
Desde que Larreta y Acuña prohibieron el lenguaje inclusivo, en todas las escuelas empezaron espontáneamente a reproducirse las expresiones contra esta medida reaccionaria. Izquierda Web habló con tres docentes de CABA con quienes analizamos las implicancias de esta puja por el derecho a la identidad de género, los motivos tras la campaña reaccionaria del larretismo y las acciones de resistencia que se expresan entre los docentes, estudiantes y organizaciones que defienden la lucha por la identidad.
Rodrigo imparte clases de Lengua y Literatura en primer año del CENS N° 7 en el distrito 17 de la Capital. Además, es facilitador pedagógico en la escuela 8 del distrito 13 del barrio Cildañez. Para él, las intenciones detrás del decreto son claras: «lo que representa esta medida es un nuevo embate contra les trabajadores docentes». Este aspecto de la cuestión ha sido señalado por distintos analistas.
Más allá del debate específico sobre el lenguaje inclusivo, la medida sienta un precedente un tanto peligroso. La idea de que el Estado tiene la potestad de legislar de forma unilateral sobre las prácticas lingüísticas y educativas. No por nada el decreto le valió a Larreta el mote de «policía de la lengua».
«Creo que el conjunto de la docencia, incluso quienes no utilizan el lenguaje inclusivo en su actividad diaria, rechazan la medida. Primero porque la prohibición es un arma contra los docentes, y además porque es prehistórico prohibir hablar de determinada manera. Eso no puede suceder en una escuela», señala Rodrigo, autor de un artículo donde analiza el tema a fondo.
Federico Winokur es docente de inglés para 1er y 3er año en el barrio de Colegiales. Además es referente de la juventud del Nuevo MAS y fue candidato a jefe de gobierno porteño. Él apunta en el mismo sentido: «Lo primero que hay que decir es que se trata de una medida autoritaria y reaccionaria de parte de Larreta y Acuña. Estamos en contra de que el Estado y el gobierno prohíban una forma de hablar. Sobre todo una que tiene implicancias políticas y sociales como el lenguaje inclusivo».
"LARRETA PROHIBE el LENGUAJE INCLUSIVO para FIDELIZAR a un ELECTORADO de DERECHA"
El docente ? y dirigente del @NuevoMASCABA ? @federicowinokur le contó a @TheChiacch sobre el amparo presentado ✋ contra la medida tomada por el gobierno porteño ?
?https://t.co/H4l2G9v69j? pic.twitter.com/FDeTpUV8RT
— Cítrica Radio (@citricaradio) June 16, 2022
Pero también nos parece importante indagar en lo que hay de «gesto político» en esta medida. Especialmente porque el decreto pareció surgir de la nada: nadie estaba discutiendo este tema hasta el momento de la prohibición. Pero, al mismo tiempo, la medida fue anunciada en un marco político bastante particular. Nos referimos a la interna entre Larreta y Bullrich (con Milei como tercero en discordia) al interior de JxC de cara a las elecciones 2023.
Inés Zadunaisky, docente de inglés a nivel primario con años de experiencia y referente de la agrupación de mujeres Las Rojas, despeja esta cuestión. «La medida tiene como trasfondo una intencionalidad política: conseguir votantes que el PRO está perdiendo contra Milei. Acuña se prepara para ser la próxima jefa de gobierno de la ciudad y basa su campaña en atacar a la docencia. Esa viene siendo su estrategia como ministra: todas sus medidas son taques a la docencia y a les estudiantes. Acuña es reaccionaria».
El impacto dentro y fuera del ámbito educativo
«El impacto de la medida está siendo exactamente el opuesto al esperado por Larreta» dice Zadunaisky. «Mucha gente que no usaba el lenguaje inclusivo, tal vez no por estar en contra sino por una cuestión generacional, está intentando aprender y entender cómo se usa, está empezando a usarlo. En escuelas donde no se hablaba de la ESI ni de la diversidad, se está empezando a hablar. La medida solo la aplaudieron los sectores más reaccionarios, La Nación sacó una editorial festejando la medida. Pero en las escuelas el impacto fue el contrario».

Al parecer, el «gesto» anti – diversidad del larretismo no fue muy bien recibido entre la comunidad educativa. «Hay un rechazo generalizado a la medida, la propia Acuña tuvo que salir a aclarar que no va a haber sanciones realmente».
Lejos de cosechar obediencia, el PRO podría estar desatando una oleada de repudios. De hecho, ha motivado a muchos docentes a hacer exactamente lo contrario a lo que «ordenó».
«El primer día después del anuncio todos los docentes dimos el debate en las aulas con les pibis. Dependiendo del nivel se puede discutir de distintas maneras, pero es obvio que les pibis van a seguir utilizando el lenguaje inclusivo, y creo que les docentes también», nos comenta Rodrigo. «Especialmente porque hay una necesidad superior de les niñes y adolescentes que por construir su identidad y que las instituciones brinden un marco respetuoso para esa institución».
El lenguaje inclusivo y el rendimiento escolar
La justificación académica de la prohibición del lenguaje inclusivo fue «el bajo nivel» observado en las pruebas estandarizadas en el área de Lengua. ¿Qué hay de real en esto?
«Las pruebas estandarizadas de por sí son cuestionables», comenta al respecto Zadunaiski. Este debería ser el punto de partida para analizar la relación entre cualquier uso lingüístico y el rendimiento escolar de los estudiantes. Recordemos, por ejemplo, el rechazo generalizado y unánime de la comunidad educativa (tanto de alumnos como de docentes) cuando el macrismo implementó las pruebas estandarizadas (Plan Aprender) a nivel nacional. Para cualquier pedagogo serio, resulta claro que poco y nada puede decidirse en lo que atañe a políticas educativas a partir de este tipo de pruebas estandarizadas.
«No hay ninguna demostración ni documento académico que avale la medida de Larreta», dice Rodrigo. «De hecho, la medida va en contra de los mismos pedagogos que acompañan a esta gestión. Los últimos cuadernillos de lengua y literatura que llegaron de Nación y Ciudad en 2020 proponían secuencias didácticas que analizaban variaciones lingüísticas en las que se llegaba a debatir el lenguaje inclusivo. La medida va en contra de los materiales que ellos mismos han distribuido. En definitiva, en la escuela el principal objetivo es construir sujetos críticos, poder debatir el mundo que nos rodea».
Pero, más allá de los métodos de «diagnóstico», lo que habría que hacer es buscar las causas reales del «bajo rendimiento». «Para Larreta los malos resultados no tienen que ver con que más del 50% de los niños viven en la pobreza, ni con la falta de inversión en infraestructura y la no apertura de nuevas escuelas, ni con la interrupción de la educación durante la pandemia, cuando el gobierno no garantizó dispositivos de conectividad para los estudiantes», señala Rodrigo.
Todos recordamos los alegatos del PRO en relación a la educación durante el año pasado. Larreta se «abanderó» con la educación para diferenciarse de la política de virtualidad interminable del gobierno del Frente de Todos. Sin embargo, tampoco el larretismo realizó las inversiones presupuestarias necesarias para evitar la interrupción pedagógica durante lo más duro de la cuarentena.
«Lo que tiene que explicar el PRO es por qué llevan 12 años en el gobierno y la situación en las escuelas es de crisis educativa. La situación de las infancias y los adolescentes es muy difícil: las familias tienen que conseguir dos o tres trabajos para sobrevivir. Nuestros alumnos vienen de familias precarizadas, hay muchas madres solas y que viven situaciones de violencia». Así retrata Zadunaiski el panorama con el que los miles de docentes porteños se encuentran todos los días. «El único lugar que tienen las infancias en este momento es la escuela. Pero lo único que se le ocurre al gobierno de la Ciudad es responsabilizar a los docentes de la situación. Las escuelas siempre son un reflejo de la situación social y esta no es la excepción».
No hace falta ser pedagogo para comprender la verdad que exponen las palabras de Inés. El fondo de la cuestión es bastante simple: no pueden alcanzarse «altos estándares» educativos con hambre, ni con frío, ni con aulas a las que se les caen los techos. Si el gobierno de Larreta y Acuña están realmente preocupados por la educación pública de la Ciudad, deberían comenzar por revisar las consecuencias de su política general, no sólo educativa. En un contexto de crisis como el actual, si la pobreza, la precarización del trabajo y la carestía continúa avanzando, es imposible esperar buenos resultados a nivel educativo.
Evolución lingüística: el lenguaje inclusivo como expresión de las nuevas generaciones
Probablemente no haya nadie tan capacitado para responder esta pregunta como los docentes. «Esta prohibición va en contra de la solidaridad entre les pibes que se está forjando al calor del feminismo y el movimiento lgbt+. La escuela suele ser el primer espacio que encuentran les pibis para construir su identidad, especialmente cuando no encuentran ese espacio dentro de su familia», señala Winokur.
El feminismo y el movimiento lgbt+ son una verdadera marca de identidad de las nuevas generaciones. En 2018, cuando se debatía el proyecto de la ILE en el Congreso, miles de estudiantes secundarios se movilizaron dentro y fuera de las escuelas. Una verdadera «marea verde» secundaria se extendió por la Ciudad. El lenguaje inclusivo es una más de sus manifestaciones, una «trinchera» en la que miles de pibes parecen haber encontrado una forma de hacer más inclusiva (valga la redundancia) su experiencia escolar.
«Hay una necesidad enorme de que la ESI esté presente de manera transversal en las escuelas. No solo con las jornadas que baja el gobierno, que se hacen cada mil años y tienen mucho contenido obsoleto. Hay chicos y chicas de 8 o 10 años expuestos a la pornografía porque están muy solos con las pantallas, nadie los acompaña, no reciben educación sexual», dice Inés.
Es casi imposible preguntarse si el gobierno porteño no debería estar más preocupado por la flagrante falta de Educación Sexual en las escuelas de su distrito. Pero es justamente en ese panorama de abandono que los pibes y pibas parecen estar encontrando sus propias herramientas.
«Me parece que el lenguaje inclusivo es la herramienta que encontraron les pibis para dar sentido al mundo que los rodea, un sentido distinto del que les es dado», dice Rodrigo. «El lenguaje nos es dado, es muy difícil ‘escaparse’ de la gramática. Pero tenemos una nueva forma, un nuevo modo, y no es otra cosa que la forma de ver el mundo de las nuevas generaciones, de conocerlo, de nombrarlo y darle identidad».
Es sabido entre los expertos sobre el tema que la lengua muta constantemente, y que la «evolución lingüística» no es operada por otros que los propios hablantes. Y no lo decimos solamente desde estas páginas. El departamento de Letras de la UBA, una carrera de prestigio internacional y rankeada como la más exigente del país, se pronunció en contra de la prohibición de Larreta hace pocos días.
«En primer lugar, es importante recordar que no existen las lenguas sin sus hablantes: no existe algo así como un sistema inmutable que pueda ser desacoplado de los usos lingüísticos y sus variaciones; no hay buenxs y malxs hablantes sencillamente porque no existe una gramática correcta establecida de antemano; hay formas de hablar, diversas, que hacen a las gramáticas. El cambio y la variación en las lenguas es la regla, característica constitutiva de su naturaleza, no la excepción. Esos cambios siempre parten desde y se dan gracias a una comunidad de hablantes que los genera y sostiene», señala el comunicado difundido por la FFyL – UBA.
Hasta la propia RAE, famosa por sus constantes resistencia a «actualizar» sus concepciones léxicas y gramaticales, ha declarado que «son los ciudadanos los que establecen las reglas del lenguaje«.
Hasta aquí, las opiniones de los expertos en la materia no dejan duda al respecto. La prohibición de Larreta es una medida política sin ningún respaldo científico ni académico real. No hay ni un sólo experto que pueda certificar que el lenguaje inclusivo perjudique el proceso de aprendizaje de los jóvenes, niños y adolescentes.
Pero hay una cuestión incluso más inmediata que esta: el significado del lenguaje inclusivo para les niñes, adolescentes y jóvenes de la comunidad LGBT+.
«Para les pibis y para las infancias trans es importantísimo que esté el lenguaje inclusivo. Hay una frase muy linda que está circulando: ‘lo que no se nombra no existe’. Si no nombramos la diversidad, si no nombramos a las infancias trans, no damos la posibilidad de que niñas, niños y niñes que están cuestionando y construyendo su identidad puedan encontrar referencias positivas a eso que les ocurre, de que no se sientan coartados en la libertad de formar su identidad», continúa Inés. «Otra frase que circula es ‘la identidad no se prohíbe’. El lenguaje inclusivo es fundamental para eso».
La cuestión de fondo es muy concreta: ¿está dispuesto Larreta a hacer más difícil y opresiva la vida escolar para cientos y miles de estudiantes trans y no binaries? De continuar con esta medida prohibicionista, la respuesta será afirmativa.
La respuesta de la comunidad educativa
Como toda la sociedad sabe, las medidas políticas deben contrastarse con la realidad al momento de su aplicación. Veamos cuál viene siendo la reacción de la comunidad educativa ante este decreto.
«Salvo algún trasnochado y los sectores más conservadores, el repudio es generalizado. La prohibición cercena los derechos de miles de jóvenes y docentes de expresarse libremente y ser respetados en su autopercepción», comenta Rodrigo. En este caso, parece que la sociedad no ha recibido con demasiada alegría la medida macrista.
Y no debería ser ninguna sorpresa. Según una encuesta realizada el año pasado por la organización «Católicas a favor del derecho a decidir», 9 de cada 10 argentinos están a favor de la implementación de la ESI en las escuelas. Nada haría esperar que ese 90% de la población respalde una medida expresamente anti – diversidad como esta. Y los docentes no son la excepción.
«Como docentes sería poco ético de nuestra parte no poder nombrar a nuestres alumnes como quiénes son, estaríamos faltando a un derecho», nos señala Winokur.
«Si hay sanciones [como insinuó Acuña en un primer momento] la docencia tiene que responder, y creo que si eso sucede los estudiantes van a responder también», sentencia Inés. «Me parece muy importante que se empiece a hablar de cómo hacer para lograr que haya más ESI en las escuelas».
Pero el rechazo parece estar extendiéndose aún por fuera de las escuelas. «El arco sindical de la docencia ha expresado su repudio, también las organizaciones políticas», explica Rodrigo. «La referente Manuela Castañeira presentó un amparo contra la medida, A muchos comunicadores tampoco les cayó en gracia esta censura. Creo que toda la docencia va a salir a repudiar cualquier tipo de sanción llegado el caso».
Federico Winokur e Inés Zadunaiski participaron de la presentación de dicho amparo junto a Manuela Castañeira.
Winokur, además de docente, es un referente político con años de experiencia y militancia en la Ciudad. Desde ese lugar nos hizo algunos comentarios sobre los problemas legales alrededor del decreto larretista.
«Esto va en contra de un montón de derechos. Especialmente de la Ley de Identidad de Género, que plantea en su artículo 13 que no puede haber normas en ningún nivel que contraríen el derecho de las personas a la identidad. Por eso presentamos un amparo contra la prohibición».
La ley 26.743 de Identidad de Género está vigente en la Argentina desde el año 2012, y se considera de las más avanzadas del mundo en cuanto a los derechos de la comunidad LGBTI+. La misma podría ser una traba sustancial a medidas como la de Larreta, que la infringen de manera evidente.
¡La decisión de Larreta de prohibir el lenguaje inclusivo es una medida autoritaria y reaccionaria! Se autoproclama policía de la palabra para prohibir nombrar la identidad autopercibida de cientos de miles de jóvenes y adultos/as/es. pic.twitter.com/u46equDewF
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) June 10, 2022
«A partir de la Ley de Identidad de Género, si un niñe pide ser referenciado de una manera, esa decisión se tiene que respetar», recoge el tema Rodrigo. «En ese sentido, ley mata decreto», nos comenta, con un dejo de ironía.
En resumen: la comunidad académica y pedagógica ha demostrado (más de una vez) que las premisas de las que parte la medida de Larreta son falsas. Sus «soluciones» pedagógicas, por otro lado, no son tales.
La comunidad educativa rechazó masivamente la medida. Lejos de agachar la cabeza y borrar la «e» y la «x» de los manuales, el lenguaje inclusivo parece estar extendiéndose más rápido que antes.
Los activistas del movimiento LGBTI+ y el feminismo, así como las organizaciones sindicales de la docencia, han tomado medidas (incluso legales) en rechazo a la prohibición.
Larreta y Acuña parecen haber intentado sentar un precedente en lo que respecta a la intervención unilateral de los gobiernos sobre la práctica educativa de docentes y estudiantes. Además, han incumplido en los hechos una ley con alcance nacional como es la Ley de Identidad de Género. Es cierto que los sectores más rancios de la sociedad (los medios de la derecha neoliberal, los anti – derechos, los anti – feminismo y los defensores más flagrantes del machismo institucional) apoyaron la medida. Pero parece que Larreta no usó bien su calculadora, como señalan las encuestas: existe en las escuelas de la Ciudad una mayoría aplastante a favor del lenguaje inclusivo y la ESI.
El lenguaje inclusivo está lejos de desaparecer, más bien parece haber llegado para quedarse. Respecto de Larreta y sus política anti – diversidad, no podemos decir lo mismo.