
El Ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este martes la subida del piso a partir del cual se debe pagar impuesto a las «ganancias», lo que en realidad funciona como un impuesto al salario.
En un acto en la provincia de Santiago del Estero, Massa anunció que el nuevo mínimo se ubicará en los $330.000 brutos mensuales. Los trabajadores cuyos salarios mensuales superen dicho monto deberán tributar el impuesto.
La medida viene a actualizar un piso que estaba fijo desde abril de 2021. El piso anterior se ubicaba en $280.000, por lo que esta nueva «actualización» se encuentra muy por detrás de la inflación acumulada en ese período.
Para mantener el poder adquisitivo de las y los trabajadores vamos a elevar el piso del Impuesto a las Ganancias desde noviembre a $330 mil. Esto permite llevar Alivio Fiscal a 380.000 trabajadores y trabajadoras que dejaran de pagar el impuesto en los últimos meses del año.
— Sergio Massa (@SergioMassa) October 18, 2022
Además, el «alivio» es irrisorio si se tiene en cuenta que se entra en la parte del año donde muchas paritarias se están reabriendo, actualizando o ejecutando cláusulas «gatillo». Por eso, según explicó el propio Ministro, la principal motivación de la medida es que los aumentos nominales no expandan aun más el universo de trabajadores que superan el mínimo, sea a través de su sueldo bruto o por la realización de horas extras. Está claro que no es un «beneficio» sino apenas un paliativo para no empeorar aun más la situación en lo inmediato.
De hecho, el gobierno asegura que la medida «beneficiará» a 380.000 trabajadores. Pero, en realidad, ese número es el que se consigue sólo considerando los meses de noviembre y diciembre: las sucesivas actualizaciones salariales irán ampliando mes a mes el universo de trabajadores que pagan el impuesto al salario.
Demás está decir que bajo ningún concepto el gobierno se plantea la eliminación de un impuesto tan escandaloso. En los hechos, el impuesto establece un techo a los salarios por sobre el cual comienzan a regir enormes descuentos. Esto incluso funciona como factor conservador entre los trabajadores a la hora de pelear por aumentos salariales, lo que es aprovechado por la burocracia sindical.