Corresponsal
En horas de la noche, la toma del Ministerio de Economía de la Provincia, sostenida masivamente por cientos y cientos de trabajadores del Astillero y organizaciones solidarias, se levantó con la firma de una nueva acta compromiso con el gobierno.
El acta firmada estipula:
«Entrega de gas y oxígeno para la continuidad de las obras en ejecución.
Hacer efectivos los meses adeudados en concepto de retenciones (cuotas sindicales, cuotas de acción social, comercio y comedor).
Suspender los futuros descuentos de las vacaciones mientras dure la mesa de concertación garantizando su funcionamiento hasta fin de noviembre, con la Pastoral Social como integrante.»


Supuestamente se garantizaría el cumplimiento del acta con nuevas reuniones a realizarse hasta noviembre entre los firmantes. Ellos son: los funcionarios del gobierno de Vidal, los dirigentes de ATE Ensenada y las agrupaciones de trabajadores del astillero y la Pastoral social (la Iglesia de la zona). Respecto a Cambiemos, los firmantes (que se hacen responsable de su cumplimiento poniendo su firma al acta) son el Ministro de Gobierno de la Provincia, Latorre, y el de Economía, Lacunza.

Había un sano clima de desconfianza entre los trabajadores, que no querían levantar sin algo más concreto. La toma de ayer se desató debido a que el gobierno ya había incumplido el acta firmada el viernes pasado. De hecho, lo primero que hicieron los funcionarios del gobierno fue relanzar su campaña de calumnias contra el astillero. Lacunza lanzó a los medios “hace diez años que no hacen un barco”, en claro gesto de sostener la voluntad de privatizar o cerrar.
Desde estas líneas opinamos que levantar la ocupación del Ministerio fue un error (al que cedieron corrientes de izquierda como el PCR y el PTS). Para colmo, el gremio levantó sin clara consulta previa a los trabajadores en asamblea la medida de ocupación. Evitaron así que confluyera con un paro de estatales como el convocado para el día de hoy, que podrían haber rodeado de solidaridad a los obreros de Ensenada.

Lo que está en juego es la continuidad del propio astillero con todas sus fuentes de trabajo, y de la propia empresa como herramienta de construcción de navíos en nuestro país. Es una lucha completamente abierta frente a la que no debemos bajar la guardia, confiando solamente en nuestras propias fuerzas.
Ninguna confianza en el acta, sólo con la lucha lograremos salvar nuestras fuentes de trabajo.







