Palestina ocupada

Un genocidio sin fin (VIII): “Ciudad humanitaria”, el campo de concentración que los sionistas quieren construir en Gaza

Israel pretende construir un campo de concentración donde va recluir a toda la población gazatí. Quienes ingresen no podrán salir, salvo que acepten migrar a otro país. Es un plan de limpieza étnica. No hay nada más parecido a un nazi que un sionista. Israel es un Estado colonial, supremacista y genocida. No se puede reformar; tiene que -¡y merece!- ser destruido. Palestina será única y socialista, o no será.

Este lunes (7), el ministro de defensa sionista, Israel Katz, declaró a medios locales que giró órdenes al ejército para que construyera una “ciudad humanitaria” sobre las ruinas de Rafah, ubicada al sur de la Franja de Gaza.

En realidad, se trataría de un campamento improvisado donde las fuerzas de ocupación piensan recluir a 600 mil palestinos, pero con la perspectiva de acoger a toda la población gazatí (estimada en 2,1 millones de personas).

Antes de ingresar, los palestinos tendrían que pasar por un control de seguridad para asegurarse que no sean agentes de Hamás. Por último, quienes ingresen tendrían dos opciones: a)  permanecer encerrados en el lugar o b) “emigrar voluntariamente” a otro país.

En otras palabras, ¡se trataría de un campo de concentración! Obviamente, el gobierno fascista de Netanyahu trata de disimular esto denominándolo con el nombre de fantasía de “ciudad humanitaria”.

Ese mismo día, Netanyahu sostuvo una nueva reunión con Trump en la Casa Blanca, donde reiteró continúan buscando terceros países donde reubicar a la población gazatí. “Creo que el presidente Trump tiene una visión brillante. Se llama libre elección. Si la gente quiere quedarse, puede quedarse, pero si quiere irse, debería poder irse (…) Estamos trabajando estrechamente con Estados Unidos para encontrar países que busquen hacer realidad lo que siempre dicen: que querían dar a los palestinos un futuro mejor”, declaró el genocida.

Los sionistas esperan iniciar con la construcción del lugar durante el alto al fuego de 60 días, dejando en claro que no pretenden abandonar Gaza y, por el contrario, cada día dicen más abiertamente sus intenciones de colonizar este territorio, para lo cual tendrán que realizar una limpieza étnica y un genocidio.

La radicalización del gobierno sionista

Ian Kershaw es uno de los principales historiadores del nazismo y sus estudios son muy útiles para comprender la evolución de la barbarie nazi.

Explica que el plan inicial de los nazis era relocalizar geográficamente a los judíos europeos en otros países, pero que con el tiempo se percataron de que esa idea era virtualmente imposible. Asimismo, sostiene que el régimen experimentó una “radicalización” paulatina durante los años treinta y en la Segunda Guerra Mundial, cuyo desenlace fue la “solución final” (La dictadura nazi, 2013; Hitler, 2019).

Por todo lo anterior, el historiador inglés concluye que cualquier plan de desplazamiento de una población nativa contiene la idea del genocidio, aunque al inicio no esté conscientemente asumida o expuesta. Es decir, la única forma de forzar el desplazamiento de toda una población nativa es mediante el uso desenfrenado de la fuerza (o de la barbarie).

Estas dos ideas, la radicalización del régimen y la relación desplazamiento/genocidio, son pertinentes para comprender el accionar del gobierno de Netanyahu desde que comenzó la masacre en Gaza. En el transcurso de los últimos veintiún meses (octubre 2023-julio 2025) el gabinete israelí pasó de la extrema derecha al fascismo.

Como informamos en otro artículo (ver Gaza: Israel intensifica la masacre y avanza en sus planes de limpieza étnica), desde mayo del presente Israel comenzó la “Operación Carros de Gedeón”, que, a su vez, se inscribe en el plan “Fase 3: La captura completa de Gaza”. Esta ofensiva tiene por objetivo asegurar el control y ocupación colonial de amplias partes de la franja.

Para tal fin, las autoridades militares sionistas ordenaron el desplazamiento forzoso de cientos de miles de palestinos hacia el sur del territorio y, desde entonces, hablan con más contundencia de permitir la “emigración voluntaria” de quienes deseen abandonar Gaza.

Estas palabras, en boca de un sionista fascista, solo pueden significar una sola: van a transformar la vida cotidiana de los palestinos en un infierno para que “libremente escojan” abandonar los campos de concentración. Las constantes masacres en los “centros de distribución de alimentos” son un ejemplo de esto, a lo cual podemos sumarle la falta de agua y las muertes de niños por desnutrición.

No hay nada más parecido a un nazi que un sionista. Las imágenes de Gaza son una versión a color de las que vimos en Auschwitz. Israel es un Estado colonial, supremacista y genocida. No se puede reformar; tiene que -¡y merece!- ser destruido. La solución de los “dos Estados” es una utopía reaccionaria. La liberación del pueblo palestino es una de las grandes tareas para la emancipación de la humanidad en el siglo XXI. Palestina será única y socialista, o no será.

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