La Facultad de Filosofía y Letras polemiza con los “policías de la lengua”

"Es totalmente autoritario que se impongan desde el Estado normativas sobre el uso de la lengua".

0
473

El martes 14/06 se reunió el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras en sesión plenaria, donde se desarrolló un interesante debate en torno a la prohibición de Larreta y Acuña del lenguaje inclusivo en las escuelas de CABA.

La facultad ya tiene el antecedente de haber aprobado mediante una resolución en 2019 la validez del lenguaje inclusivo en todos sus ámbitos; al tiempo que la comunidad educativa ha sido muy activa en las peleas del feminismo, incluyendo una amplísima participación del estudiantado en las movilizaciones por el aborto legal.

Hoy el tema se vuelve a poner en agenda a raíz de la escandalosa y reaccionaria resolución que emitió el Gobierno de la Ciudad. En primer lugar, la Junta de la carrera de Letras emitió un comunicado en rechazo a la medida; luego este martes llegó para tratarse en el Consejo una propuesta de resolución por parte de les consejeres Graduades, que pertenecen al espacio político de la gestión kirchnerista. La propuesta consistía en un posicionamiento en defensa del lenguaje inclusivo, a mitad de camino en lo que respecta a repudiar la resolución de Larreta: rechazar los “considerandos” (las bases) de la resolución y la persecución en las escuelas, aunque no plantear un repudio frontal a la resolución en su conjunto.

Ante la propuesta, el ¡Ya Basta! intervino remarcando la total necesidad de que la facultad se pronunciara, ante una medida que llanamente significa prohibir la identidad de un sector de les pibis y docentes en las escuelas, violando la Ley de Identidad de género que defiende el derecho de las personas a ejercer su propia identidad. También remarcando que es desde la izquierda que se están tomando acciones concretas para buscar frenar la resolución: el amparo presentado por docentes de la Ciudad, acompañado por la referente Manuela Castañeira, que cuenta también con la firma de Violeta Alonso, en nombre de la Secretaría que ocupa el ¡Ya Basta! en el propio CEFyL. Y planteando modificar la propuesta presentada para incluir un rechazo más directo a la medida de Acuña: que el primer artículo incluyera el repudio de la totalidad de la resolución.

La mayor polémica, sin embargo, fue la que se desarrolló a partir del posicionamiento de la minoría de Profesores, que se abstuvo y expuso una serie de argumentos contrarios a través de su consejero que pertenece al espacio del radicalismo. En primer lugar, sostuvieron que la declaración era demasiado “política y coyuntural”, es decir, que no votarían nada que critique al gobierno de la Ciudad, señalando que sería “impreciso” afirmar que viene habiendo un recorte del presupuesto educativo en el distrito, o hablar de persecución en las escuelas. Acusaron también a la declaración de tener un sesgo “electoralista”.

En verdad, se puede acusar a ambas partes de electoralismo: a Larreta que saca la resolución motivado por reafirmar la confianza de sus votantes que estarían tentados por el ultraderechista de Milei; al kirchnerismo que hipócritamente denuncia el ajuste educativo de Larreta mientras hace lo mismo en Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, esta discusión es relevante al margen de estas consideraciones y tiene una profundidad mayor: se vincula con la reacción que hay ante el movimiento feminista, que se viene expresando con mucha fuerza en la juventud y en les secundaries especialmente. Por eso requiere una tajante respuesta en defensa del derecho a la identidad de les niñes, adolescentes y adultes, y de la libertad de expresión de les docentes.

La minoría de profesores también expresó un posicionamiento ante el propio lenguaje inclusivo: evitaba denominarlo de esa manera, llamándolo en cambio “el uso del arroba y otras formas”, y sugería que su uso “militante” por parte de ciertos sectores también genera una imposición. Les usuaries del inclusivo, entonces, buscarían suscitar polémicas y conflictos innecesariamente. Al mismo tiempo, lo caracterizaba como una variación menor, que no podría ser asimilada a cambios efectivamente “relevantes” y aceptables de la lengua como el voseo (reemplazo del “tú” por el “vos”) del español rioplatense.

Sobre este punto, es desde ya erróneo hacer reproches a un sector oprimido del movimiento de mujeres y la comunidad LGBTTINB que no busca más que defender y avanzar en sus derechos en los distintos campos, entre ellos el lenguaje, y que enfrenta a las poderosas fuerzas conservadoras y reaccionarias de la sociedad, que defienden la familia patriarcal tradicional contra las libertades de género y sexuales.

Es interesante mencionar además aquí algunas respuestas de otros consejeros que, si bien son parte del espacio de la gestión, pertenecen al área de Letras de la facultad y aportaron valiosos argumentos desde sus saberes académicos. Por un lado, señalaron correctamente el consenso que hay en la disciplina de la lingüística en que el lenguaje no es en absoluto una abstracción de las gramáticas y los diccionarios, sino un terreno más de las disputas por el poder: todo lenguaje es político y expresa relaciones sociales y transformaciones que lo exceden. Estas definiciones fueron formuladas desde 1920-1930 por Bajtin, Voloshinov, Mevdevev, lingüistas que hacen una crítica desde una perspectiva marxista a los postulados sobre la lengua de Saussure, fundador de la disciplina.

Como señalara el director de la carrera, esta definición problemática de la lengua es de lo primero que se les transmite a les estudiantes de Letras en la facultad: que el lenguaje no es ni debe ser estático, que nuestra carrera no se trata en absoluto de ser policías de la palabra y limitar la creación lingüística. Esta fue, ciertamente, la función para la que fue creada la carrera, pero ya no lo es hoy. En 1896, cuando se funda la Facultad de Filosofía y Letras, se diseña la carrera centrada en el estudio del Latín y Griego clásicos con el objetivo de formar una serie de intelectuales y educadores que pudieran “combatir” la “deformación” del lenguaje español que estaban causando las oleadas inmigratorias y el habla híbrida y popular que se gestaba en Buenos Aires. ¿Suena familiar? Los argumentos de los defensores de la medida de Larreta, evidentemente, atrasan 100 años.

Por fuera de las discusiones lingüísticas, también se remarcó en el debate que es totalmente autoritario que se imponga desde el Estado normativas sobre el uso de la lengua y, por otro lado, infundado que se vincule al lenguaje inclusivo con la dificultad para la lecto-comprensión, relacionada con el desfinanciamiento de la educación que viene de década y el abandono educativo extra durante la pandemia.

Finalmente, la resolución fue aprobada por el Consejo, en su formulación blanda por decisión del kirchnerismo, pero progresiva igualmente. Especial importancia reviste, además, frente de las declaraciones del rector de la UBA, Barbieri, que se posicionó a favor de la medida de Larreta y podría preanunciar un intento de avance del radicalismo en las facultades en este mismo sentido.

El ¡Ya Basta! de Filosofía y Letras, luego de haber impulsado este repudio, se encuentra llevando a cabo una campaña de firmas en apoyo al amparo contra la resolución del Gobierno de la Ciudad, presentado por docentes de CABA y acompañado por Manuela Castañeira, que está resultando muy bien recibida por el conjunto de la comunidad educativa. En alerta estará también frente a cualquier intentona reaccionaria en la universidad.

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí