Macri dijo que el atentado a CFK fue trabajo de «un grupo de loquitos» e hizo demagogia neoliberal

El ex presidente dio una entrevista programática en LN+. Mientras exigía un mayor ajuste sobre los trabajadores, aprovechó para rebajar la relevancia del atentado contra la vicepresidenta.

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El atentado contra Cristina Fernández de Kirchner acaecido el último 1° de septiembre abrió el camino para una mayor polarización en la Argentina. El viernes 2, el rechazo masivo se expresó en una inmensa movilización democrática. Pero los significativos silencios de Milei y Bullrich demuestran que existe una parte del arco político dispuesta a representar a los sectores revanchistas, a los Sabag Montiel de la sociedad argentina.

Tras algunos días de circunspección por la gravedad del atentado, los «halcones» salieron a la ofensiva. Ayer Mauricio Macri dió una entrevista programática en LN+ y apuntó todos los cañones contra el oficialismo. La economía, el dólar, la educación; sobre todos los temas sentó posición el ex presidente, siempre en forma reaccionaria. Mientras exigía un mayor ajuste sobre los trabajadores del país, Macri aprovechó para rebajar la relevancia del atentado.

«Fue algo individual, de un grupito de loquitos, no estuvo orquestado políticamente […]. Cuando llegó el grotesco de la sobreactuación [por parte de oficialismo], me causó rechazo» fueron las palabras del dirigente del PRO. Además rechazó la posibilidad de concertar un encuentro personal con Cristina, como vienen impulsando desde el kirchnerismo «conciliador», encabezado por Wado de Pedro.

Negacionismo 

Como ya señalamos en otras oportunidades desde este medio, es imposible (o mal intencionado) calificar el atentado contra CFK como obra de «un loco suelto». Como si un intento de magnicidio, un crimen político por definición, pudiera ser simplemente el resultado de una psiquis desequilibrada.

Las acciones de los principales investigados (Sabag Montiel, Uliarte) tuvieron una motivación política. Cuando Macri dice que el atentado «no estuvo orquestado políticamente» lo que quiere instalar es que dicho suceso fue un ataque contra CFK como persona individual, y no un atentado contra las libertades democráticas, como efectivamente fue.

La posición de Macri no es inocente. Si bien el atentado no suele ser el método predilecto de la oposición gorila, los sectores socialmente resentidos que se vuelcan hacia la extrema derecha suelen ser bastante útiles para la derecha institucional. Desde hace por lo menos una década que el macrismo (y la burguesía argentina en su conjunto) viene bregando por contrarreformas estructurales en la Argentina. Pero su imposición exige derrotar a millones de trabajadores que, desde la caída de la dictadura y desde el 2001, vienen defendiendo conquistas en materia laboral (salario, convenios).

La agitación derechista de los grupos resentidos, como Revolución Federal y otros que están pululando y salieron a la luz después del atentado a CFK, podría ayudar a torcer el statu quo más hacia la derecha.

La demagogia neoliberal

«La cadena nacional, el presidente llamando a un feriado, diciendo ‘no nos importa la vida de la gente, a la que le cuesta llegar a fin de mes, les sacamos un día de trabajo’, de vuelta los chicos en la casa… dije ‘otra vez lo mismo'».

Es difícil encontrar una declaración pública de Macri sin erratas o, por lo menos, comentarios que hacen dudar sobre su destreza mental. Aquí el ex presidente deja en claro que, o bien desconoce que los feriados no se descuentan de los salarios formales, o bien está reconociendo y legitimando la enorme extensión del trabajo en negro en la Argentina. Tal vez el dirigente del PRO acostumbre pagar por jornal a los empleados de sus empresas.

De todas maneras, lo llamativo es la prédica demagógica de Macri. Quien fuera eyectado de la silla presidencial como uno de los mandatarios más odiados de las últimas décadas, quien inspirara cantos y repudios en canchas de fútbol, ahora parece apiadarse de los trabajadores que no llegan a fin de mes.

No hace falta aclarar que no hay más que demagogia y cálculo electoral en las palabras de Macri. No tiene ninguna propuesta económica distinta a la actual del Frente de Todos, Massa y el FMI. La única diferencia es que Macri quiere aplicar el ajuste más rápido y de manera más frontal, chocando con quien haya que chocar.

Pero lo más precupante quizá sea que el ajuste que está encarando el oficialismo es tan antipopular que le está dando nuevos minutos de vida a personajes como Macri, quien hace 4 años era un cadáver político. El ajuste del Frente de Todos es funcional a la derecha; si continúa por ese camino, el oficialismo podría revivir a quienes juró enterrar.

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