Javier Milei dijo el martes en el marco de su discurso por el primer año de gestión en el Ejecutivo que el salario básico en la Argentina «pasó de los 300 a los 1100 dólares». Se trata de una mentira escandalosa, que nada tiene que ver con la realidad de los trabajadores. Por lo contrario, el salario, sobre todo en el sector público y en el trabajo no registrado, fue fuertemente golpeado.
Según Milei, la mayoría de los trabajadores en blanco hoy cobraría un mínimo, a tipo de cambio oficial, de un millón cien mil pesos. Se trata de una lisa y llana mentira, que forma parte de la estrategia discursiva oficial de querer instalar que el sueldo es mejor en la actualidad con respecto a aquel percibido exactamente hace un año atrás.
Además, en los últimos meses el gobierno se esforzó en dar cualquier argumento para intentar explicar que los salarios le «están ganando a la inflación», otro engaño sin escrúpulos.
La realidad es que la pérdida de poder adquisitivo desde la asunción de Milei ha sido brutal. Por ejemplo, según el propio INDEC, que ya de por sí no es un organismo muy confiable en manos del oficialismo, el sueldo de los estatales cayó en un 16% en los primeros 10 meses. Por otro lado, el trabajo informal, de mayor complejidad a la hora del registro, tuvo un descenso de entre el 17%
Recordemos que el salario mínimo, vital y móvil se ubica desde octubre de en $271.571. De esta forma, el salario promedio actual se encuentra en un 20% menos que el máximo de la última década, ubicado en septiembre de 2015.
A su vez, incluso según los datos oficiales, vimos una inflación acumulada del 153% en septiembre (ahora ya se ubica en 166%) mientras que los salarios de los privados aumentaron en promedio 149% y los estatales 112%.
Un informe de Empiria, la consultora de Hernán Lacunza, ex funcionario del macrismo, indicó que la pérdida del promedio del salario disponible desde que inició su gestión la administración libertaria fue del 14%.
Ante estos números, es difícil de apreciar cómo Milei llegó al cálculo de los 1100 dólares. Sin mencionar que 1100 dólares ahora no son lo mismo que hace un año. Argentina está carísima en términos internacionales después de los meses de inflación descontrolada y la sobrevaluación artificial del peso.
El gobierno habitualmente intenta vender su narrativa sobre los salarios calculándolos en base a la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE). La operación contiene varias trampas.
En primer el índice evalúa solo los puestos de trabajo con 13 meses de antigüedad, es decir, desde el vamos no contempla a la totalidad de los asalariados. Además, solo incluye los componentes remunerativos, cuando muchas veces el porcentaje de aquellos no remunerativos es realmente significativo.
Y por último, pero no menos importante, no contempla el trabajo no registrado. Según un informe elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el trabajo en negro en octubre alcanzó el 36%.
Aún así, ni los números disfrazados oficiales ni las consultoras amigas del oficialismo han establecido a lo largo de los últimos meses un número de salario tan optimista como el que Milei quiere instalar.
Milei y su círculo viven en una realidad subalterna y fantasiosa. Fuera de su «casta burbuja», el salario promedio no supera los 500 dólares y, los despidos, en el sector público y privado, aumentaron exponencialmente.
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[…] Traducción: Fernando Stil. Original en francés de socialismeoubarbarie.com […]