La educación pública está bajo ataque en el país y en la provincia. Son una política deliberada de los gobiernos los salarios miserables de la docencia por debajo de la línea de pobreza, las escuelas que se caen a pedazos o muy deterioradas, la sobrecarga laboral, la deserción y cierres de cursos, una situación social que golpea a nuestros estudiantes poniendo muchas dificultades para el proceso de enseñanza aprendizaje.
Con todos estos ataques simultáneos, aprovechan para llevar adelante una reforma que quiere avanzar en el cambio de paradigma y terminar de transformar la educación en un instrumento al servicio de los capitalistas y nadie más.
Es un ataque nacional que comenzó con el gobierno de Milei con el desfinanciamiento de la educación pública en todo los niveles. El ataque continúa hoy en las provincias: hay que recordar las pautas acordadas en la reunión a principio de año por el secretario de educación del gobierno de Milei con todos los secretarios de educación de las provincias.
No todas las provincias empiezan por el mismo lado. Muchas comienzan por el disciplinamiento, marcar horario. Otras, por el cambio de currícula. Y en otras están tratando de imponer un cambio más estructural, un cambio de paradigma. Todos esos ataque tienen esa unidad, cambiar de conjunto el sistema educativo.
La contrarreforma en Córdoba
Luego del último plenario docente, el centro del debate fue la reforma educativa. Una reforma educativa que desde la Fuentealba venimos insistiendo desde más de un año que había que tomarlo como un eje de la actividad central de la UEPC capital. Propuesta que lamentablemente nunca fue tenida en cuenta por las otras fuerzas que componen la delegación. Tomarlo solo en forma episódica, nombrándola cada tanto, se debe al carácter rutinario y sindicalista de las corrientes que la conforman, en particular de Tribuna.
El proceso que se viene dando y organizando ante el vaciamiento en la Modalidad Especial y domiciliaria y hospitalaria, de las escuelas técnicas de inicial y primaria marcan el camino de contrarreforma del gobierno. Y el plenario de delegados del 30 de julio puso las cosas en su lugar, poniendo la reforma en su justo lugar. El centro del debate fue justamente el que veníamos impulsando en la docencia y la Fuentealba.
No es una reforma más. Se da en medio del gobierno de Milei, que no solo desfinancia la educación pública sino que quiere imponer una reforma atada a los aires de la derecha mundial. Lo suyo es una «batalla cultural» que va por todos nuestros derechos, que ataca la ciencia, la cultura, la diversidad, la ESI, etc.
Esta reforma, impulsada por el gobierno nacional, también es aplicada por los gobernadores, entre ellos Llaryora, con la complicidad de la burocracia de la UEPC Provincial, la celeste, y avalada por CTERA
Como venimos denunciando desde la Fuentealba, es una reforma educativa totalmente reaccionaria, retrógrada, que va en contra del proceso de enseñanza y aprendizaje, del conocimiento de las ciencias sociales, la que puede ayudar a desarrollar el espíritu crítico de nuestros estudiantes. Es el camino a un cambio de paradigma: de educación universal a una educación instrumental, funcional cien por cien a los intereses de las empresas.
El ataque que comienza con la Resolución N° 380, la Resolución 452 del año 2024 y en el 2025 con la circular N° 1, Memo 2, Resolución 6, Resolución 62 y otras. Uno de los ejes centrales de esta reforma es la reestructuración curricular, privilegiando cuatro puntos: lengua y oralidad, matemática, uso intensivo de las tecnologías digitales e inglés. Y en segundo lugar, el resto de las materias.
Todos estos cambios obedecen, como ellos mismos lo indican, a las «necesidades de la zona o entorno social». La realidad es que necesitan trabajadores y trabajadoras jóvenes que sepan leer, escribir, hacer cuentas, manejar tecnologías y aplicaciones digitales, y que sepan inglés, el idioma utilizado mundialmente en el mundo laboral. Quieren que las escuelas sean un espacio de entrenamiento de fuerza laboral barata y flexible, adaptada a las necesidades del mercado. La escuela no es vista como una herramienta de emancipación; corre el riesgo de convertirse en una fábrica de exclusión y, en el mejor de los casos, de adaptación a la precariedad.
Las «escuelas precursoras» son la punta de lanza de este cambio antieducativo, que ya impusieron a algunas escuelas. Y ahora, como dice el gobierno, la «elección libre» por cada institución es una extorsión, porque las que «liberemente» elijan la reforma tendrán trato privilegiado por parte del Ministerio de Educación, presupuesto, infraestructura, etc.
Es un ataque pedagógico para todas las modalidades que cambia el criterio universal de la enseñanza, de conocimientos. En ella, todas las materias sociales, humanísticas, artísticas, las ciencias naturales, son puestas en segundo plano y con menos horas, y muchas desaparecen, por ejemplo algunas artísticas. Y no es un dato menor, porque al reducir horas de historia, geografía, de ciudadanía, de filosofía, de artísticas, de laboratorio, de ESI, etc., se está negando el derecho de nuestros estudiantes a que puedan discernir y formarse con espíritu crítico.
Este cambio afecta también a las y los docentes. La enseñanza por área reduce el tiempo para desarrollar la materia, la libertad de cátedra (ya conocemos múltiples denuncias de familias porque no están de acuerdo con la currícula y termina pagando el docente). La incorporación de la quinta hora al docente de primaria implica la desaparición de la jornada extendida, de un espacio lúdico de nuestros niñas y niños. También está el ataque a la hora pedagógica de nivel inicial.
El mismo plan establece el vaciamiento de la modalidad especial y domiciliaria y hospitalaria, la transformación de las escuelas técnicas en bachilleres, la entrega de certificaciones intermedias de estudio en la secundaria, vaciando de este modo las escuelas en los años superiores.
Entre otras cosas, la escuela precursora significa la enseñanza por área: ¿qué pasa cuando falte un docente? Estas situaciones no están contempladas en la resolución. La historia de los cargos sin cubrir la conocemos, así que sabemos la respuesta. Cuando reduzcan de 7 a 6 años en las escuelas técnicas, ¿qué va a pasar con los docentes? Los que más suerte tienen, los titulares, un año a disponibilidad. ¿Y luego qué? Los suplentes, a la calle. Mentiras de que hay costo laboral cero. Ya lo conocemos con los cierres de cursos.
La sobrecarga laboral se agudiza con el nuevo régimen académico, cuando la mayoría se llevan trabajo a la casa, más las múltiples tareas que se le imponen a la docencia la reunión de personal y feria, o exámenes y clase. Todo apunta a disciplinar para educar con menos docentes, como parte de un profundo ajuste del presupuesto educativo. Por ese motivo también quieren reducir la planta docente, con salarios miserables.
La reforma contiene múltiples ataques a nuestros derechos laborales, y son reaccionarios de contenido, porque quieren educar a nuestros estudiantes para los intereses de las empresas, para los intereses del capital. Necesitamos otra educación, que esté al servicio de la formación integral y fomente el espíritu crítico en nuestra juventud. Necesitamos una educación anticapitalista, que permita educar una juventud contra la explotación y opresión.
Un primer paso es no aceptar pasar a ser escuela precursora. No pueden llevar la contrarreforma adelante sin el consentimiento de las y los docentes. Así lo establecen las resoluciones antes mencionadas.
Hay que resistir y terminar con esta reforma. Es muy importante dar a conocer entre la docencia y las y los estudiantes el carácter reaccionario y precarizador que tiene. Y, por otro lado, tenemos que seguir organizándonos desde cada nivel y modalidad, como lo vienen haciendo inicial y primaria, especial, técnicas, e ir acordando medidas hasta poder establecer acciones coordinadas de toda la docencia de Córdoba.




