Los diputados y senadores nacionales decidieron aumentarse los sueldos un 30% a partir del noviembre. Este aumento viene a pedido de las autoridades de los bloques del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio.

Los salarios de los legisladores superan los $350 mil netos, a lo que se suman adicionales: los gastos de representación, movilidad y un extra por «desarraigo». Esto último para los legisladores que provienen del interior del país.

Aunque los gastos de representación y movilidad son un monto fijo que no varía por hora, el «desarraigo» supone un 14% de la dieta. Es decir que este concepto estaría alcanzado por el aumento. Por lo tanto, un senador podría llegar a cobrar desde el mes que viene 502 mil pesos en mano.

En contraste, el salario medio entre los trabajadores registrados es según los números oficiales de alrededor de 155 mil pesos. Ese número es un promedio que incluye gerentes y peones, por lo que podemos asumir que en realidad es mucho menos. Es decir que un legislador llega a cobrar de tres a seis lo que un trabajador promedio. Ni hablar de la comparación con el salario mínimo de un docente, 68 mil pesos, que representa apenas un 13% de la suma máxima que podría cobrar un legislador.