menos, coincidencias totales. Cero críticas a las medidas del gobierno y apoyo a los/as que luchan. Al decreto antidespidos, frente al que las patronales ni se “mosquearon”, sólo lo hacen cuando los trabajadores se plantan, como lo han hecho en el día de ayer los trabajadores de Tenaris de Villa Constitución, que lograron la conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo frente a 55 despidos y otros/as que también los pararon con sus luchas; ni mención para la tribuna de rebajas salariales, faltas de insumos en el sistema de salud y un largo etc.

De ahí para adelante, silencio de radio. Aplausos para el asador, silencio para los que miran cómo los “otros” (empresarios y aliados) comen el asado.

El ex ministro de Economía y ex candidato a Presidente de la Nación, Roberto Lavagna, prendió la chispa de la discusión de la reforma laboral con una propuesta para tener en cuenta a los trabajadores informales. Tanta humanidad emociona, sobre todo cuando dice que el empleo registrado es un “derecho adquirido”. Pero más allá del texto que se esmera en destacar que hay que tener en cuenta a los que no tienen derechos, los encuadra en un sistema de trabajo eventual, alternativo, y otros ítems semejantes. O sea, que no pueden “adquirir los derechos” de los otros.

Esa propuesta fue “Sepultada en las urnas”, dijo el titular de la CGT, Héctor Daer. Fácil correrlo por izquierda a Lavagna. Hubo otras propuestas públicas posteriores, como la de la Cámara Argentina de Comercio, el 14 de agosto, que es menos cuidadosa y más directa al estómago. Pero sobre esa no dijeron nada (?).

¿Sepultarla en las urnas o sepultarla en las calles?

Muchas voces, una sola alternativa de la boca de las cámaras empresarias y los sindicalistas. Modelos todos de avances sobre los derechos y las necesidades de los/as trabajadores/as, las mujeres y la juventud. Algunos por lo que dicen, otros por lo que callan.

El silencio más bochornoso ha sido en relación a la desaparición forzada de Facundo Castro, un joven laburante.

Nuestros reclamos y discusiones tienen que tener la posibilidad de trascender, de realizar asambleas, reuniones, expresiones en las calles para contraponer a sus planes antiobreros y antiderechos, los nuestros.

Para poner nuestras voces en los lugares de trabajo y estudio y en las calles hasta que atronen sus sensibles oídos. Para parar la ofensiva patronal-gubernamental-burocrática con un programa para que la crisis no la paguemos nosotros/as con nuestras vidas, nuestra salud y nuestros bolsillos.

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