Según una filtración del New York Times, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, le ofreció al imperialismo estadounidense acceso a los recursos de Venezuela para desescalar la situación en el Caribe. El interés de la Casa Blanca en el control de los recursos venezolanos, ha estado bajo la mesa y el régimen chavista se ha mostrado favorable por restablecer relaciones con el país norteamericano.
En julio de este año, por ejemplo, la empresa petrolera Chevron logró recuperar un convenio para la extracción de petróleo (el mismo fue anulado por Trump en febrero), para lo cual el gobierno de Maduro movió cielo y tierra.
Según los reportajes del New York Times, desde Caracas ofrecieron abrir todos los proyectos petrolíferos y auríferos existentes y futuros a empresas estadounidenses, conceder contratos preferenciales a empresas estadounidenses, invertir el flujo de exportaciones de petróleo venezolano de China a Estados Unidos y, además, reducir drásticamente los contratos energéticos y mineros de su país con empresas chinas, iraníes y rusas.
Cuando Chávez asumió el poder, Venezuela exportaba unos 3 millones de barriles al día. Actualmente, exporta un millón de barriles y la mayor parte va rumbo a China.
El país caribeño posee enormes yacimientos de petróleo, además de gas natural y de otros minerales como oro, hierro, bauxita y coltán. Según un artículo del 2019, los yacimientos venezolanos se disponen de la siguiente manera:
- 5 mil millones en reservas de gas en Maracaibo, Maturín, Barcelona, Cumaná y Barinas, y cerca de 700 millones de metros cúbicos en la Faja Petrolífera.
- En 2018, la Faja Petrolífera del Orinoco contaba con 300.878.033 millones de barriles en reservas probadas.
- En el Arco Minero, tiene reservas de oro, diamantes y otros minerales como el coltán, usado en la fabricación de baterías eléctricas.
- Venezuela es la segunda reserva de oro del planeta, cuenta con 30 campos de oro en todo el país, se lo vende, sobre todo, a China y Turquía.
Esos serían los recursos que Maduro le ofreció a Trump. No obstante, no sólo el gobierno venezolano le ofreció la explotación de recursos a Washington. La actual “Nobel de la paz” y figura de la derecha escuálida, María Corina Machado, también presentó una propuesta económica privatizadora y saqueadora.
Según Machado “nuestro mensaje a las compañías petroleras es: las queremos aquí, desde luego”, “las queremos aquí no produciendo migajas de un par de cientos de miles de barriles diarios. Las queremos aquí produciendo millones de barriles diarios”. Además, la opositora ofreció a las empresas norteamericanas ganancias por 1,7 billones de dólares en 15 años en caso de que ella y su tendencia sean quienes encabecen el cambio de régimen en el país sudamericano.
Dentro del plan de la derecha venezolana se encuentra revitalizar la minería y el sector petrolero, los cuales representan el 40% de las oportunidades de inversión. Respecto al segundo, apuntan a recuperar el papel de Venezuela como centro energético en América Latina, aumentando la producción hasta llegar a 4 millones de barriles por día para el año 15 (contando desde el momento en que se produzca el cambio de régimen).
De esta manera, queda en evidencia que, mientras a nivel discursivo el imperialismo estadounidense usa la guerra contra las drogas para atacar a Venezuela, lo que ocurre por debajo de la mesa son presiones para expoliar los recursos minerales y energéticos del país.
Así, Maduro ofrece a Trump acceso a servirse de todos estos recursos, para que el inquilino de la Casa Blanca reduzca las presiones sobre el régimen. Es decir, a la boliburguesía lo que le importa es aferrarse a los puestos a cualquier costo, inclusive capitulando por completo a las presiones de expoliación territorial del imperialismo estadounidense.
Mientras tanto, la derecha escuálida hace lo propio ofreciendo un plan de privatización y sumisión al imperialismo estadounidense. La recién declarada Nobel de la Paz pide una intervención militar contra su país, que costaría muchísimas vidas, todo para imponer los intereses de las ganancias privadas y la expoliación.




