Después de la condena el 29 de diciembre pasado al prefecto que apretó el gatillo y mató a Rafael Nahuel a 5 años de prisión y la condena a 4 años a otros cuatro integrantes del cuerpo Albatros de Prefectura Nacional, la querella, encabezada por sus familiares, junto con la APDH nacional y la APDH Bariloche, lograron que se reabriera la causa. La razón planteada es que solicitan una pena de prisión perpetua para los culpables, ya que consideran que no actuaron “en exceso de legítima defensa” (causal de la condena) sino que Rafael Nahuel fue víctima de un asesinato por la espalda.

Con esta presentación, anunciada ya desde el mismo día de la sentencia previa, al manifestar la familia y quienes la acompañaron que iban a apelarla, considerándola un paso adelante, pero totalmente insuficiente y no acorde a la gravedad de los hechos.

La reapertura de este juicio sobre el asesinato del joven mapuche es a días de que desde el Ministerio de Seguridad se volviera a poner en funcionamiento la Doctrina Chocobar, vigente durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri y derogada posteriormente por el de Alberto Fernández.

Y en esta nueva instauración de la Doctrina que autoriza el uso de armas de fuego a las fuerzas federales, en esta primera etapa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aclaró que será por el momento solamente a la Prefectura Naval.

Lo fundamentó diciendo: «‘Hemos trabajado este protocolo para que la Prefectura pueda proteger su gente, las fronteras, la ciudadanía y estar en mejores o iguales condiciones en la que están los criminales’, sostuvo Bullrich, y dijo ‘en una situación desventajosa en el patrullaje de ríos de frontera en relación a los delincuentes’». (Cronista Comercial, 8/2/24)

En el caso de Rafael Nahuel, reprimieron la comunidad mapuche. Dispararon sin mediar ningún intercambio verbal, ni de orden de desalojo que “diera justificación alguna” o necesidad imperiosa del ataque con armas de fuego.

La reapertura del juicio no sólo reabre expectativas en familiares, amigos, organismos de Derechos Humanos, luchadores, que la acompañan, sino que también es una puerta por la cual continuar la batalla contra los caídos víctimas de las fuerzas de seguridad.