
Este lunes, cientos de escuelas definieron la suspensión, de forma completa o parcial, del dictado de clases por la incesante ola de calor que azota a gran parte del país hace más de una semana.
La semana pasada, mientras algunos colegios ya comenzaban a anunciar el cese de actividades, el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, desde la comodidad de un despacho con aire acondicionado, le dijo a la comunidad educativa que «hay que ventilar» y que los chicos tienen que ir a la escuela igual.
Por su parte, la oposición tampoco se quedó atrás, la ministra de Educación del Gobierno porteño, Soledad Acuña, se limitó a mandar una pequeña cantidad de botellas de agua a las escuelas y las anunció como una generación de «hidratación adicional».
De esta manera, comenzó otra semana bajo la ola de calor y cientos de colegios decidieron no dictar clases porque no solo la pasan mal los chicos sino también los docentes. Es que si las condiciones de trabajo y estudio en los establecimientos públicos ya eran paupérrimas, las altas temperaturas convirtieron a las aulas en auténticos hornos, en las que, en promedio, 30 personas tienen que convivir en un espacio de 25m x 25m con una temperatura de 40° y sin ventiladores.
En este marco, la semana pasada los docentes comenzaron a tomar una serie de medidas como reuniones y asambleas porque, en esas condiciones, no se podían dar clases. Este lunes, la situación no cambió. Cientos de escuelas primarias y secundarias, anunciaron durante el domingo o suspendieron las actividades durante este mismo lunes. Lo mismo habían hecho algunos padres que, ante la ola de calor, decidieron directamente no llevar a los chicos al colegio.
En Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, fueron más de 20 escuelas las que cortaron las clases. En Santa Fe, se difundieron imágenes de chicos manguereados en el patio de la escuela. Lo mismo en Entre Ríos, provincia en la que se redujo la carga horaria en el horario fuerte de sol, y de la que también circularon fotos de los estudiantes tomando clases en el patio.
De esta manera, se empezó a hacer eco un sector de la comunidad educativa, por ejemplo en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, los docentes convocados por la Lista Multicolor de SUTEBA fueron a manifestarse en las puertas de la Jefatura Distrital, porque el problema no es únicamente el calor, sino también que, las condiciones de infraestructura son tan pésimas que hasta se quedan sin agua, en plena ola de calor.
Cínicamente, las recomendaciones del Ministerio de Educación bonaerense fueron un «copia y pega» de las indicaciones del Ministerio de Salud, como si el problema fuera una cuestión de seguir un par de pasos y se termina la cuestión, entre las que recomendaron «mantener el aula fresca y ventilada«, con ventiladores que no hay o con la electricidad que se corta a cada rato.

También recomendaron a la comunidad educativa «aumentar el consumo de agua», que tampoco hay o también se corta; «generar intervalos durante el tiempo escolar para el lavado de manos, cara y nuca»; «permanecer en los espacios cerrados de la escuela, evitando aquellos que impliquen exposición al sol»; etcétera. Una lista de ridiculeces que solo demuestran el estado de deterioro de la infraestructura pública que no puede resistir ni contener una ola de calor.
En este marco, resulta hasta gracioso que el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, siga culpabilizando a la gestión anterior del deterioro de la infraestructura educativa bonaerense, cuando en la pandemia hubo tiempo de sobra para volver a poner en condiciones las escuelas, ya que no había chicos estudiando allí.
“Cuando nos dicen que falta, por supuesto que falta. Pero, ¿saben qué? Cuando estuvieron ellos rompieron todo . Abandonaron la salud y la educación. Persiguieron docentes. Explotaban las escuelas. ¿Desde dónde hablan?”, señaló Kicillof a la oposición, ignorando completamente que quienes reclaman por las condiciones de las escuelas son los mismos docentes, e incluso estudiantes, y que, sin ir más lejos, antes de que comiencen las clases se hizo un cráter en el patio de un colegio del partido de Moreno.






