En la Universidad de Buenos Aires

Intervenciones de la charla en Filosofía y Letras: «El estudiantazo por Palestina recorre el mundo»

Con un panel interclaustros y la participación de Manuela Castañeira, referente nacional del Nuevo MAS, más de 500 personas participaron de la charla debate: "El Estudiantazo por Palestina recorre el mundo. La irrupción del movimiento estudiantil y la causa palestina".

Organizada por el ¡Ya Basta! de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y con la presencia de más de 500 personas, se realizó la charla «De Estados Unidos a Seúl, el estudiantazo por Palestina recorre el mundo» como parte de la Cátedra Libre «Marxismo en el siglo XXI».

Del panel fueron parte Manuela Castañeira – socióloga y dirigente del Nuevo MAS-, Gabriel Sivinian -coordinador de la Cátedra libre de Estudios Palestinos «Edward W. Said» de la FFyL-, Violeta Alonso – secretaria de lucha por el presupuesto del CEFyL- y Alejandro Leiva -trabajador nodocente de FFyL-.


Intervención Gabriel Sivinian (coordinador de la Cátedra Libre de Estudios Palestinos “Edward W. Said”)

“Los crímenes que comete el Estado de Israel son genocidio porque hay un proyecto colonialista en curso.”

Buenas tardes a todos a todas, realmente es muy grato para mí poder compartir esta jornada con todos ustedes. Agradecer desde ya a la agrupación ¡Ya Basta! por la invitación, por la consideración que han tenido para brindarnos este espacio que es muy valioso. Lo comentábamos recién con Manuela, el hecho de estar participando en un ámbito interclaustro, con representación docente, nodocente, de estudiantes, de graduados, aquí en esta facultad no es algo tan habitual, todo lo contrario. Así que vale mucho y por supuesto el motivo que nos convoca por demás.

Cuando los compañeros y las compañeras me convocaron, nos convocaron a la Cátedra de Estudios Palestinos y sobre todo cuando vimos el título de con el cual se está promocionando esta actividad, relativa al estudiantazo que recorre el mundo, lo primero que se me vino a la mente fue una solicitud que hizo el día 23 de octubre la comunidad universitaria de la Universidad palestina más importante en Cisjordania, que queda en Ramallah. El día 23 de octubre habían realizado una convocatoria justamente a los distintos claustros del ámbito de las comunidades educativas en el mundo, solicitándoles que no fuesen cómplices con su silencio y que denunciaran el genocidio. Y utilizaron esa palabra, utilizaron la palabra genocidio. Y estamos hablando del día 23 de octubre a 16 días apenas de la irrupción de las fuerzas milicianas palestinas sobre el sur del territorio de Israelí y de la respuesta posterior que aún está en curso por parte del Estado de Israel. Insisto, cuando esta última escalada recién estaba comenzando utilizaban esa palabra.

Uno podría pensar que usar la palabra genocidio, que tiene un enorme valor simbólico, tendría algún criterio político para conmover, para llamar la atención, para denunciar con más peso lo que estaba sucediendo, lo que estaba por venir. Pero no era ese el espíritu de los universitarios de Birzeit, porque en tanto palestinos conocían y conocen lo que significa el proceso al cual está siendo sometido su pueblo desde hace 76 años y más. Y por otra parte, en tanto académicos, también conocen cuáles son las características de un proceso social genocida.

Para el día 23 de octubre cuando ellos escribieron, o por lo menos cuando comenzaron a difundir esa petición, ya quedaba claro que esta escalada de violencia era cualitativamente diferente ¿Y por qué digo esto? Porque sabemos que la Franja de Gaza está siendo bloqueada por tierra, por mar, por aire desde el año 2007. Y que ha padecido particularmente ese pequeño territorio, distintos ataques militares en esos años, del 2007 a esta parte. En 2008-2009, en el cambio de año de diciembre a enero. Luego en el año 2012 una nueva ofensiva muy grande, luego en mayo del 2014. Luego con las grandes marchas de retorno del 2018-2019 que fueron duramente reprimidas, en mayo del 2021 una nueva ofensiva muy grande sobre la pequeña Franja de Gaza un pequeño territorio, insisto, que ustedes sabrán de 365 km² con 2.400,000 personas y ya para el 23 de octubre esto es 16 días después de el inicio de la ofensiva Israelí las víctimas se sumaban por miles.

Apenas 9 días después, lo denuncia la relatora especial para los territorios Palestinos ocupados, la relatora de Derechos Humanos Francesca Albanese, apenas 9 días después del 7 de octubre ya habían más de 2600 palestinos y palestinas asesinadas y ya se equiparaba la cifra con el máximo pico de la escalada del año 2014. Porque hay que decir una cosa, la situación de violencia en los territorios palestinos ocupados es continua, es constante, porque estamos hablando de un proyecto colonial que está en curso y todo proyecto colonial es inherentemente violento para con la población colonizada, solo que tiene determinados picos que estos se van sucediendo.

Esta escalada de violencia ya al noveno día equiparaba lo que había sucedido en el año 2014 que era el pico más importante y cuando desde Birzeit anunciaban que lo que estaba sucediendo era la etapa del exterminio de un genocidio, se habían casi duplicado en 16 días la cantidad de víctimas de lo que había sucedido en 2014, se habían destruido más de 60,000 viviendas se había desplazado más de un millón de personas o sea, cualitativamente esto era diferente. Pero, por supuesto, como la palabra la habían tomado los palestinos la denuncia de genocidio no fue tomada en cuenta por los medios hegemónicos y no entró en el debate público internacional.

Unos 15 días después, en los primeros días de noviembre ya va a ser un conjunto de abogados, liderados por un jurista francés llamado Gilles Devers, que se va a presentar ante la Corte Penal Internacional a hacer exactamente la misma denuncia. Era un grupo de casi un centenar de organizaciones no gubernamentales y 280 abogados que acusaban en este caso, en la Corte Penal Internacional, a la cúpula dirigencial del estado israelí, en la persona de Benjamín Netanyahu, de que estaba llevando adelante un genocidio y también solicitaban que se investigaran las acciones de Hamas en el sur del Estado de Israel. Justamente hoy hubo un dictamen del fiscal que dio curso a estas acusaciones, aunque no por genocidio en el caso Netanyahu, sino por crímenes de guerra y lesa humanidad y también que investiga las acciones del grupo Hamas.

Pero ya tenemos un segundo momento en donde ahora, ya no desde el punto de vista académico y ya no por palestinos, sino desde el punto de vista o en el ámbito jurídico se utilizaba esta conceptualización, que por supuesto se va a reforzar sobre fines del mes de diciembre, sobre fin del año pasado cuando la República de Sudáfrica se presenta ante la Corte Internacional de Justicia, en otro tribunal internacional, en donde se dirimen las cuestiones entre los estados con la misma acusación. El estado de Israel está cometiendo un genocidio sobre la Franja de Gaza, sobre su población.

A mediados de enero la corte abrió una investigación, que de hecho está en curso, y sabemos que eso puede llevar muchos años. No solicitó un cese del fuego pero sí el hecho de incrementar la ayuda humanitaria sobre la población Gazatí lo que el estado de Israel justamente no hizo. Hizo todo lo contrario, salió a la ofensiva, acusó a los miembros de la agencia de Naciones Unidas de pertenecer a al grupo Hamas y por eso decidió cortar todo tipo de entrada alimentaria y sus aliados boicotearon a la población Gazatí llevando adelante un castigo colectivo.

Sin embargo, insisto, se volvió a hablar de genocidio y ya no desde la academia Palestina, ya no desde la Corte Penal Internacional por un bufet de abogados o un conjunto de ONG, sino por la Corte Internacional de Justicia y hace unas semanas la relatoria especial, a la cual hacía referencia al principio, presentó un informe, titulado anatomía de un genocidio. Allí estableció los actos tipificados en la convención para la prevención y sanción del delito del genocidio: las matanzas de miembros del grupo, el primer acto; la lesión grave en la integridad física y emocional de los miembros del grupo, el segundo acto; y luego el sometimiento a condiciones que acarreen destrucción física total o parcial, el tercer acto. El informe estableció que esos tres actos de la convención aprobada en Naciones Unidas en diciembre de 1948 se estaban desarrollando con la intencionalidad de destruir total o parcialmente un grupo nacional que es el grupo palestino.

Entonces tenemos también una funcionaria de Naciones Unidas que nos habla de genocido. Si volvemos al punto de vista académico, porque lo jurídico siempre es discutible y va a tardar muchos años, si nos quedamos en nuestro ámbito y si nos retrotraemos a la tarea que nosotros desarrollamos aquí en esta facultad, claramente hay un proceso social genocida en curso sobre el pueblo Palestino que no empezó el 7 de octubre, sino que empezó mucho antes. La convención se llama justamente así, Convención para la prevención y sanción del delito de genocidios, pero primero está la palabra prevención. Desde el punto de vista académico se han estudiado los procesos sociales genocidas, que no consisten en que un día comienzan estos actos, sino que hay justamente un proceso social que conduce a esos actos y el proceso social que conduce al exterminio actual en curso que recae sobre el pueblo de gaza con más 35,000 víctimas al día de hoy, mujeres, niños en su mayoría y toda la devastación, que seguramente mis compañeros panelistas van a seguir desarrollando, no comenzó, insisto, el 7 de octubre, sino que uno puede ir viendo cuáles son los pasos que se fueron dando.

Hay distintos modelos de los académicos para estudiar los procesos sociales genocidas, algunos hablan de cinco fases, de seis fases, ocho fases, pero siempre empiezan con la estigmatización, con el marcaje, con la construcción de una otredad negativa, con la inferiorización del grupo que va a ser victimizado y uno podría hacer un desarrollo de como el pueblo Palestino está siendo estigmatizado desde el propio inicio de la concepción del proyecto sionista, cuando Teodoro Hertz se pregunta si el estado judío, en el año 1895, debe ser emplazado en Palestina o Argentina. Cuando refiere a Palestina describe las condiciones y plantean que van a hacer el estado judío, “un valor civilizatorio frente a la barbarie asiática”. La concepción es que en ese lugar estaban los bárbaros, uno puede seguir un hilo conductor, hace apenas unos meses hablando de los “animales humanos”. La concepción de la inferiorización y la deshumanización del pueblo palestino atraviesa todo el proyecto sionista, absolutamente todo en cuanto matiz uno quiera tomar de ese discurso.

Luego está el hostigamiento físico, el hostigamiento legal, si uno quisiera saber lo que estaba sucediendo en Palestina, en los territorios palestinos ocupados, antes del 7 de octubre basta simplemente con recorrer la página de UNISPAL que los invito a seguir. Es una página de las Naciones Unidas, más allá de que uno sabe lo que significan las Naciones Unidas en el orden Internacional del posguerra y cómo se restauró la dominación euro-occidental Imperial a través de ese de esa organización internacional. Pero de todas maneras han dado cuenta de la cuestión de Palestina y si uno quiere saber lo que pasaba puede ver cuantiosos informes de como el pueblo Palestino estaba siendo hostigado física y legalmente de cuanto organismo quieran, desde los organismos principales, órganos conexos, órganos subsidiarios, lo pueden ver en UNISPAL.

El pueblo palestino está siendo hostigado física y legalmente desde hace décadas, el pueblo palestino está siendo aislado, que es el tercer paso de un genocidio. El aislamiento tiene que ver con la construcción de muros, muros que entran en los territorios palestinos ocupados. Tiene que ver con el bloqueo a la Franja de Gaza por 17 años como estaba hablando. El pueblo palestino está siendo debilitado sistemáticamente en cuanto a su capacidad de reproducción económica, social, política y cultural, está siendo expropiado en cuanto sus tierras, sus recursos, el agua, está siendo controlado, no puede desarrollar su economía.

Y por ende, para el pueblo palestino el paso siguiente tiene que ver con el exterminio, con el desplazamiento forzoso o directamente el exterminio material o físico o cultural y el desplazamiento forzoso. Y esto por qué? esto tiene que ver con que el proyecto colonial que se está desplegando en su tierra y en su contra no los incorpora bajo ningún punto de vista, es un proyecto de sustitución colonial, de colonialismo por sustitución poblacional. Es apropiarse de la tierra, desplazar o exterminar a la población nativa para implantar población foránea, a eso se está enfrentando el pueblo de Palestina.

No quiero terminar sin cerrar alguna de las ideas que me parecen importantes. Se está anunciando un genocidio y esto es novedoso, pese a que todo esto viene sucediendo hace décadas, no se conceptualizaba así. Por supuesto que la resistencia del pueblo palestino es clave en territorio, eso es la piedra basamental para que se pueda denunciar un genocidio, pero también son muy importantes las manifestaciones multitudinarias que se dan en todos los países del mundo y particularmente en el ámbito universitario y de ahí el valor de hacer una actividad reivindicando el estudiantazo y también, obviamente con las limitaciones que implica, que los organismos internacionales se manifiesten en estos términos, también tiene un valor, desde el punto de vista simbólico.

El estado de Israel está en una crisis de legitimidad internacional muy grave, y va a responder, como de hecho está respondiendo, con los medios coercitivos con los cuales ha trabajado. Por tanto va a tratar de reprimir, como lo hemos visto, a través de sus aliados y sus socios a esos movimientos y además no solamente reprimir físicamente, sino coaccionar para acallar las voces de todos aquellos que tomamos e intentamos representar los intereses y los derechos del pueblo Palestino.

El chantaje del antisemitismo, estableciendo una falsa sinonimia entre lo que es sionista de lo que es judío, lo que es sionista y lo que es israelita. Todos los que estamos aquí tenemos muy claro eso, sin embargo hay un chantaje que pretende desplazar semánticamente y decir que nosotros, que estamos condenando las acciones de un estado que está llevando adelante un exterminio en la Franja de Gaza y que está acosando al pueblo palestino por décadas, nosotros, que denunciamos a una ideología política y un movimiento que es supremacista, que nació de la matriz eurocéntrica colonial Imperial; pretenden decir que lo que nosotros estamos criticando y censurando es a una comunidad étnico-cultural, a una identidad religiosa, o más absurdo aún a una protolengua de la cual derivaron otros lenguajes. Esa sinonimia es absolutamente falsa, nosotros tenemos muy bien en claro que la crítica es al Estado de Israel y al movimiento sionista, en tanto hacedor de ese estado y reproductor y legitimador de sus prácticas. Entonces tenemos que estar también preparados para formar parte, para articular y para conformar un nuevo movimiento social, de solidaridad con el pueblo palestino y creo que por aquí va a venir las intervenciones de mis compañeros y compañeras del panel, un nuevo movimiento social que denuncie el genocidio en Palestina y que impulse lo que en definitiva va a terminar solucionando la cuestión de Palestina. Qe impulse finalmente la justicia y que el pueblo palestino luego de décadas de luchar, luego de décadas de opresión finalmente logre ejercer su derecho a la autodeterminación, que por eso es por lo cual está peleando y eso, y en ese sentido le asiste el derecho.

Así que muchas gracias compañeros, compañeras me resta una vez más felicitarlos por esta actividad y voy a escuchar atentamente a quienes me van a suceder en el uso de la palabra.

Cierre: “Cuando hablamos de resistencia palestina estamos hablando de un pueblo que lucha por seguir existiendo.”

Voy a cerrar algunos planteos para ayudar a conceptualizar algunas ideas acerca de la cuestión palestina. Puse especial énfasis en la palabra “genocidio” por el valor simbólico que tiene, es el delito entre los delitos. Es el crimen más aberrante que puede padecer un pueblo y que puede ejecutar un estado como fuerza dominante. Y por lo tanto que esta palabra esté asociada a las prácticas del Estado de Israel en las más altas esferas del orden internacional no es menor.

Me acerqué a la causa palestina, aunque no soy palestino ni árabe, porque estaba muy sensibilizado con un pueblo que padecía un genocidio y tomé esta categoría de genocidio. Por supuesto que era apenas un docente en ejercicio formado en la facultad de Ciencias Sociales, que decía que se podía aplicar de acuerdo a los modelos teóricos la categoría de genocidio para este caso. Hoy, casi 16 años después, insisto, es una categoría que circula y es de uso público e internacional y eso no es menor. Lo mismo que la palabra » apartheid”. En el 2020/21, sabiendo a qué intereses responden las organizaciones de Derechos Humanos internacionales, como por ejemplo: Human Rights Watch o Amnistía Internacional, comenzaron a utilizar la palabra apartheid. Y también tenía un valor muy significativo por la connotación que trae esa palabra, que hay una convención de Naciones Unidas al respecto y todo lo que se asocia con el régimen feroz y opresor sudafricano, que por suerte pudo ser derrocado. Entonces se empezó a usar la palabra “apartheid” para hablar de la cuestión en Palestina, también se empezó a hablar de crímenes de guerra, de los castigos colectivos como crímenes de lesa humanidad y de muchos otros conceptos que tienen que ver con violaciones masivas y sistemáticas, metódicas a los derechos humanos.

El pueblo palestino hoy esta segmentado, franmentado territorial y demograficamente. Una cosa es la situación en la Franja de Gaza y otra cosa es la de Jerusalén oriental, otra Cisjordania. Todos esos territorios palestinos son el 22% de la Palestina Histórica. El Estado de Israel se ha emplazado en el 78%. Otra cosa es la situación de los palestinos del 48, que son aquellos que conforman la minoría denominada árabe-israelí, que son el 20% de la población del Estado de Israel, que no tienen los mismos derechos. Más allá de que tengan la ciudadanía, no son nacionales del estado judio y por tanto no tienen los mismos derechos que los israelíes judios. Otra cosa son los que viven en los campamentos de refugiados, en Jordania, en Líbano, en Siria. Mas de 6 millones de personas son las que son atendidas por la agencia específica que se ha creado para atender al pueblo palestino.

Lo que me quiero centrar es en que mas allá de como uno conceptualice las distintas violaciones a los derechos humanos, uno tome la tipología de la corte internacional, los crímenes que comete el Estado de Israel son genocidio, crimenes de guerra, de lesa humanidad. Pero todo eso sucede porque hay un proyecto colonialista en curso. Y es lo que nosotros como cátedra tratamos de transmitir. Hay un proyecto colonial. Habitualmente la academia llama a este tipo de colonialismo, colonialismo de asentamiento. A nosotros nos gusta más la categoría (que es sui-generis, la hemos inventado) colonialismo por sustitución poblacional, porque se entiende más. Es un colonialismo que viene a sustituir población, viene a expulsar a la población nativa para implantar población foránea. Y esa población foránea pretende pasar como nativa. Entonces si hay en curso un proyecto de colonialismo por sustitución poblacional, seguramente se van a violentar todos los derechos humanos.

Respecto al tema de la Nakba, explicar ese proceso histórico. La nakba es la “catástrofe”, es la destrucción de una sociedad para implantar en el lugar que esa sociedad habitaba una nueva sociedad. Es la destrucción de la sociedad nativa palestina, para implantar la sociedad israelí. Un dato: Los gazatíes que hoy vemos que están siendo sometidos a niveles de criminalidad brutal en muchos de esos casos, 2 de cada 3, reconocen en sus abuelos un desplazamiento del 48, en sus padres un segundo desplazamiento en el 67 y ahora ellos mismos están siendo la 3ra generación de desplazados. Y los siguen desplazando porque el proyecto no es la transferencia sino el exterminio. Y está íntimamente ligada a los planes imperialistas en la región.

No se puede entender el emplazamiento del Estado de Israel si no se estudian los 30 años del mandato británico sobre Palestina, que ocurre en el periodo de entreguerra. El proyecto sionista es previo, comienza antes, pero en los 30, durante el mandato británico entre 1917 y 1948 es cuando se genera la base democrática, institucional y la infraestructura de lo que va a ser el Estado de Israel. En esos 30 años el sionismo monta su propio estado que luego deviene en el Estado de Israel. Y no voy a entrar en detalles la terrible injusticia que se comete para darle solución a un problema que es la cuestión judía, para lograr finalmente un refugio para un pueblo, para unas comunidades que estaban siendo perseguidas, masacradas, segregadas, como las comunidades judías en Europa, ocupando territorio de otro pueblo que nada tenía que ver con ese proceso histórico, desplazando y destruyendo su sociedad. Ese es el gran pecado original de la cuestión de Palestina y ahí la responsabilidad fundamental es de Naciones Unidas.

Esta Nakba estuvo negada durante mucho tiempo por la historiografía sionista. Ahora paradójica y novedosamente, desde el discurso público aquellos que están en el ejercicio del gobierno del Estado de Israel hablan de una segunda nakba, reconociendo la primera. La Nakba siempre fue negada. De hecho nosotros sacamos un libro en diciembre de 2023, cuando todo esto ya estaba en curso, que se titulaba: ”Negacionismo de la Nakba”. El sionismo a través de su discurso historiográfico negó la existencia de la Nakba. Planteó que en realidad los palestinos se habían marchado en el marco de una primera guerra con Israel y que nunca habían regresado. Porque aceptar la Nakba es aceptar que ese estado está constituido sobre ese crimen, sobre el crimen de la destrucción de la sociedad palestina, el desplazamiento de 750 mil palestinos y palestinas en el año 1948. Entonces la Nakba estuvo negada hasta ahora, que el discurso público israelí habla desde sus sectores mas radicalizados y extremos de una segunda Nakba. Y no se puede comprender la estabilidad y la potencia del Estado de Israel sin entender la alianza estratégica que tiene con los Estados Unidos.

Con respecto a la cotidianidad, cuando hablamos de resistencia palestina en función de la matriz orientalista que nos habita en occidente, inmediatamente tenemos una tipología. La resistencia palestina es mucho más que la propia resistencia armada, que la contiene por supuesto. La resistencia palestina es vivir la cotidianeidad. Reproducir la palestinidad, reproducir su lengua, su cultura, afirmar su historia y luego jugar un partido de pelota en la playa, formar una organización de derechos humanos, emprender cualquier proceso colectivo de lucha, escribir un poema, dar una clase. Vivir como palestinos en su pueblo es una forma de resistencia. ¿A qué resisten? A un proyecto colonial que viene a desterrarlos. Cuando hablamos de resistencia palestina estamos hablando de un pueblo que quiere seguir existiendo. La resistencia palestina es la reexistencia, es continuar cotidianamente con su existencia.


Intervención Manuela Castañeira (Socióliga y dirigente nacional del Nuevo MAS)

“La causa Palestina representa el resurgimiento del internacionalismo en el Siglo XXI”

Muy buenas tardes a todos, todas y todes.

Quiero agradecer la invitación y a lxs compañerxs del ¡Ya Basta! por organizar este evento que nos convoca. Para mí es un honor estar en este panel y escuchar a docentes, especialistas, a estudiantes y a compañeros nodocentes. Nos une la causa por la defensa del pueblo palestino, que está sufriendo un genocidio en pleno siglo XXI.

Quiero traer dos elementos a este panel: en primer lugar el contexto internacional, el mundo en que nos encontramos en este siglo XXI, y en segundo lugar como impacta esto en la lucha internacionalista en defensa del pueblo palestino.

Estamos ingresando en una nueva etapa internacional, un mundo nuevo, que nos presenta fenómenos de los que tenemos que dar cuenta, que no estaban presentes sobre finales del siglo pasado. Estamos viendo el desgaste y también la voracidad del sistema capitalista en el terreno político, en el económico, en el ecológico, en el nacional. Y también están las respuestas, como el movimiento internacional en apoyo a la causa palestina, estamos viendo movimientos que surgen frente a los ataques, a las nuevas derechas, como es también el movimiento de mujeres internacionalmente.

Estamos ingresando en una nueva etapa que viene con fenómenos nuevos. Uno son los problemas geopolíticos que, con el dominio “unilateral” de Estados Unidos durante la década del 90 del siglo pasado, no se venían viendo: guerras, conflictos extremadamente sangrientos. Sobre finales del siglo XX las relaciones internacionales parecían muy estabilizadas, por la hegemonía del imperialismo norteamericano y su imposición de ciertos acuerdos que gobernaban la economía mundial.

Ahora, en pleno Siglo XXI, volvemos a las guerras con elementos interimperialistas. Es el caso de la opresión al pueblo ucraniano por parte de Rusia, con la intromisión de la OTAN y Estados Unidos. Estamos viendo esta escalada imperialista brutal del Estado de Israel sobre Palestina. Son elementos de la historia del siglo XX, de esa etapa de crisis, guerras y revoluciones como la definió Lenin, que vuelven en este siglo XXI: la vuelta de una etapa de guerras, crisis, revoluciones, reacción y barbarie. Vemos una voracidad del capitalismo y como parte de ello el surgimiento de las nuevas derechas, como respuesta política anticipada frente a las reacciones por abajo.

Hay una tradición de nuestra corriente Socialismo o Barbarie que reivindico como militante, como persona conectada con la realidad, que ve los fenómenos en sus múltiples determinaciones: sería equivocado mirar todos los eventos que suceden en este mundo desde un solo lado, ver solo los ataques. Sería como tener un lente que te tape un ojo y tener una visión recortada donde solo se ven los golpes, la derecha, los conflictos, las guerras.

Las sociedades son metabolismos vivos, llenos de contradicciones, llenos de esperanzas, de aspiraciones y llenos también de debates, tenemos que ver que también están llenos de respuestas. Ante la voracidad del capitalismo hay nuevos fenómenos, llenos de futuro. Por ejemplo, entramos al Siglo XXI y el capitalismo, con las nuevas tecnologías, quiere imponer las condiciones de explotación y opresión del siglo XIX. Pero frente a ese ataque tenés una respuesta inmensa: Estados Unidos y el nuevo fenómeno de la oleada de sindicalización, la recomposición y la nueva clase obrera en los sectores industriales, del espectáculo, de la industria automotriz, de los trabajadores de la tecnología. Y pienso en eso porque acá veo compañeros repartidores con su bandera, que fueron protagonistas y organizadores del primer Congreso Internacional de Trabajadores por Aplicación, con el SiTraRepA, el primer Sindicato de Trabajadores de Reparto por Aplicación del país. Otro de estos fenómenos es el dato de que en 2023, Estados Unidos tuvo la mayor cantidad de huelgas registradas en los últimos 23 años. Un proceso importantísimo que se da en el corazón del imperialismo y que irradia.

Me remito a otro movimiento, un sector del cual proviene mi militancia que es el movimiento feminista, que tiene rasgos internacionalistas. Así como el movimiento feminista en Argentina defendió a las mujeres polacas cuando quisieron sacarles su derecho al aborto, la Marea Verde en Argentina irradió sobre la región y fue clave para avances en Chile, Costa Rica, en México. El movimiento feminista recorre el mundo y es uno de los protagonistas del combate a las nuevas derechas. Por eso el presidente Milei intenta borrarnos a través del lenguaje, por eso prohibe el lenguaje no binario y el femenino, para negar la existencia de las mujeres y LGBT.

Está también el movimiento ecologista, donde la juventud expresa un cuestionamiento  a la voracidad del capitalismo y a la ruptura del metabolismo social con la naturaleza. Es un concepto que viene del marxismo: la importancia de defender un metabolismo sano entre la naturaleza y la humanidad, un equilibrio. El capitalismo rompe ese equilibrio cuando no se respeta el ciclo vital de recomposición de la naturaleza. Eso lo sentimos directamente y  tuvimos en 2023 el año más caliente desde que se tienen registros, por el calentamiento global.

Es importante traer estos movimientos que recorren el mundo y que se plantan para ver la realidad, porque ahí están las oportunidades para darla vuelta y para cambiar las cosas. Esto es lo que vemos hoy en relación a la causa Palestina y a la lucha en contra del genocidio: estamos ante el resurgimiento del internacionalismo en este nuevo Siglo XXI.

Los estudiantes estadounidenses están recuperando tradiciones de cuando luchaban contra la Guerra de Vietnam. En ese momento había un elemento concreto: no ir a la guerra, además de la solidaridad. ¿Qué tienen que ver hoy los estudiantes de Estados Unidos con Palestina? Es el internacionalismo, es esa sensibilidad que trasciende tu interés directo y cotidiano, tu problema inmediato. Esa solidaridad que es el antídoto a los prejuicios, es el antídoto ante las nuevas derechas que se montan en la barbarie y el malestar que existe en el sistema, que se construyen ideológicamente sobre la despolitización, sobre el individualismo y sobre el prejuicio para echarle la culpa al otro, al inmigrante, a la feminista, al militante de izquierda o al palestino.

Ese internacionalismo se ve en los estudiantes en Estados Unidos, en las movilizaciones de la clase obrera egipcia, las movilizaciones en el Líbano, la movilización histórica en Inglaterra, la carpa de lxs compañerxs del ¡Ya Basta! en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras. En esos elementos está la posibilidad de un nuevo movimiento. Dan respuesta a este brutal ataque y este castigo colectivo que infringe el Estado sionista de Israel sobre el pueblo palestino, con el lobby, campañas de bloqueo, de cercenamiento de la libertad de expresión de aquellos que defienden al pueblo palestino y quieren opinar, ya sean o no palestinos, sean de la religión que sean. Esa brutalidad ante los ojos del mundo ha reabierto un debate y ha esclarecido que son totalmente insuficientes los espejitos de colores que vende el imperialismo estadounidense, ya sean Obama o ahora Biden, con la solución de los dos estados.

La brutalidad del ataque de Israel reabrió en el mundo la discusión de que en Palestina hay un genocidio y ha abierto la discusión de cómo se resuelve. Desde el imperialismo, está la política de los dos Estados. Esa es de palabra la política de Biden. Pero es el mismo que mandó todos estos meses municiones, equipamiento militar y decenas de barcos para apoyar el genocidio. Dicen dos estados, pero arman hasta los dientes a Israel. No compartimos la definición de que se trata de una guerra, hay una asimetría brutal en los recursos de los imperialismos del mundo unidos contra un pueblo bloqueado.

Por eso, en este momento en que se reabre mundialmente el debate sobre la causa palestina quiero aportar nuestra mirada de qué programa defendemos desde la solidaridad con el pueblo palestino que arranca por supuesto por frenar el genocidio y el exterminio. Defendemos una Palestina única, libre, laica, democrática, y a la que la Corriente Socialismo o Barbarie le agrega: “y socialista”. No es propaganda, porque no hay una solución aislada para la cuestión Palestina. No hay una solución aislada para su empobrecida clase obrera si no es una solución regional. El destino del pueblo palestino está atado al de la clase obera egipcia, del pueblo libanés, de las mujeres iraníes. De los pueblos de medio oriente solidarios con Palestina y no de sus gobiernos y de todos esos regímenes retrógradas, explotadores y opresores que tejen alianzas por arriba, como es el caso del gobierno egipcio y del régimen egipcio con el Estado de Israel contra los propios palestinos.

Entonces cuando decimos una Palestina libre, laica, democrática, única y socialista, vemos que en este mundo, en este Siglo XXI, como contraste de las guerras, de la barbarie capitalista, también se empieza a reabrir el debate por la salidas y las posibilidades revolucionarias a los problemas que este sistema no resuelve, y que las masas del mundo miran consternadas y en solidaridad.

Esta contribución desde la Universidad va en ese sentido, porque las universidades son un lugar de reflexión, tiene que ser un espacio de libertad de expresión, de opiniones y también de transformación. Hay una hermosa tradición de lucha en esta Universidad, expresada en todos los rostros de las fotografías de lxs estudiantes y docentes desaparecidxs que aportaron su conocimiento y su vida para cambiar el mundo.

Cierre: “Es un gran momento para organizarse, es un gran momento para romper con otro de los prejuicios de las nuevas derechas: la salida individual”

Hoy estamos en esta universidad llena de juventud en solidaridad con la causa palestina y surgen las preguntas sobre cómo seguimos, qué podemos hacer.

Estamos en un momento donde hay un recomienzo de experiencias, donde se presentan nuevos desafíos y nuevos aprendizajes: cómo organizarse, cómo cortar una calle, cómo organizar una asamblea, qué es la independencia política. Son cosas elementales de la militancia que hay que aprender. Hay un recomienzo de la experiencia que con una generación que tiene mucho por aprender pero que no carga sobre sus espaldas con el peso de las experiencias negativas del pasado. Por ejemplo, la ideología de que la única alternativa es el capitalismo es una campaña de los 90, posterior a la caída del muro de Berlín.

Pero hoy ante este contexto de crisis y guerra, de ser testigos de la masacre sin fin y la barbarie que significa este sistema, se reabre la discusión sobre la salida. Hay una oportunidad para reabrir debates sobre las alternativas y para preguntarse si la salida no es el capitalismo, ¿Qué puede ser?

Ahí podemos abrir un gran debate sobre cómo resolver los problemas. Hace un rato se mencionaba la publicación del nuevo libro de Roberto Saenz, “El Marxismo y la transición socialista”. En vistas de todo este debate sobre construir nuevas alternativas para resolver el problema, busca sacar conclusiones de lo que pasó en el Siglo XX. Ver todo lo que significó la contrarrevolución estalinista, no caer en teorías campistas, teorías que arrebatan la perspectiva independiente y todo punto de vista de la clase obrera, el punto de vista del explotado y el oprimido, que es reemplazado por el punto de vista de la lógica de los estados. El libro invita a salirse de eso para pensar en el programa para construir una alternativa. Esa elaboración tiene que ver con aportar ese debate para estos nuevos momentos que se vienen y yo lo quería reivindicar.

Y después en el cotidiano, es un gran momento para organizarse, es un gran momento para romper con otro de los prejuicios de las nuevas derechas: el individualismo. La idea de que te salvas solo, que resolvés tus problemas solo y a expensas del de al lado. Organizarse es nutrir la solidaridad, la camaradería, la humanidad misma y es nutrir la perspectiva de transformación contra la idea que el enemigo es el trabajador inmigrante, el trabajador de planta, para aquel que es el contratado; para aquel que está desocupado es el ocupado; para el que es de Argentina, el que es del país limítrofe; para la persona que está al lado es la feminista o el gay o la lesbiana, como vimos en el lesbicidio de Barracas. Contra la idea de que el problema es el palestino, el árabe. Organizarse contra la idea de que el problema es el zurdo, el militante, el que es de izquierda, el socialista, el trosko. Hay que romper con todos esos prejuicios, ese individualismo. Organizarse sindicalmente. Organizarse en su centro de estudiantes siendo independiente de las autoridades y de los partidos patronales. Y organizarse políticamente. Una de las cosas más lindas, que contaba en la marcha del 23/4, que me dejó mi paso por la universidad, en el paso de una carrera que me marcó la perspectiva del mundo es cuando conocí a mis compañeros del ¡Ya Basta! y haber tenido la oportunidad de organizarme políticamente para cambiar el mundo. Organizarse en todos los lugares, en todos los planos, pero organizarse políticamente es una de las mejores cosas que podemos hacer de cara a los desafíos que se vienen de cara al Siglo XXI.


Intervención Violeta Alonso (dirigente del ¡Ya Basta! y Secretaria del CEFyL)

“Reivindico a lxs estudiantes estadounidenses y de todo el mundo, que se ponen de pie contra genocidio y son un faro de alegría para todxs nosotrxs”

Hola a todxs compañeros, compañeras, estudiantes, no docentes, docentes,  graduadxs, amigxs, familiares, que están aquí presentes. Me encanta estar realizando esta actividad.

 

Empiezo con una cuestión, digamos, personal en relación de mi posicionamiento a favor de la causa palestina, que tiene que ver con mi propia historia, con mi propia persona. Yo tengo familia judía por parte de mi papá. Mis abuelos son sobrevivientes del holocausto y llegaron a Argentina escapando de la persecución del nazismo, se conocieron acá, tuvieron a mi padre y acá estoy yo. Mi primer apellido es Azriel, muchos no lo conocen, y yo quiero comenzar diciendo esto, primero porque creo que esta historia me dio una sensibilidad especial por la causa palestina. Porque justamente, escuchar las historias de la estigmatización, persecución, desplazamiento, intentos de exterminio de un pueblo, que es el pueblo judío, justamente por su procedencia, su etnia y su religión, me hace muy sensible ver como hoy por hoy en nombre de ese pueblo judío y su sufrimiento se infringe un sufrimiento y una opresión a otro pueblo, que es el pueblo Palestino. No se repara, ni se arregla el sufrimiento de un pueblo con la opresión de otro. La defensa de la causa palestina no tiene que depender de si uno es de tal o cual religión. No es un tema religioso ni es un tema específicamente de judíos versus palestinos, árabes o musulmanes. Pero también me siento en la obligación de traer el tema, justamente por lo que decía Gabriel, que muchas veces nos tildan de antisemitas a quienes defendemos la causa palestina y eso es algo que a mi personalmente me toca muy de cerca, que es algo que no puedo aceptar. Y que yo siento la necesidad absoluta de plantear la cuestión de la opresión al pueblo Palestino, de una opresión imperialista, racista, de un proyecto colonial, que yo rechazo y como yo también soy militante de izquierda, también soy socialista, siempre voy a posicionarme desde la defensa de los pueblos oprimidos hacia los estados opresores, hacia los estados imperialistas, y este caso un estado que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, que ha contado con el apoyo del imperio británico y todos los imperios de Europa.

Celebro también ese componente pro palestina en el mundo que lo representa en aquellos compañeros y compañeras que dicen “Not in our name”, no en nuestro nombre, de los estudiante judíos en Estados Unidos que son parte de jewish voice for peace y que están siendo parte de los acampes. Desde mi lugar, desde hace años sigo el conflicto palestino y me entristece ver el dolor que le infirgen al pueblo palestino, pero tambien hoy hay una alegria en ver al movimiento estudiantil y ver a compañeros y compañeras como todes nosotres que llenamos esta sala que esta encambezando una oleada de acampes y movilizaciones en defensa y solidaridad con el pueblo palestino. Desde ese lugar, quiero contar un poquito acerca de este proceso de lucha que comienza, esta oleada estudiantil. Por supuesto el movimiento en defensa de la causa palestina viene de mucho antes, pero hace menos de un mes, el 17 de abril, fue la primera ocupación en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, donde justamente había habido en el siglo pasado ocupaciones estudiantiles contra la Guerra de Vietnam, contra el apartheid  de Sudáfrica.  Ahora comenzó una ocupación en solidaridad con el pueblo palestino plantenado la necesidad de un alto al fuego y de una Palestina libre, y eso se fue expandiendio de una manera impresionante que lo vimos desarrollarse ante nuestros ojos. Hay 46 Universidades en Estados Unidos en las que se han realizado acampes en este último mes, que siguen haciéndolo, porque incluso ayer empezó un nuevo acampe en una universidad en Philadelphia. Es un proceso que sigue creciendo y que además ahora se expandió a un montón de rincones del mundo. Son más de 200 universidades donde ha habido y hay acampes, movilizaciones. Quiero mencionar solo algunas de las más importantes regiones del mundo: Estados Unidos, Canadá, México, Francia, España, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Austria, Italia, Australia, Japón. Y nos llena de alegría, de fuerza ver a esos pibes, esas pibas que se están organizando, donde como decía, reclaman por el alto al fuego y le reclaman a sus propias universidades que dejen de establecer acuerdos de financiamiento, acuerdos de investigación con el Estado de Israel, con su universidades. Por ejemplo los estudiantes de MIT, el Instituto de Tecnología de Massachusetts, han denunciado como esta universidad viene sosteniendo durante los últimos años contratos de investigación con el ministerio de defensa del Estado de Israel, que equivalen a 11 millones de dólares, que le ha aportado el Departamento de Defensa para investigaciones que pueden ser utilizadas para tecnologías de drones y de misiles. Estos estudiantes reclaman también a sus universidades el boicot hacia el estado de israel por estar cometiendo un genocidio.

Porque no se puede hacer como si nada y seguir haciendo intercambios estudiantiles con el Estado de Israel y seguir teniendo relaciones académicas comunes y silvestres, cuando hay un estado que está llevando adelante el asesinato de 36mil palestinos y palestinas en unos pocos meses. Y estos estudiantes dicen “nosotros no queremos ser parte de esto”,  “nuestras universidades no deberían ser parte de este genocidio”, “no deberían ser complices, nuestro gobierno no debería ser cómplice”. Y por eso los estudiantes se están organizando y se están levantando. Vienen realizando estos acampes donde hacen un montón de actividades hermosas, desde charlas con invitados de las luchas antirracistas del movimiento Black Lives Matter, de la población descendiente de los pueblos originarios norteamericanos. Están realizando acciones también en las ceremonias de graduación que está habiendo en Estados Unidos donde los estudiantes van a recibir el diploma con la bandera Palestina, arrojan en señal de protesta los diplomas, las famosas gorras de graduación, se plantan ahí en estos campus universitarios. También movilizaciones como las que se han visto en la Sorbona, en París. Inclusive en la universidad de Cambridge en un acto de graduación simbólico para los estudiantes palestinos asesinados que no tuvieron la oportunidad de graduarse. Así que es un ejemplo de lucha impresionante que nos llena de alegría.

Y por otro lado, vemos con mucha gravedad la respuesta que dan los gobiernos. Es una respuesta, en la mayor parte de los casos, represiva, de defensa de esas posiciones que apoyan al imperialismo, que apoyan al Estado de Israel. Desde Trump hasta Biden, desde los republicanos hasta los demócratas en Estados Unidos. En Francia, en España, en Inglaterra se ven esas mismas respuestas por parte de los gobiernos, que salen a reprimir a los estudiantes, a atacarlos. Esto me lleva a la idea con la que quiero cerrar: ¿Por qué desde Argentina y por qué lxs estudiantes argentinos, y además les trabajadores por supuesto, tenemos que apoyar y expresar nuestra solidaridad con el movimiento estudiantil que está parándose en el mundo en defensa del pueblo palestino?. Porque hay distintos debates. Hay algunos lugares del sentido común, mas nacionalista que dicen: “Bueno, pero en Argentina hay gente que sufre, entonces ¿cómo nos vamos a poner a hablar de lo que pasa con estudiantes que estan allá lejos?” o “¿por qué cantan Free Palestine en inglés? Si ese es el idioma del imperialismo”. Desde nuestro lugar podemos asegurar desde el ¡Ya Basta! que se puede, lo estamos haciendo y lo hemos hecho al mismo tiempo: defender la educación pública en Argentina, participar de la histórica marcha federal educativa del mes de abril, organizarnos para defendernos del gobierno de Milei, para defender a todos los explotados y oprimidos de Argentina y también solidarizarnos con el movimiento estudiantil en el mundo y con la causa del pueblo palestino. También estar haciendo esta charla, como hicimos la radio abierta. Defendemos que tiene que primar la solidaridad entre los distintos sectores del mundo que estamos saliendo a luchar, porque nos sentimos parte de esa juventud antiimperialista, anticolonial, antiracista y anticapitalista. Que cuestiona desde el mismo corazón del sistema y desde el mismo corazón de los países imperialistas esas lógicas represivas. Y que nosotrxs podemos no compartir el mismo idioma, pero compartimos la misma lucha y por eso estamos hermanados. Así como cuando las chicas de la Marea Verde salimos a luchar por nuestros derechos nos sentimos abrazadas al ver las fotos en solidaridad de las pibas en todo el mundo, que se ponían el pañuelo verde y estaban ahí alentando para que podamos conquistar nuestro derecho.

Y así como también hay que destacar el valor de estos compañeros y compañeras que ya ha habido mas de 2.200 detenciones, solamente en los Estados Unidos, de lxs estudiantes que enfrentan los palos de la policía y que se bancan esas situaciones porque saben que hay un pueblo que esta sufriendo una de las peores violencias en el S. XXI, que es el pueblo palestino. Y porque yo también recuerdo la historia de nuestro propio país, donde las madres de Plaza de Mayo iban a buscar la solidaridad internacional para buscar a sus hijos y a sus hijas, para frenar a la dictadura. En ese sentido, reivindico a lxs estudiantes estadounidenses y de todo el mundo, a los estudiantes que se ponen de pie contra el proyecto genocida, contra un proyecto colonial. Y que están ahí enfrentando a la ultraderecha en el mundo y son un faro de alegría para todxs nosotrxs, un ejemplo de lucha que hoy reivindicamos y queremos defender desde el ¡Ya Basta! y desde el Nuevo MAS.

Cierre: “Desde el ¡Ya Basta! y en la Facultad de Filosofía y Letras queremos plantear la necesidad de que la facultad rompa con los convenios que tiene actualmente con universidades de Israel”

Para cerrar, quería agradecer a todes les compañeres sus preguntas y comentarios, y al panel que me encanta compartir. Una cosa que quería agregar, ya que estamos acá en Filo y nos hacemos eco de los estudiantes en todo el mundo, acerca del video que veíamos con el profesor de la Facultad de Cisjordania, señalar que también acá desde el ¡Ya Basta! y en la Facultad de Filosofía y Letras queremos plantear la necesidad de que la facultad rompa con los convenios que tiene actualmente con universidades de Israel. Hay convenios en curso entre Filo y universidades de Israel y nos parece que también como parte de esa presión internacional hacia el Estado de Israel sería muy importante que nuestra facultad pueda suspender esos convenios hasta que frene este genocidio hacia el pueblo palestino. Así como también consideramos que es muy valioso actuar hoy en esta facultad a este espacio de debate que no se da todos los días y como hemos peleado también muchas veces desde el ¡Ya Basta! para que la facultad se posicione de manera clara en defensa de la causa palestina. Después quiero referirme a algunas preguntas. Este movimiento que surge en las facultades en todo el mundo es el alza del movimiento estudiantil más grande que hemos visto en el siglo XXI, es parte de, como decía acá Manuela, un proceso de recomienzo de la experiencia histórica de los explotados y oprimidos. Este es un concepto que tenemos desde la corriente Socialismo o Barbarie: hay nuevas generaciones de jóvenes estudiantes y trabajadores que sufren la barbarie del capitalismo en este siglo XXI y que también empiezan a buscar una nueva forma de enfrentar a esas formas de opresión que ven el mundo, a esas injusticias, esas desigualdades. Justamente es la juventud, y decimos recomienzo de la experiencia histórica porque en muchos casos parece haber un quiebre, una ruptura, una falta de vínculos con las experiencias históricas de lucha del siglo pasado, y donde hay toda una tarea que tenemos les jóvenes por poder recuperar eso. Por eso también ahí me acordaba del anuncio del libro que vamos a estar sacando acerca del marxismo y la transición socialista, también me hace pensar en eso, cómo en el siglo XXI los jóvenes nos volvemos a plantear la posibilidad del socialismo.

Con respecto a este movimiento de defensa de la causa palestina, obviamente tiene mucho que ver y son esos mismos jóvenes que también se están organizando contra la ultraderecha. Sin ninguna duda el movimiento estudiantil que está en las universidades en Estados Unidos hoy es claramente anti Trump, es claramente un movimiento que se vincula con todos los últimos años de lucha contra los crímenes racistas en Estados Unidos como fue el surgimiento de protestas por el asesinato de George Floyd, que también movilizamos acá desde Argentina para solidarizarnos, cuando fueron esas protestas. En Francia también abreva en movimientos que ha habido contra la violencia policial hacia la población afrodescendiente y también hacia la población árabe, porque en Europa la inmigración es un tema muy discutido y donde también la ultraderecha hace mucho foco de decir “los problemas que tenemos en España, en Francia o en Inglaterra son por culpa de los árabes o los africanos que vienen a nuestros países, que quieren usar nuestros recursos”, que es lo mismo que dice acá también Milei en Argentina hacia otros inmigrantes. Hay un vínculo ahí también, justamente en ese recomienzo de la experiencia y de recuperar los lazos con las experiencias históricas anteriores. Ya lo mencionábamos en la lucha en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam, por los derechos civiles, en Francia la historia de la lucha contra la guerra en Argelia, la historia, inclusive, del Mayo francés por supuesto, de toda la historia colonial que atraviesa estos países donde hoy surge esta oleada estudiantil. Inglaterra, como decía Gabriel, que tuvo un papel directo sobre los proyectos coloniales sobre Oriente y que justamente los estudiantes también eso lo problematizan, incluso son temas de estudio en algunas de estas facultades.

Por último quiero retomar el video de la compañera de Estados Unidos que decía “ellos son los poderosos, tenemos que enfrentarlos entre todes”. Esta juventud tiene algunos resabios más ingenuos, en los campus primero era todo paz y amor, charlas, tocar la guitarra, cantar canciones, incluso celebraciones rituales religiosas, hacer distintas intervenciones artísticas, murales, todo una cosa super linda. Pero después ¡pum!, vino la represión, y ahí se empezaban a ver las barricadas, los escudos. Hay elementos donde empieza a verse como estos jóvenes se arman con sus herramientas para enfrentar a estos poderosos, como también acá en Argentina nosotrxs nos planteamos cómo enfrentamos al gobierno de Milei, cómo enfrentarnos eventualmente a un ascenso de la represión contra nuestras peleas. Y esa es la experiencia que los compañeros y las compañeras están transitando y que remite también a esos elementos antisistema donde también por ejemplo en Estados Unidos va a haber elecciones y los jóvenes dicen “Biden no nos representa. ¿Qué vamos a hacer? Porque este tipo defende el genocidio, nos manda la policía a reprimirnos, ¿lo vamos a votar?” Entonces también, y cierro con esto, es el recomienzo de la experiencia, esta oleada estudiantil en el mundo también muestra de manera muy clara la falta de representación política que tiene esa juventud en países como los Estados Unidos donde a diferencia de acá en Argentina no existe trotskismo como existe acá, no existen los partidos revolucionarios de la izquierda como existen acá. Nosotres, desde la corriente Socialismo o Barbarie, buscamos acercar a esa juventud que en el mundo se organiza, como nuestros compañeros de Francia que por supuesto han sido parte de las protestas. Buscamos acercarles la alternativa socialista que nosotres defendemos y la perspectiva de representación política, está acá Manuela Castañeira, y nos proponemos para construir esta perspectiva con la juventud de todo el mundo, así que vamos por hacer crecer al ¡Ya Basta! y la corriente SoB en todas partes.


Intervención de Alejandro Leiva (representante no docente en el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras)

“La causa del pueblo palestino también nos moviliza como trabajadores no docentes”

Buenas noches, ¿cómo están? Para mí es un honor estar acá con ustedes, es muy lindo, porque hablábamos con los compañeros, pocas veces nos sucede participar en espacios donde estamos todos los claustros. Voy a contar mi visión como trabajador,  de cómo conocí como trabajador la causa de Palestina, de la lucha de un pueblo. Me acuerdo del 2001, cuando salimos a la calle, en esos años había internet era muy reciente y bueno uno empezaba a ver qué pasaba en otras partes del mundo, con la lucha contra el sistema capitalista y ahí aparece para mí Palestina. Eso fue impactante, para los que estábamos en las calles porque se veían pocas cosas, fotos, pero muy disperso.

Después yo comencé a organizarme en la militancia antirepresiva, y eso me inserta en la búsqueda de cuál es la causa de la represión que sufre el pueblo Palestino, toda la violencia que viven diariamente. Ver ejecuciones en las calles, la violencia hacia las mujeres, hacia los niños, a las infancias, es terrible. Como trabajador esas cosas te movilizan. Creo que también tienen que ver con uno, si uno no tiene sensibilidad, si no te mueve esta lucha, esta resistencia, sos de hielo. Fue muy importante para mí conocer por qué sucedía, empezar a estudiarlo, porque lo vuelvo a repetir en ese momento no era tan fácil llegar al acceso de la causa y de la historia del pueblo Palestino.

No quiero dejar de mencionar como nodocente, como trabajador de esta Universidad, que esta causa es algo que nos moviliza a nosotros como trabajadores. En esta charla somos varios compañeros nodocentes que compartimos este interés. Creo que incluso es una causa que trasciende banderas políticas. Y obviamente ese interés también sucede porque hay profesores y estudiantes que intercambian esas ideas y esas discusiones sobre lo que sucede en Palestina.

¿Qué sucede con los trabajadores de Palestina? Hay muy poca información, pero les puedo contar ahora lo que sucedió cuando fue el ataque del 7 de octubre. La mayoría de los palestinos trabajan en la construcción, por ejemplo y laburan del lado de Israel. No es ir a laburar y tomarse un bondi, no, tienen que pasar lugares de tensión, los checkpoints, donde son revisados, son detenidos y quedaron 18 mil personas del otro lado, los alejaron de sus familias, no podían regresar a su casa. Y pensaba ¿cómo un trabajador puede tener una vida normal? Es imposible pensarlo.

Pero descubrí que también hay sindicatos, de varias ramas, como acá pero en Palestina. Me llamó la atención que el año pasado, los sindicatos armaron una denuncia hacia el ataque de Israel y le pedían a los trabajadores de las fábricas del mundo donde fabrican las armas que no las fabriquen más, una forma de boicot. El nivel de conciencia que tienen que tener los trabajadores para plantarse desde ese lugar, me parece muy interesante.

Y después quería traer para pensar y debatir, pensando en la historia de la intifada, la resistencia de los palestinos, ¿por qué la intifada fue escalando en violencia en la respuesta de la resistencia?. Creo que eso tiene que ver, como se dijo acá, con que Israel cada vez es más feroz en su ataque hacía el pueblo Palestino. Es llamativo como en la primera intifada de 1987 estaba la gente en las calles enfrentando la represión, pero también hacian boicot a las empresas, no pagaban impuestos, una serie de formas de boicotear el estado de Israel. Y la segunda intifada, donde ahí también aparece el nombre de lo que conocemos como organización política Hamas, se vuelve más violenta incluso. Tiene que ver, para mi, con la respuesta a una violencia creciente por parte del estado de Israel: la respuesta también tiende a ser más violenta. Desde el lado del imperialismo, de Estados Unidos, quiere instalar que en cualquier lugar del mundo una organización política que se organiza para enfrentar a un estado violento, represor, es terrorista.

En Argentina nosotros tenemos de hecho también tenemos leyes antiterroristas, hoy en día nosotros podemos ser tildados de terroristas incluso. No quiero dejar de mencionar que en los años 70, cuando existían las organizaciones políticas o militares que enfrentaban la represión, eran considerados “subversivos”. La dictadura exterminó a esos compañeros y compañeras y ahora nosotros seríamos los “terroristas” por defender, cortar una calle, ir a defender a un compañero que cae preso.

Me pareció muy interesante este punto porque de hecho en la ley de bases la ministra Patricia Bullrich quiere endurecer más aún esas penas. Eso nos abre todo un debate, ¿cómo nos organizamos ante la represión nosotros como militantes políticos?

Quería hacer este aporte desde esta experiencia y esta visión antirrepresiva. Agradezco a mis compañeros nodocentes que me hacen el aguante todos los días, que están acá, y gracias por la invitación.

¡Aguante la unidad interclaustro de la facultad!

Cierre

Me quedé con la parte de los discursos de odio inconclusa. Estaba pensando también lo que significó la pandemia. El problema de la gente que se quedó en su casa y podía mirar una serie en la computadora o en el celular y la gravedad que implicó eso en la línea política que se bajó, especialmente de la ultraderecha, de las ideas de ultraderecha.

Me quedo con este espacio que estuvo buenísimo. Aprendí un montón. Siempre nos llevamos cosas para pensar y para seguir debatiendo. Estoy contentísimo de pertenecer a este lugar, a la universidad pública, sigamos defendiendola, sigamos peleando por otras universidades. Sé que hay compañeros de otras universidades nacionales. Es importante. Estos espacios son nuestros, de los trabajadores, de los estudiantes, de los profesores.

 

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