Como ya es usual, cada semana las noticias sobre la situación en Gaza no dejan de provocar asombro y repulsión. El carácter colonial del sionismo, bajo la conducción del gobierno fascista de Netanyahu, está llevando a extremos inimaginables la barbarie que aplica contra la población gazatí.

Las masacres de decenas de personas son algo ordinario en el enclave. En esta ocasión, se trató del asesinato de 67 personas que, agobiadas por el hambre extrema provocada por el criminal bloqueo que impuso Israel, detuvieron uno de los camiones que transportaban alimentos y se llevaron varios sacos de harina.

La respuesta del ejército israelí fue abrir fuego de forma indiscriminada. Según reportó la BBC, los testigos señalan que la multitud levantó los brazos cuando los soldados les apuntaron, pero esto no impidió que abrieran fuego y abatieran a decenas de personas que solamente buscaban algo para comer.

Esta versión fue corroborada por funcionarios del Programa Mundial de Alimentos, quienes denunciaron que los disparos provinieron de francotiradores y de tanques.

La respuesta del ejército sionista siguió al dedillo el formato preestablecido para estas situaciones: negaron los hechos y afirmaron que sus soldados hicieron disparos al aire porque se sintieron “amenazados”. Además, señalaron que iban a “investigar” lo sucedido. Los genocidas tienen su manual de uso.

Pero en Gaza no solamente matan las balas. También lo hace el hambre extremo. Debido a la escasez de alimentos, los precios de los productos básicos aumentaron sideralmente. En el caso de la harina, por ejemplo, a inicio de julio su precio era 3 mil veces más elevado que antes de que iniciara la invasión militar. Por este motivo, en las últimas 24 horas murieron 19 personas de inanición.

“Solo han comido un pequeño plato de lentejas en los últimos tres días. La semana pasada un kilo de harina costaba US$80”, declaró Mohammed Emad al Din, un barbero gazatí que es padre de dos niños.

Al momento de escribir esta nota, ya son más de 50 mil las personas asesinadas en Gaza por los ataques sionistas, a lo cual hay que sumar 142 mil personas heridas.

Por último, pero no menos genocida, es la orden que giró Israel exigiendo la evacuación de la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de la Franja. De esta forma, los sionistas van a realizar su primera incursión terrestre en esta localidad, la cual todavía preserva alguna infraestructura básica y, por tal motivo, es donde funcionan los pocos centros médicos en Gaza, así como una plant a desalinizadora de agua potable y sistemas de eliminación de residuos.

Para terminar con la décima entrega de nuestra serie “Un genocidio sin fin”, queremos compartimos un extracto del poema que abre “Si esto es un hombre”, obra referente de Primo Levi, autor que sobrevivió al genocidio nazi y consiguió transmitir la experiencia de los campos de exterminio en su famosa Trilogía de Auschwitz, la cual sirve para dar voz a lo que sucede en Gaza actualmente:  

Los que vivís seguros

En vuestras casas caldeadas

Los que os encontráis, al volver por la tarde,

La comida caliente y los rostros amigos:

 Considerad si es un hombre

 Quien trabaja en el fango

 Quien no conoce la paz

 Quien lucha por la mitad de un panecillo

Quien muere por un sí o por un no.

 Considerad si es una mujer

 Quien no tiene cabellos ni nombre

 Ni fuerzas para recordarlo

 Vacía la mirada y frío el regazo

 Como una rana invernal.