Luego del mensaje grabado en el que Milei anunciaba «una hazaña histórica» de la que el bolsillo de ningún trabajador se enteró, el Banco Central volvió a encender la máquina de emisión tan denostada por Milei por casi la totalidad del superávit celebrado por el gobierno.
Según arrojan los datos del mercado de bonos, el BCRA habría utilizado todo ese nuevo dinero creado para recomprar bonos que ajustan por CER (inflación), que están en su mayoría en posesión de los bancos. Estos bonos venían de un rally bajista importante y la entidad monetaria buscó que no se derrumbe su precio.
Cuando adquirieron estos bonos, los bancos también compraron un seguro en el que el BCRA se compromete a intervenir en el precio de estos papeles en caso de que sufran una caída del 2% en su precio en el mercado secundario, es decir que los bancos dueños de estos bonos tienen garantizado por el gobierno un precio de piso, otro negocio financiero descomunal que significa la continuación de la fiesta financiera de la deuda en pesos que vive Argentina en los últimos años, y que es transversal a todos los gobiernos.
Ahora que pudieron vender estos bonos a «buen precio» gracias a la intervención del BCRA, el objetivo es asegurar liquidez del «mercado» para continuar con el traspaso de la deuda del BCRA a bonos del Tesoro, que licitaron hoy.
El mismo Tesoro que, tal como celebra Milei, se está encargando de hacer un ajuste descomunal, lo que significa que el famoso superávit será utilizado precisamente para el pago de la deuda y el llamado «déficit cuasi-fiscal», es decir la deuda en pesos que el Tesoro tiene mayoritariamente con los bancos.
No hay plata para universidades, salud ni educación pública, tampoco para cultura ni salarios, pero los negocios especulativos de los bancos están garantizados. No hay más ganadores detrás del famoso (y también artificial) superávit.
No escucharemos esta vez a Milei quejarse de la emisión monetaria, mucho menos de que hay que quemar el BCRA. Todo lo contrario, mientras sea para garantizar el jugoso negocio financiero de Caputo y sus amigos, no parece haber problema con la emisión. ¿Milei ya no cree que la emisión genera inflación, como repite desde hace años como un mantra de su credo austríaco?