Más que como subsecretario de Derechos Humanos, Alberto Baños habló en la ONU como abogado ideológico de los genocidas, torturadores y asesinos.
Repitió la vieja mentira de que es una cifra “inflada” con el propósito de conseguir subsidios económicos. Todos sus argumentos fueron para el mismo lado: para la defensa de los represores, torturadores, violadores y apropiadores de bebés que gobernaron Argentina. Ese es el objetivo del verso de la «Memoria completa».
Habló de un número de 1000 víctimas producto de la acción de los “revoltosos”. En las cifras de los muertos antes de 1976 siempre incluyen a las víctimas de las bandas parapoliciales que después actuaron con los grupos de tareas de la dictadura. Es decir, para justificar a los represores usan a las otras víctimas de los represores.
Baños defendió también la política represiva del gobierno, el Protocolo Antiprotesta y toda la violencia desatada por los esbirros de Milei. Y acusó a los integrantes del organismo de la ONU frente al que hablaba de ser víctimas de una “colonización ideológica». Se trata del Comité contra la Tortura (CAT), que examinaba al gobierno por sus políticas actuales. No satisfechos con eso, decidieron hacer política de Estado la defensa de los genocidas y sus torturas. Según Baños porque hacer otra cosa es «cuestionar a la República Argentina». “A partir de que ese número no puede ser negado porque entramos en el negacionismo, la verdad no les interesa en absoluto. El tema es cuestionar a la República Argentina”.
La negación de los 30 mil desaparecidos en la ONU
Es una vergüenza completamente nueva para la diplomacia argentina. El gobierno de Milei hizo uso de la tribuna de representación de Argentina para negar todas las conquistas de los Derechos Humanos que son tan emblemáticas internacionalmente. Tanto el Juicio a las Juntas como los demás Juicios de la Verdad.
La negación de los 30 mil es parte de la campaña de reivindicación de los milicos. En un artículo hacia el 24 de marzo decíamos: «Nadie sabe el número exacto de víctimas porque los ejecutores del terrorismo de estado jamás hicieron públicos los registros de sus crímenes. El número de 30 mil detenidos desaparecidos es una estimación hecha por investigadores y luchadores por los derechos humanos y es también una consigna política: hay que luchar hasta conseguir justicia hasta por el último compañero, hasta saberse la verdad completa.»
“Mayoritariamente, los centros clandestinos funcionaron en dependencias de las fuerzas armadas, de seguridad y policiales ―bases militares, buques, comisarías, delegaciones policiales, unidades del servicio penitenciario, etc.―, pero también en casas particulares, fábricas, hospitales, escuelas, entre otros. (…) Hasta el momento, se han logrado identificar aproximadamente 800 lugares que tuvieron este uso.” (argentina.gob.ar. Sitios de Memoria).
Estos son los números aportados por víctimas, familiares, testigos ocasionales que pasaron por un lugar y lo vieron abandonado y averiguaron… y había sido un centro clandestino. Si a ese número le damos un mínimo de presencia de 40 recluidos, sin contar la mayor cantidad de detenidos de los más grandes, nos da 32.000 víctimas. Número que seguramente fue ampliamente superado en la exESMA y Campo de Mayo.
El excentro clandestino Automotores Orletti fue descubierto por vecinos del lugar que pasaban por allí y, al verlo abandonado, hicieron la denuncia, la siguieron, sumaron más vecinos… y descubrieron la casa del horror.
No es el único caso, además de otros que fueron erigidos en lugares recónditos de nuestro país, en lugares alejados de la población.
Como es el dramático caso del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto. Fue “regalado” por dueños de campos de la zona de Olavarría a la familia de trabajadores que buscaba un hijo y no podía tenerlo. ¿Cómo llegó ese hijo de desaparecidos a las manos de esos trabajadores, que desconocían su procedencia, si no fuera porque en los campos de los dueños de la tierra había o había habido desaparecidos bien escondidos?
Testimonios nos sobran. La verdad venció a la mentira y el ocultamiento. La Justicia llegó a algunos culpables, quedaron muchos en el camino.




