La invitación formal a Netanyahu para visitar Argentina fue hecha por el propio Javier Milei hace algunos meses, durante la última visita oficial al Estado sionista de Israel. En esa ocasión, el ultraderechista argentino se reunió con el presidente israelí Isaac Herzog y anunció el traslado de la embajada argentina desde Tel Aviv a Jerusalén, un gesto de apoyo explícito al genocidio y desplazamiento histórico de la población palestina.
En las últimas horas, fuentes oficiales del gobierno israelí anunciaron que estaban «considerando» la invitación de Milei. Kan, el canal de televisión pública israelí, comunicó que Netanyahu está «ultimando detalles» para concretar el viaje a Argentina.
La mera invitación de Milei es un gesto de provocación absoluta. Las muestras de solidaridad por parte de la población argentina con Gaza fueron múltiples durante los últimos meses, especialmente entre la juventud estudiantil que ya protagonizó grandes gestos de solidaridad a nivel internacional, como la toma de universidades históricas en Estados Unidos.
El anuncio del eventual viaje de Netanyahu a la Argentina llega en momentos de crisis diplomática internacional alrededor del genocidio sionista. La hambruna en Gaza es noticia en todo el mundo. Especialistas alertan que el nivel de hambre como resultado del bloqueo humanitario israelí podría generar unas 400 muertes diarias durante las próximas semanas.
Benjamin Netanyahu es un criminal de guerra probado y el mayor genocida que del mundo contemporáneo. Es el planificar del genocidio más descarnado desde el Holocausto nazi 8 décadas atrás. Y ya pesa una orden de arresto internacional contra él, convalidada por la Corte Penal Internacional. Milei ya anunció su rechazo al fallo. Pero la entrada de Netanyahu en territorio argentino configuraría una provocación directa al reclamo humanitario en Gaza y al derecho internacional.




