Gobierno empobrecedor y antiobrero

Las mentiras de Milei y Caputo sobre los salarios

La caradurez con la que Milei y Caputo mienten sobre los salarios directamente toma por idiotas a todos los que les creen. Los trabajadores del INDEC desmintieron los números oficiales y afirmaron que el salario mínimo debería ser de casi 2 millones de pesos.

Milei y Caputo se vienen dando la política de pisar los salarios por debajo de la inflación en las paritarias con el uso del poder del Estado. Los precios son «libres», a menos que seas parte de la mayoría trabajadora asalariada.

Y, sin embargo, pese a que es pública y abierta la política de que los salarios pierdan con la inflación, dicen que están ganando. ¿Quién se lo puede creer? Están tomando por idiotas a sus seguidores, y sus trolls mienten sabiendo muy bien que están mintiendo. Los datos oficiales reales desmienten al gobierno: los salarios en blanco perdieron en promedio un 5,5% de su poder de compra.

El gobierno habitualmente intenta vender su narrativa sobre los salarios calculándolos en base a la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).

“Sigue llorando mandrilandia. Los argentinos viven cada día mejor gracias al modelo libertario” dijo el mentiroso en jefe de la runfla «libertaria», el propio Milei, con ese índice.

Pero el sitio oficial de la Secretaría de Trabajo dice textual que “la Ripte no puede ser considerada como un indicador de la evolución de los salarios. Es un indicador previsional que no necesariamente refleja el comportamiento de los salarios correspondientes al empleo asalariado registrado».

En primer lugar, el índice evalúa solo los puestos de trabajo con 13 meses de antigüedad, es decir, desde el vamos no contempla a la totalidad de los asalariados en blanco. Además, solo incluye los componentes remunerativos, cuando muchas veces el porcentaje de aquellos no remunerativos (es decir, los no incluidos en los aportes jubilatorios) es realmente significativo.

Y por último, pero no menos importante, no contempla el trabajo no registrado. Según un informe elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el trabajo en negro en octubre alcanzó el 36%.

«En cuanto a los salarios, los datos del INDEC y del SIPA confirman una pérdida sostenida del poder adquisitivo. En abril de 2025, el salario promedio nominal de los asalariados formales fue de 1.594.900 pesos, pero en términos reales se ubicó un 17,6 % por debajo del máximo histórico de 2013. El salario mínimo, por su parte, cayó un 32 % entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, y acumula una baja del 62 % respecto a su punto más alto en 2011″ (Infogremiales).

Caída real de los salarios según informes del INDEC y SIPA, cifras oficiales del gobierno.

«Mientras el organismo difunde informes de inflación en baja y que una familia necesita $1.100.00 para no ser pobre, sus trabajadores actualizaron cálculos y aseguran que el salario mínimo debería ser de $1.900.000». También reclamaron: «Aumento de emergencia del 117% en una sola cuota. Reapertura inmediata de la mesa paritaria. Pago mensual de un bono de $150.000 para todos los trabajadores y trabajadoras. Pase a planta permanente sin pérdida salarial.»

El gobierno pisa las paritarias

Ni Javier Milei ni Luis Caputo pueden demostrar con datos fehacientes mejoras en el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Lejos de eso, las negociaciones paritarias reflejan caídas de hasta el 7% y el sueldo mínimo se ubica en niveles inferiores a los de 2001.

En primer lugar, las paritarias de la mayoría de los sectores han ido a pérdida en relación a la inflación en el primer trimestre de 2025, de acuerdo un informe de la CTA basado en datos oficiales del primer trimestre del año.

Los números hablan por sí solos: casas particulares en un 6,8% y los empleados judiciales de la Nación en un 6,20%. Le siguen textiles (4,60%), sanidad (4,50%), alimentación (4,30%), perfumistas (4,30%), empleados públicos (4,20%), metalúrgica (3,90%) y gráficos (3,70%).

A su vez, registraron bajas trabajadores de entidades civiles y deportivas (3,30%), comercio (3,10%), carga y descarga (2,60%), camioneros (1,90%), construcción (1,60%), químicos (1%) y mecánica (0,70%).

Milei y Caputo intervienen con el Estado, se niegan a homologar acuerdos por encima de la inflación, e imponen el empobrecimiento de los trabajadores.

La destrucción del salario mínimo

En mayo, tras el «fracaso» pactado de las negociaciones paritarias, Milei impuso por decreto un salario mínimo de 302 mil pesos. La Canasta Básica Alimentaria es de 377.141 para una familia de tres. Milei legaliza que los trabajadores no puedan comer, la CGT no hace nada.

La imposición por decreto de Milei de un salario mínimo tan evidentemente miserable es la legalización de la indigencia para los que trabajan. No hay libertad de elección, no hay «libertad de transacciones», hay miseria impuesta por la fuerza.

El salario mínimo impuesto por decreto por Milei incluía el siguiente esquema de aumentos mes a mes:

  • Mayo de 2025: $ 308.200 para mensualizados y $1.541por hora para jornalizados.
  • Junio de 2025: $ 313.400 para mensualizados y $ 1.567 por hora para jornalizados.
  • Julio de 2025: $ 317.800 para mensualizados y $ 1.589 por hora para jornalizados.
  • Agosto de 2025: $ 322.000 para mensualizados y $ 1.610 por hora para jornalizados.

Imponer por la fuerza un aumento tan irrisoriamente bajo tiene la intención declarada de que el salario mínimo no cumpla ninguna función. Históricamente, el movimiento obrero ha logrado imponer que exista por ley el salario mínimo y el resultado ha sido una suba de los salarios medios y ponerle algún tipo de límite a los salarios de miseria.

Pero cuando es una cifra tan ridículamente baja, simplemente deja de cumplir su función: los salarios más miserables dados por «el mercado» son más altos que los del miserable gobierno. Y los predicadores del negreo que están al frente del ejecutivo lo verán como una virtud del mercado y no como un estigma en su militancia de la esclavitud.

Al mismo tiempo, todas las asignaciones, programas y demás prestaciones atadas al valor del salario mínimo (asignaciones, Potenciar Trabajo, Becas Progresar) pierden y no paran de perder con cada imposición de un aumento miserable. Con Milei, siempre los que pierden son los pobres.

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