La educación, enredada entre la pandemia y el ajuste

Luego de la reunión del Consejo Federal de Educación, sale en los medios (lo cual generó algunas discusiones) que los alumnos aprobarán con el 70% de los contenidos aprobados. Obviamente la discusión se desarrolló en si es poco o mucho el 70% y cosas así, pero nunca se habló del meollo de la cuestión: la falta de presupuesto.

Hablamos de una x cantidad de contenidos, como si fuera una mercancía que se da. ¿Qué es aprender el 70% de los contenidos? ¿Cómo determinamos los contenidos? ¿Son títulos y nada más? Más allá de esta discusión pedagógica que implica (y que de seguro los miembros del Consejo sólo conocen por los libros, ya que difícilmente hayan pisado una escuela), el tema es cómo evaluamos en tiempos de pandemia.

Es que nos piden evaluar para ver si llegan a ese 70%, pero sabemos que en muchas escuelas y en muchos casos los alumnos siguen sin contar con los elementos necesarios para llevar adelante el proceso educativo de manera virtual o semi virtual. ¿Cómo evaluamos a aquellos que sólo pueden hacer algo en la presencialidad?. Ni siquiera se les dio la oportunidad de acceder a algún tipo de computadora o celular, conexión de WiFi o algo que les permite acceder, ya que seguimos en una semi virtualidad que hace indispensable estas cosas para la educación escolar.

Pensar en evaluar en este contexto tiene que arrancar por el presupuesto, por cómo hacemos para que todos tengan la oportunidad de llegar a los objetivos, cosa que en casi dos años de pandemia se ha tocado. Liberaron el contenido de dos o tres páginas, pero eso es gotas de agua en el desierto. Para que haya educación para todos, tiene que haber tecnología para todos, sino es puro bla bla.

Mientras, en el país del «no pasa nada»

Frente a esta desidia nacional, en CABA juegan a no pasa nada. La solución a la falta de conectividad no es la inversión en presupuesto, es “volvamos todos al aula”, “volvamos a la normalidad” en agosto.

Mientras se habla en el mundo de la variante Delta, y países con alto porcentaje de vacunación vuelven para atrás, Larreta dice “volvemos a la normalidad”; una locura. Esto no es sólo una cuestión electoral, ya que le educación presencial o no es una de las discusiones entre el PRO y el FDT, es una cuestión de no invertir en las escuelas. Para qué vamos a gastar en educación, metamos a todos en las aulas y hagamos que no pasa nada. Total, un poco de alcohol, barbijos y fin. Porque no se habla de invertir en una vuelta segura.

Ni Nación, ni CABA hablan de invertir, de arreglar escuelas, de dar conexión, etc. Sólo quieren quedar como los campeones de la educación para ganar votos, pero sin tomar medidas de fondo que llevan mucho tiempo de reclamo por parte de la comunidad educativa. En este contexto, sin conexión para todos, evaluar y decidir quién debe seguir yendo a clases y quién tiene vacaciones, es seguir fomentando la desigualdad; en diciembre y febrero los que tengan conectividad y un contexto favorable mirarán de afuera de la escuela a los que no pudieron acceder a nada.

 

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