
El decreto de regreso a la fase más estricta de cuarentena se debió a la aparición abrupta en la provincia de 17 casos en 24hs. Pero el hartazgo de buena parte de la población, entre ella los dueños de negocios pequeños y medianos pero también de los grandes, hizo imposible que se cumple efectivamente.
Las movilizaciones comenzaron en la noche de ayer en la Plaza San Martín y el centro de la capital provincial. Las cosas se fueron poniendo más y más tensas a lo largo de las horas hasta que el gobierno decidió responder con la violencia policial.
Los protagonistas de las movilizaciones son menos quienes se opusieron a la cuarentena desde un primer momento y más los dueños de pequeños negocios ahogados por la crisis económica, que para muchos se ha vuelto desesperante. De todas maneras hubo personas negacionistas de la pandemia, pero el tono de la movilización lo daban los comerciantes.
El gobierno provincial tiene serios problemas para implementar la cuarentena (aunque sea necesaria eventualmente) por su gestión completamente retrógrada de la pandemia: su uso represivo de los confinamientos, su nula inversión en salud e infraestructura, el escándalo de las «cárceles» para infestados, etc.
De acuerdo con las nuevas restricciones dispuestas por Insfrán, quedan suspendidas todas las actividades que habían sido flexibilizadas y los trabajadores esenciales deberán vovler a tramitar sus permisos de circulación.
La violencia comenzó cuando la policía decidió intentar desalojar la Plaza San Martín, en la que ya se habían apostado los movilizados desde hacía más de 12 horas.
“Están tirando con perdigones, no con balas de goma” denunciaban las víctimas de la represión en medio de los gases lacrimógenos.






