Aunque aun no hay confirmación oficial, los trascendidos mediáticos indican que el candidato a gobernador que llevará Javier Milei para la Provincia de Buenos Aires será el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos.
Una persona desconocida en la palestra política nacional e incluso bonaerense, Britos es un gran ejemplo de arribismo político típico de la «casta» que Milei dice enfrentar.
Se trata de un ex comisario devenido en político actualmente con perfil «vecinalista», pero que ocupó varios cargos en distintos partidos. Su salto a la política lo dio en 2011, con el partido Unión Celeste y Blanca, que en aquel entonces llevaba como referente a Francisco De Narváez.
Ese año fue electo diputado provincial por esa fuerza, cargo que ocupó durante los 4 años de su mandato para luego lanzarse como candidato a intendente de su ciudad, en el año 2015, lo que finalmente logró. Con una particularidad: lo hizo como candidato del Frente Renovador, es decir, en la boleta que llevaba a Sergio Massa como candidato a presidente.
Como el Frente Renovador terminó integrándose al Frente de Todos para las presidenciales de 2019, como buen «político-casta» Britos saltó del barco y buscó su reelección a través de otro partido, Consenso Federal, cuyo referente nacional por entonces era Roberto Lavagna.
En tres elecciones ejecutivas consecutivas, Britos fue candidato por tres partidos diferentes, y va por el cuarto. Al prácticamente agotar todas las opciones de los partidos del sistema, terminó formando una fuerza política de corte «vecinalista» que en estos últimos años no estuvo alineada ni al Frente de Todos ni a Juntos por el Cambio, lo que terminó siendo un atractivo -además de su perfil «duro» de expolicía- para el espacio de Milei, que le ofrecerá la candidatura a Gobernador.
Britos impulsará una campaña de «mano dura», como ya adelantaba la plataforma electoral nacional de La Libertad Avanza, que impulsa la baja de edad de imputabilidad, la militarización de cárceles y correccionales y la libre portación de armas.
Parece que el discurso anti-casta sólo aplica a los ajenos y no a los propios, ya que Milei no ha tenido reparos en rodearse de viejas y nefastas figuras de larga trayectoria en la política. Recordemos que para Milei la «casta» no incluye a los militares genocidas (trabajó para Antonio Bussi y de hecho lleva como candidato a su hijo en Tucumán) ni tampoco los funcionarios menemistas, como a los que incorporó a su equipo recientemente, dos responsables del «plan Bonex», Roque Fernández y Carlos Rodríguez.