
Después de largos meses de idas y venidas, finalmente el Pro llegó a un acuerdo y competirá con un candidato único a Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires. Así lo anunciaron esta mañana en un comunicado sintomático de que hubo algunos «golpes» que ayudaron a ordenar una interna que viene hace meses desatada.
Ante la debacle infinita del gobierno del Frente de Todos, la posibilidad cierta de que la principal coalición opositora llegue al poder tras las elecciones previstas para este año desató una feroz interna entre sus dos principales alas, representadas en sus dos principales pretendientes a la presidencia: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Sin embargo, la interna descontrolada comenzó a devorarse a sí misma y, según indican los sondeos encargados por la propia alianza que trascendieron a los principales medios, la intención de voto a la «marca» Juntos por el Cambio a nivel nacional viene en franco declive por lo menos desde diciembre.
Eso es una de las razones que llevó a que los dos candidatos presidenciales tengan que acercar posiciones y apaciguar al menos un poco el nivel de la interna en la coalición derechista. Así, se acordó que el Pro tendrá un único candidato en CABA, que será Jorge Macri o Fernán Quirós, dependiendo quién mida mejor en las encuestas. Es probable que la balanza se incline a favor del primo del expresidente.
Esto no quita que, de todos modos, sí habrá PASO en Juntos por el Cambio, ya que el candidato del Pro tendrá que medirse con Martín Lousteau (UCR), Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) y Graciela Ocaña (Confianza Pública).
El otro punto que acordaron (en realidad, formalizaron sus diferencias) tiene que ver con Provincia de Buenos Aires. A diferencia de capital, allí sí habrá un candidato a gobernador para cada uno de los candidatos presidenciales. Con Larreta está claro que el elegido es Diego Santilli, que ya ganó las elecciones de medio término en ese distrito en 2021. Por el lado de Bullrich todavía no está claro cuál será el nombre, pero se barajan las opciones de Cristian Ritondo, Joaquín de la Torre o Néstor Grindetti.
Pero la ferocidad de la interna y la decaída en las encuestas no dejaban de ser indicadores. Lo que terminó de significar un cachetazo de realidad fue la muy mala performance del Pro en las elecciones provinciales que se dieron en las últimas dos semanas, las primeras pruebas de cara a un todavía muy largo año electoral.
A pesar de que es cierto que no es adecuado nacionalizar de manera lineal esos comicios (lo que también explica las buenas elecciones del peronismo, que transita un naufragio a nivel nacional), no deja de ser evidente que en un año en el que JxC espera quedarse con la presidencia, los resultados provinciales fueron bastante peores que los esperados, incluso aunque de antemano no esperaban alzarse con el triunfo. En Tierra del Fuego el candidato del Pro no llegó ni al 10%, siendo ampliamente superado por el voto en blanco, lo que por otra parte configura todo un dato político en sí mismo.
A toda esta ecuación hay que sumarle el factor Milei, que es cada vez una preocupación mayor para la coalición macrista en términos electorales (aunque también al «libertario» le fue decididamente mal en las provincias).
Todo este combo de malas noticias para Juntos por el Cambio los obliga a tener que llegar a algunos acuerdos básicos como para que la guerra desatada baje de intensidad.






