El pasado miércoles 22 de junio, estudiantes y docentes del Instituto Superior de Formación Docente 103 y vecinos de Fiorito se manifestaron en Puente La Noria contra el abandono educativo cuando fueron duramente reprimidos, dejando un saldo de varios heridos de balas de goma, golpes y gas pimienta. La policía además detuvo a un docente y una estudiante embarazada.
La noticia rápidamente recorrió los medios y el boca en boca de docentes que trabajan en distintos profesorados corrió la voz. La solidaridad fue tan grande, que al día siguiente, el jueves 23 de junio, miles de estudiantes y docentes, junto con organizaciones, se manifestaron nuevamente en Puente La Noria contra la represión policial.
Para sumarse a la convocatoria y dejar en claro su posición, los docentes hicieron un paro distrital después de mucho tiempo. Espontáneamente cursos enteros decidieron no ir a cursar para solidarizarse con la causa y asistir a la movilización, distintos profesorados levantaron parciales, justificaron faltas y facilitaron las cosas para aportar solidaridad a la causa.
Así fue como se desarrolló la movilización del 23 de junio. Partió desde Pio Baroja y Recondo, pasó cortando el Puente La Noria y culminó por la bajada del mismo, con un acto que levantó la consigna: ¡Basta de abandono educativo!.
Luego de dos años de pandemia donde docentes y estudiantes tuvieron que enseñar y aprender en la virtualidad, con condiciones laborales super precarias, sin que el Estado les brindara las herramientas tecnológicas necesarias, ni wifi, ni formación para abordarlo, volvió la presencialidad y se encontraron con institutos y escuelas abandonadas totalmente.
No se hizo ni el mantenimiento mínimo para que los espacios educativos puedan contar con gas para calefaccionarse en invierno, ni agua para poder mantener las condiciones de sanidad necesarias. La mayoría de los terciarios de la zona ni siquiera cuentan con edificios propios para poder desarrollar sus cursadas en condiciones dignas.
Esto es consecuencia del ajuste que se vive todos los días en los lugares de estudio. El gobierno prioriza pagar la deuda al FMI mientras desfinancia la educación y la salud pública. Y a los trabajadores se les licuan los salarios mes a mes. Ni siquiera se otorga desde el Estado el histórico reclamo del boleto educativo terciario ni becas integrales que permitan a los estudiantes continuar con sus cursadas, lo cual empeora los índices de deserción. Para colmo, la respuesta del Estado es reprimir a quienes se manifiestan contra estas condiciones.
Por esto fue super importante la gran movilización que ocurrió el pasado jueves. Porque mostró como docentes y estudiantes de varios ISFD de la zona estrecharon lazos de organización para ponerle un freno a la política de vaciamiento educativo del gobierno nacional.
Hay que seguir luchando con las herramientas y los métodos históricos de organización de los trabajadores y estudiantes, con asambleas abiertas y resolutivas que permitan debatir de conjunto qué salida se encuentra en defensa de la educación pública. La misma educación que hoy forma e intenta dar acceso a una vida digna a los sectores populares y más abandonados de la sociedad, que se mantiene en pie gracias al compromiso de sus trabajadores y estudiantes que pelean por ella todos los días. «Docente luchando también está enseñando».