
El superministro Sergio Massa continúa la agenda de medidas ortodoxas anunciada pocas semanas atrás. Tras un noviembre de tarifazos, diciembre llega con privilegios para los más ricos del país.
Hace pocas horas se anunció el nuevo proyecto de blanqueo de capitales, oficialmente de «exteriorización del ahorro argentino para sostener el cumplimiento y cancelación de la deuda con el FMI». El concepto es simple: bajo la excusa de recaudar de dónde sea para pagar la deuda con el Fondo, Massa aplica un régimen tributario especial para los millonarios que todos los días fugan fortunas fuera de la Argentina.
Aquellas personas que posean bienes monetarios «en moneda argentina y/o extranjera» sin declarar dentro o fuera del país podrán blanquearlos durante el próximo año evitando cualquier tipo de sanción. En otra palabras: las personas que fugaron fortunas para evadir millones de pesos en impuestos ahora podrán repatriar dichas fortunas sin pagar un solo peso en impuestos.
Los fugadores deberán pagar tan sólo una módica alícuota que variará trimestralmente. En marzo se estima que será del 5%, en junio del 10% y en septiembre del 15%.
Entre otros, algunos de los principales beneficiados serán ese puñado de empresarios que fugaron 88.000 millones de dólares durante el gobierno de Macri, haciendo salir rápidamente del país cada dólar que ingresaba por el préstamo del FMI.
Pero la fuga es una costumbre tradicional de la burguesía argentina en su conjunto, que no distingue banderías políticas. Hasta el 2020, la AFIP estimaba en 400.000 millones de dólares las fortunas argentinas en el exterior. Sólo 90.000 millones estaban declarados y pagando impuestos.






