Las y los docentes venimos resistiendo la implementación de las “burbujas” de “revinculación” que logró meter Larreta, con la venia del ministro de Educación Nicolás Trotta y el aval del gobierno nacional. Con el argumento de “revincular” a estudiantes que no tuvieron conectividad, están forzando la realización de actividades en algunas escuelas, actividades a las que por cierto no llegan lxs estudiantes que viven alejados y que son lxs que más han sentido la falta de dispositivos y conectividad. Sin ninguna fundamentación pedagógica y sin las condiciones necesarias, se trata de una actuación que persigue más bien objetivos mediáticos y electorales.

La verdad es que la docencia viene rechazando estas burbujas porque no tienen ningún fundamento pedagógico, pero por sobre todas las cosas porque sanitariamente no hay condiciones, mientras Argentina se está convirtiendo en uno de los países con mayor tasa de muertos por cantidad de habitantes, producto del COVID; y mientras la infraestructura de las escuelas está en lamentable estado.

La caravana  expresó el ánimo de lucha que se sintió toda la semana, con asambleas por distrito organizando actividades de volanteos y pegatinas, las cartas a las familias y todas las actividades que se vienen haciendo. Sin embargo, Ademys pareció quedar por detrás, cuando al cierre de la actividad no se realizó una radio abierta para que se expresaran todas las voces. Solo hubo un deslucido cierre por parte de la secretaria general. La verdad es que la directiva del sindicato viene sosteniendo una posición con la consigna “no a la vuelta en pandemia” que ha quedado por detrás de la situación y que no sirve para dar cauce y organizar la energía de las y los docentes para cuestionar la inactividad de la burocracia celeste de UTE. Ademys debería colocarse a la cabeza de organizar a la docencia y ser un verdadero canal alternativo a las una y mil entregadas de la celeste.

Desde la Agrupación Carlos Fuentealba venimos insistiendo en que los sindicatos docentes se pongan a la cabeza de organizar un plan de lucha nacional por el derecho a la educación pública, para exigir infraestructura e inversión. Mientras se destinan millones al pago de la deuda, tanto el gobierno nacional como el gobierno de la Ciudad no han invertido un peso en arreglar las escuelas ni en construir aulas e instalaciones. ¡Para una vuelta a la presencialidad el año que viene, hace falta inversión, hace falta presupuesto educativo!