Ya en aquel momento se le había solicitado al EOE (Equipo de Orientación Escolar) la intervención y adjudicación de un refuerzo hipercalórico. Maylén presentaba un peso por debajo del normal, problemas de crecimiento y disminución de la vista, además de dificultades de aprendizaje y de habla.

Tras el pedido de su madre, Maylén recibió el refuerzo hipercalórico durante 2018 y 2019, pero el mismo le fue sustraído en el 2021. El último viernes Maylén llegó a la escuela con un cuadro de deshidratación grave y sus docentes tuvieron que llamar al SAME. La ambulancia nunca llegó y la madre tuvo que trasladarla al Hospital Penna, donde falleció.

Sus familiares y docentes denunciaron la inacción del Estado para asistir a Maylén, no sólo durante la emergencia sino durante los años que pasó en la escuela N°11.

«Seis años en los que el Estado estuvo ausente, en los que sólo se obstaculizaron los intentos por intervenir frente a tanta vulnerabilidad e injusticia», denuncia un comunicado difundido por los docentes. El caso de Maylén puso al desnudo la realidad que se vive en muchas escuelas de los barrios populares porteños.

«La desidia en materia educativa en el barrio por parte del gobierno porteño se incrementó aún más después de la pandemia, cuando bajaron la calidad de los alimentos», aseguró Ailén Galante, docente de la escuela a la que asistía Maylén.

El caso de Maylén es la más dura y trágica muestra de la política educativa y social del gobierno larretista. En el último año, se hicieron célebres medidas anti – educativas como la prohibición del lenguaje inclusivo y la imposición de «pasantías» en las que estudiantes secundarios trabajarían para Rappi.

Hasta el momento, ni Larreta ni Acuña se hicieron responsables del fallecimiento de Maylén, ni dieron respuesta alguna.