La tormenta que se viene

Crisis económica: JP Morgan anticipó una corrida cambiaria y expuso a Milei

Unas pocas semanas alcanzaron para demostrar que el "plan" cambiario delineado por el gobierno con el FMI no es más que chapa y pintura para un motor fundido. La flexibilización cambiaria sin ningún contrapeso en términos de generación de divisas reales es una bomba de tiempo en la economía argentina.

La semana arrancó movida en los mercados con la aparición este lunes de un informe de la JP Morgan titulado «Tomándose un respiro«. El banco privado más grande de Estados Unidos anunció su salida del carry trade y recomendó a los inversores que se tomaran un respiro de las posiciones en pesos. Afirmó que es más conveniente pasar a posiciones en dólares o dolar linked por la falta de reservas acumuladas en el BCRA, bajándole el pulgar a los bonos en pesos de largo plazo como las LECAP.

El informe llega días después de que varios informes nacionales (del INDEC y consultoras privadas) relevaran una suma de condiciones explosivas en la economía argentina. La cuenta corriente expresa una fuga constante de dólares, motorizada por la misma política económica de Milei. No existe tal acumulación de reservas, a pesar del relato oficial, y las metas con el FMI no se cumplirán.

A la fuga de dólares para el turismo emisivo hay que sumarle que termina la temporada de cosecha y se vencen los beneficios del dólar soja. El único sector que le reportaba a Milei un superávit de divisas está a punto de cerrar la canilla.

Hay un factor más que anticipa la JP Morgan: el «ruido político» en la previa de las elecciones que podría calentar el dólar. Y si se habla de «ruido en la previa» en realidad lo que se teme no es solo el atesoramiento preventivo de divisas sino justamente la devaluación que la política de Milei está cocinando a fuego lento y que este sólo se atreverá a convalidar una vez pasadas las elecciones.

Las tormentas por venir

La firma había hecho la misma recomendación en abril de 2018, impulsando la venta de las LEBAC para pasar al dólar. Solo algunas horas después se disparó la corrida cambiaria que marcó la debacle económica del macrismo. Los analistas alineados al peronismo se apresuraron a vaticinar la repetición del ciclo: corrida y «derrota electoral» dos años después (se ve que las elecciones del año en curso ya no los entusiasman).

Los analistas pro Milei se apresuraron a desmentir la posibilidad de una corrida. Los argumentos van desde el modesto «la macroeconomía está ordenada y el BCRA saneado» hasta las comparaciones algo más honestas de la composición de las posiciones en pesos respecto al 2018. Es cierto que la porción de bonos en pesos en manos extranjeras es menor a la de 2018 (casi diez veces menos). Pero no va a ser el nacionalismo el que evite que los grandes tenedores de divisas, locales o multinacionales, corran a refugiarse en el dólar cuando la situación lo amerite.

El informe intranquilizó a los especuladores financieros y le puso los pelos de punta al mileísmo. En la tarde del lunes funcionarios argentinos telefonearon a la firma financiera para pedir explicaciones. Hace solo dos meses atrás, cuando Milei y Caputo anunciaron la flexibilización del mercado cambiario, la JP Morgan había anunciado con bombos y platillos su entrada al carry trade argentino.

¿Qué pasó en el medio? Unas pocas semanas alcanzaron para demostrar que el «plan» cambiario delineado por el gobierno con el Fondo no es más que chapa y pintura para un motor fundido. La flexibilización cambiaria sin ningún contrapeso en términos de generación de divisas reales es una bomba de tiempo en la economía argentina.

La propia JP Morgan oficializó la noticia que todos los medios económicos anticipaban a media voz: el gobierno no está cumpliendo con la «no intervención cambiaria» dentro de la banda de flotación. «J.P. Morgan destaca intervenciones del Banco Central en el mercado de futuros por u$s1.500 millones en mayo, a pesar de que el dólar oficial no alcanzó el techo de la banda acordada con el FMI».

El mileísmo acaba de recibir una inyección de 20.000 millones de dólares provenientes del Fondo Monetario Internacional. Si necesita intervenir todos los días sobre el dólar futuro es porque la macro no está ni ordenada, ni saneada, ni capitalizada o cualquier otro adjetivo que elijan los voceros libertarios. La economía argentina sigue siendo estructuralmente deficitaria en términos de divisas: las reservas no crecen, se los dólares se fugan.

Y la tendencia es al aumento de ese déficit. El acuerdo con el Fondo es una nueva rifa de las reservas futuras que la burguesía argentina tomará de las arcas del Estado para pagarle al imperialismo financiero. La destrucción sistemática del entramado productivo nacional configura una economía con cada vez menor capacidad de generación de divisas, merced de la apertura de importaciones, los tarifazos, la desaparición de la obra pública y tantos otros ítems de la gestión mileísta.

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