En lo que va de la semana, esta es la tercera nota que publicamos con el mismo título y, posiblemente, no sea la última ocasión que lo hagamos. Esto no es por falta de creatividad en la formulación de titulares; tampoco responde a un afán amarillista o sensacionalista de nuestra parte.

La razón es “simple”, aunque no por eso deja de ser sangrienta: las fuerzas de ocupación sionistas instauraron una “nueva normalidad” en Gaza, bajo la cual diariamente asesinan a cuarenta o cincuenta personas en los “centros de distribución de alimentos”.

Tal como reportamos desde Izquierda Web, el pasado martes (17) las fuerzas de ocupación sionista asesinaron a 59 palestinos en las cercanías de un “centro de distribución de alimentos” en Jan Yunis, ubicado al sur de la Franja de Gaza. Además, hirieron a otras 220 personas.

Asimismo, el miércoles (18) publicamos otra nota donde expusimos que, en lo iba de la semana, 130 palestinos fueron asesinados en dichos centros, de los cuales 75 fueron fulminados mientras se encontraba en la fila para adquirir alimentos.

Hoy, lamentablemente, agregamos otro reportaje a lo que ya podemos pensar como una “saga periodística” sobre un genocidio en curso (de ahí que en lo sucesivo vamos a numerar los reportajes).

En La Nación de este sábado (21), nos encontramos un texto corto en la parte superior de la página 3 con el título “Denuncian 43 muertes en un día”, en referencia a la cantidad de palestinos que fueron MASACRADOS por el Estado colonial, racista y genocida de Israel (no murieron así no más, como sugiere este titular pro sionista). Según La Defensa Civil gazatí, 26 fueron asesinados mientras esperaban por alimentos en las cercanías del corredor Netzarim.

Es una cifra escalofriante, la cual perdió destaque ante la nota principal de la sección de Internacionales de dicho diario burgués: “Israel recibe otro golpe y se prepara una ofensiva ´prolongada` contra Irán”. El victimario y responsable de un genocidio, es presentado como la víctima que se defiende (en medio de una guerra que inició sin provocación alguna, dicho sea de paso).

Esta página de La Nación sintetiza a la perfección la forma en que el gobierno fascista de Netanyahu se aprovecha de que la atención mediática está colocada en la guerra con Irán para desatar –aún más- la brutalidad contra los palestinos en los campos de concentración que instauró en Gaza, llamados eufemísticamente de “centros de distribución de alimentos”.

Desde que empezaron a funcionar estos campos, 397 personas fueron asesinadas y más de 3.000 resultaron heridas intentando llegar a los puntos de distribución de alimentos, según el último balance global del Ministerio de Salud de Hamás (cifras que la ONU consideró como fiables).

El sionismo utiliza el hambre como arma de guerra. La comida es la “carnada” con que atraen a sus presas hacia la fila, en la que pueden ser fusilados en cualquier momento por un soldado sionista o por los mercenarios estadounidenses que contrataron para administrar los centros. ¡Más nazi no se puede ser!