En una nota periodística aparecida recientemente, se pone en números la pérdida del poder adquisitivo de un sector de trabajadores, los que están en blanco y bajo convenio. De los otros sectores, precarizados y en negro, ni hay que hablar porque es peor.
Los datos que usa el periodista son del RIPTE que es el promedio salarial que se saca del Sistema Integrado Previsional Argentino es decir del organismo que absorbe todos los aportes previsionales y los pasa a dólar blue. Más allá de algunos errores en los cuadros y de la salida liberal que propone la nota (ajuste fiscal) los números son elocuentes.
En noviembre del 2017 el salario promedio era de 1457 dólares en septiembre de este año está en 500 dólares, es decir, el salario cayó un 70% medio en dólares en los últimos cuatro años.
Hay que recordar las jornadas del 14 y el 18 de diciembre del 2017 que le marcaron la cancha al gobierno de Macri y que marcaron el principio del fin de su gobierno… en marzo del 2018 empezaron las devaluaciones que casi no se detuvieron hasta la actualidad.
Otro estudio, de la consultora Equilbra, muestra esta caída tomando como referencia el Kilo de asado. En septiembre del 2017 con el salario promedio se podían comparar 197 kilos de asado, hoy se pueden comprar 129 kilos. Perdimos poder de compra 70 kilos de asado por mes.
Más allá de los números lo que nadie puede discutir y ningún trabajador deja de sentir es que hemos perdido poder de compra. Los discursos de dirigencia sindical tradicional y del gobierno de que el salario le va a ganar a la inflación son chamuyo. La única verdad es la realidad y los trabajadores hemos perdido poder adquisitivo en cantidad, dicho de otro modo, hubo una transferencia de ingresos desde los trabajadores a los empresarios.
En otra nota periodística, tomando datos del INDEC, en el segundo trimestre de este año aumentaron los activos en el exterior de los empresarios argentinos en 5186 millones de dólares (El Cronista 21/09/21).
Es hora de sancionar una ley para que el salario mínimo, vital y móvil cubra la canasta básica total más alquiler es decir un salario mínimo de 100.000$, para que la crisis la paguen los que tienen la plata, las grandes corporaciones y empresarios.






