Después del fracaso del "Pacto de Mayo"

Posse – Francos: crisis de Gabinete a la sombra de la crisis social

El desdibujado Nicolás Posse dejó la Jefatura de Gabinete tras largas semanas de dilación que incluyeron el fracaso del Pacto de Mayo. Su reemplazante es Guillermo Francos, el negociador de Milei ante el Congreso y los Gobernadores. 

El ascenso de Francos responde justamente a la necesidad de subsanar las mayúsculas debilidades técnico-institucionales del gobierno. Fue el propio Francos quien declaró que asumía porque Milei «no entiende la política argentina». Junto a Posse se marchó el titular de la AFI y dicho organismo pasará directamente a la órbita presidencial, saliendo del dominio del jefe de Gabinete.

En las últimas horas trascendieron rumores de espionaje interno en la gestión mileísta, marcada desde su inicio por las debilidades orgánicas de su espacio electoral y por la falta de apoyos institucionales en el Congreso. Francos se desentendió de dichos rumores, en un estilo que emula a la perfección el habitual fingir demencia de Milei. Pero los problemas de Gabinete son generalizados. De ahí el permanente movimientos de nombres y cargos (a los recortes se suman renuncias y vacancias de gestión).

Además de darle mayor entidad a Francos, el gobierno creará un nuevo ministerio a medida del ideólogo económico detrás de la Ley Bases y el DNU 70/23, Federico Sturzenegger. El ultraliberal es un nombre conocido de la historia reciente: en la crisis del 2001 fue también uno de los responsables de «modernizar» la economía argentina, generando un aumento histórica de la pobreza y la miseria en el país.

A final de cuentas, la crisis de Gabinete y la reestructuración que se está realizando expresa la incapacidad (al menos hasta el momento) del gobierno mileísta para llevar a la práctica un plan de gobierno ultrarreacionario que supone la destrucción de conquistas sociales, económicas y democráticas.

Mientras los ministros toman café, se acentúa la crisis social

Mientras el presidente ultraderechista continúa su gira publicitaria por Estados Unidos, sus ministros siguen acumulando conflictos sin resolver y la Ley Bases se mantiene a la deriva en el Senado.

La superministra de Capital Humano Sandra Pettovello, la encargada de administrar la miseria mileísta, sufre bajo el escándalo de la retención de 5 millones de kilos de alimentos que debían llegar a los comedores populares. La polémica llega luego de semanas de una caza de brujas del gobierno contra las organizaciones sociales y piqueteras, que incluyó allanamientos nocturnos con claras intenciones persecutorias.

A esto se suman la continuidad del conflicto universitario y el reclamo de trabajadores del neumático por despidos, que fueron reprimidos por el gobierno en la tarde del miércoles. Los conflictos sindicales podrían multiplicarse por el impacto de la recesión sobre la industria, que anticipa cientos y miles de despidos.

Además, las variables económicas siguen señalando la incapacidad de Milei para estabilizar la macroeconomía sin derrotar la resistencia social. La sostenida corrida del dólar aumenta las expectativas (y, lo que es lo mismo, la presión de los tenedores de divisas) por una nueva devaluación que podría hacer estallar el descontento social. Y la reciente crisis del gas (falta GNC en todo el país) suma irracionalidades a las cadenas productivas y expone la responsabilidad del gobierno sobre el caos social que los trabajadores del país viven todos los días.

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