
Argentina atraviesa el peor momento de la Pandemia, habiendo alcanzado el récord absoluto de 27001 contagios en las últimas 24 horas. Pero ni esto ni la pandemia en general detiene a la clase empresaria en su afán de reventar a los trabajadores para maximizar sus ganancias.
Es que en el día de ayer, los empresarios nucleados en la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunieron con el Ministro de Producción, Matías Kulfas y le llevaron sus reclamos: el principal de ellos, dar por finalizada la ley «antidespidos» que el gobierno decretó hace un año en plena cuarentena.
Es decir que no solo en pandemia, sino que en pleno pico de la segunda ola los empresarios pretenden dejar trabajadores en la calle, con la típica excusa de que la ley «impide la creación de empleo», aunque lo buscan realmente es poder despedir «más barato». ¡Este es el gran «aporte» de la clase capitalista a la lucha contra la Pandemia!
Vale decir que, a pesar del canalla reclamo de los empresarios en un momento muy complicado para el país, el decreto del gobierno fue durante todo este tiempo prácticamente una formalidad, ya que los despidos siguieron su curso durante 2020. Además, no era una prohibición de despidos propiamente dicha, si no el establecimiento de la doble indemnización.
Los reclamos empresariales no terminaron ahí: se escuchó también el pedido de «bajar la presión tributaria», clásico eufemismo empresarial para pagar menos impuestos y de esa manera aumentar su margen de ganancias. Habría que avisarle a los empresarios, que parece que no se enteraron, que estamos en una situación de crisis tanto económica como sanitaria.
En estos momentos es donde más se necesita que el Estado aumente los fondos para Salud en busca de poder combatir la pandemia, así como otorgar un ingreso tipo el IFE para poder garantizar los cuidados frente a la segunda ola. En este contexto, bajarle los impuestos a la clase privilegiada de la sociedad sería criminal. Pero los empresarios sólo conocen un interés: el suyo propio.
Lo lamentable, por otra parte, es la actitud del gobierno. Los empresarios que participaron de la reunión destacaron que la reunión fue «muy buena» y que se oyeron sus reclamos. Esto va en consonancia con que el plan del gobierno para este año también es el ajuste, aunque no bajando los impuestos pero sí recortando lo que a los empresarios les gusta llamar «gasto público», es decir, jubilaciones, planes sociales, salarios estatales, presupuesto para salud, educación…
Otro dato interesante de la reunión fue que una de las quejas que manifestaron los industriales hacía referencia a «los piquetes en el sur». Por supuesto, se trata de la inmensa rebelión de la salud que están llevando adelante los médicos y enfermeros de Neuquén que llevan casi 50 días de lucha y que están realizando cortes de ruta en toda la provincia contra la miseria salarial que el gobierno provincial les propone.
En esa enorme lucha, con sus cortes de ruta los trabajadores están afectando la producción de nada más ni nada menos que Vaca Muerta. Por eso, los empresarios están preocupados por si la producción se ve afectada. Pero aun más que eso les preocupa que la rebelión de los trabajadores neuquinos se extienda al resto del país, donde en muchos lugares los trabajadores de la salud están saliendo a la calle y se convierten en un ejemplo para el resto de la clase trabajadora.
En conclusión, el programa de los capitalistas, a pesar de la segunda ola y los 42% de pobres es el mismo de siempre: ajuste, ajuste y más ajuste contra los trabajadores.
Un programa opuesto
En este sentido, el plan del gobierno no presenta una verdadera alternativa frente a estos explotadores. Como dijimos, a través de Guzmán el gobierno tiene como objetivo reducir el déficit fiscal, una tarea que ya comenzó el año pasado con la eliminación del presupuesto para el IFE. Además, el gobierno va a recortar los subsidios para los servicios públicos, por lo que se vendrán aumentos de tarifas que significarán un nuevo golpe al bolsillo de los trabajadores.
Lo que hace falta en este contexto de crisis es un programa opuesto al que quieren imponer los capitalistas. Hay que afectar sus ganancias millonarias y romper con el FMI, triplicar el presupuesto de salud para enfrentar la pandemia, restablecer el IFE con un monto de $40.000 y un salario mínimo igual a la canasta familiar.
Y como tarea central en lo inmediato hay que brindar todo el apoyo y solidaridad a los trabajadores de la salud de Neuquen que llevan más de un mes de lucha contra el gobierno hambreador del MPN. La rebelión de la salud marca el camino para todos los trabajadores de cómo enfrentar el intento de los empresarios de que la crisis generada por la Pandemia la paguemos los trabajadores.






