Los devastadores incendios forestales en el norte de la provincia de Córdoba que comenzaron el domingo pasado ya se cobraron la vida de tres personas. El último en fallecer este miércoles por la tarde fue un joven de 27 años que permanecía internado en grave estado, tenía el 80% de su cuerpo quemado. Entre las otras víctimas hay otro joven de  21 años y un hombre de 48 años.

El fuego avanzó rápidamente a partir de condiciones las meteorológicas adversas y el estado de la vegetación que es seco. Los primeros focos comenzaron el domingo en los bosques que rodean a San Pedro Norte y San José de la Dormida (Tulumba) y Caminiaga (Sobremonte). Algunos vecinos de la zona se organizaron para distribuir alimentos a los animales que se quedaron sin la vegetación para alimentarse.

Las causas del incendio aún no se conocieron. Pero vale reflexionar sobre la falta de políticas por parte de los gobiernos nacional y provincial ante los reiterados incendios en distintas partes del territorio hacen sonar una alarma importante. Los meses de mayores temperaturas están por venir y no hay a la vista avances en la prevención, sanción de los especuladores que están detrás de la mayoría de las quemas y reparación de los valiosos ecosistemas dañados.

Las vidas que se pierden no se pueden recuperar. Esta es otra demostración de las dimensiones de estas verdaderas tragedias socioambientales. Tragedias que tienen responsables detrás, casi siempre en la especulación inmobiliaria o el agronegocio. La ley de humedales, el financiamiento para la ley de bosques son algunas de las deudas que el gobierno y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, entre otros, tienen pendientes.