Puede sonar increíble, pero es verdad. Según el gobierno de la Ciudad, las personas en situación de calle y los «recuperadores urbanos» (los cartoneros) son un factor de «contaminación visual» y altera la imagen de «ciudad limpia» que el gobierno porteño busca promover.
Así se sigue de la resolución, publicada ayer en el Boletín Oficial, que crea un programa de «limpieza de la imagen de la ciudad», a cargo del Ministerio. Según el texto de la resolución, el objetivo del servicio será tratar «todos aquellos hallazgos vinculados mediata e inmediatamente con la limpieza del espacio público y la percepción de higiene urbana».
Dentro de los factores que «ensucian» el paisaje porteño se incluyen restos de obras y podas de árboles, autos y volquetes abandonados y graffitis. Pero también, como si de basura se tratara «asentamientos de personas en situación de calle» y «recuperadores urbanos».
Por supuesto, no hace falta decir que todos esos recursos destinados a la «percepción de la higiene urbana» y tantos otros programas cosméticos típicamente «larretistas» donde se van millones y millones de pesos podrían destinarse a políticas sociales y programas que ofrezcan soluciones concretas para las personas en situación de calle.
El programa implica un llamado a licitación para que una empresa se encargue de dichas tareas de «limpieza», por más brutal que suene.
No es la primera vez que el macrismo intenta llevar adelante una medida de este tipo. En 2008, el entonces Jefe de Gobierno Mauricio Macri creó la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público), disuelta luego de múltiples denuncias por ejercer violencia contra personas en situación de calle e incluso por apropiarse de sus pertenencias. Esa unidad estaba a cargo de Fabián «Pepín» Rodríguez Simón, hoy prófugo de la justicia.
Actualmente, son más 7000 las personas que viven en la calle en la Ciudad de Buenos Aires.