«Una vez más el salario le ganó a la inflación» es probablemente una de las mentiras más escandalosas que el Gobierno repite mes a mes. Ni Javier Milei ni Luis Caputo pueden demostrar con datos fehacientes mejoras en el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Lejos de eso, las negociaciones paritarias reflejan caídas de hasta el 7% y el sueldo mínimo se ubica en niveles inferiores a los de 2001.
En primer lugar, las paritarias de la mayoría de los sectores han ido a pérdida en relación a la inflación en el primer trimestre de 2025, de acuerdo un informe de la CTA basado en datos oficiales.
Los números hablan por sí solos: casas particulares en un 6,8% y los empleados judiciales de la Nación en un 6,20%. Le siguen textiles (4,60%), sanidad (4,50%), alimentación (4,30%), perfumistas (4,30%), empleados públicos (4,20%), metalúrgica (3,90%) y gráficos (3,70%).
A su vez, registraron bajas trabajadores de entidades civiles y deportivas (3,30%), comercio (3,10%), carga y descarga (2,60%), camioneros (1,90%), construcción (1,60%), químicos (1%) y mecánica (0,70%).
El salario mínimo actualmente se ubica en $296.832. Según un informe elaborado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en marzo el suelo se colocó en términos reales en un valor inferior al registrado en 2001, en plena crisis.
El documento señala que en el tercer mes del año el salario cayó en un 2,1%, superando al 0,4% de baja de febrero. Desde noviembre de 2023, el descenso acumulado es del 31%. Además, en comparación con el más elevado, registrado en septiembre de 2011 la «erosión» es del 62%.
De esta forma, queda bastante claro que el salario perdió contra la suba de precios durante los últimos gobiernos y que con la llegada de Milei la pérdida de poder adquisitivo se recrudeció. La distancia con el relato de que «el plan marcha bien» y la realidad vivida día a día por quienes tienen que vivir de un salario es abismal.