Las actividades humanas están reconfigurando la estacionalidad de los incendios forestales en todos los biomas del planeta. Esta fue la conclusión a la que llegó un estudio publicado por la revista Nature Ecology & Evolution, luego de analizar los datos de humedad y rayos en más de 700 regiones del planeta.
La temporada natural de incendios comprende el periodo en que coinciden las condiciones naturales de sequedad con los rayos. Fruto de esta combinación, se producen los incendios forestales de origen natural.
Ahora este ciclo natural está siendo alterado por causas antrópicas. Esto ya ocurría por prácticas como las quemadas para la agricultura, la limpieza de tierras, los incendios accidentales o por los usos del fuego de los pueblos indígenas. Pero con el calentamiento global se produjo un aumento en las temperaturas y en las sequías, con lo cual se expandió la duración de las condiciones que facilitan la propagación de los incendios forestales.
Por este motivo, la temporada mundial de incendios aumentó un promedio de cuarenta días más, lo cual explica el aumento y la ferocidad del fuego en varias regiones del planeta. Actualmente, se estima que más de la mitad de las áreas quemadas en el planeta ocurrieron por fuera de la temporada de incendios.
Este cambio puede contraer enormes riesgos para la sostenibilidad de los ecosistemas. Las plantas y árboles se adaptaron evolutivamente a una ventana de tiempo estable en que ocurrían los incendios forestales. Por este motivo, la alteración en la temporada de incendios es un factor de estrés disruptivo que puede alterar los procesos reproductivos de muchas especies.
“No solo estamos viendo más incendios forestales y de mayor intensidad, sino que los estamos viendo en épocas del año en las que los ecosistemas no han evolucionado para hacerles frente”, declaró el Dr. Grant Williamson, uno de los coautores de la investigación. Para este científico este “desajuste puede dificultar la recuperación de las especies y alterar los procesos reproductivos, que a menudo están estrechamente ligados a estaciones específicas, lo que amenaza la biodiversidad de formas que apenas estamos empezando a comprender”.
Esta nota fue elaborada con información extraída de Climate & Capitalism




