Este miércoles (17) se realizó un nuevo paro de actividades de los controladores aéreos en Ezeiza y Aeroparque. La medida se extendió desde las 8 hasta las 11 horas de la mañana.
La jornada de lucha se da en respuesta al ajuste en Aerolíneas Argentinas, en medio del cual el gobierno implementó una serie de medidas para reducir el déficit de la empresa estatal, incluyendo recortes de personal de forma injustificada, cancelación de rutas y reestructuración gerencial, con el supuesto fin de buscar la autosuficiencia e incluso la privatización.
Uno de los principales motivos del paro es el salarial. Los ingresantes cobran 800 mil pesos mensuales a pesar de ser una tarea altamente calificada. Otro es de seguridad, porque lo hacen para visibilizar y alertar a la población sobre el riesgo que implica el actual estado de deterioro del sistema.
El gremio también demanda la reincorporación de trabajadores despedidos sin causa en aeropuertos con emergencia dotacional, la revisión del monto por refrigerio y de trayectoria, la respuesta a más de 60 reclamos operativos y la reapertura de paritaria.
A esto se le suma la incansable lucha por paritarias por parte de los trabajadores, que sigue desinflando el bolsillo de aquellos que pudieron conservar sus puestos, pero que hoy también sufren a causa de la gestión Milei.
La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), defendió el llamado a paro por la ruptura de los canales de diálogo con las autoridades, el incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo, los despidos recientes y la erosión del poder adquisitivo del sector.
Fiel a su estilo anti-sindical, el gobierno de Milei denunció penalmente al gremio por el paro y por “haber comprometido la seguridad operacional”. La demanda la presentó la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N.º 3, bajo la titularidad del juez Daniel Rafecas.
EANA sostiene que la colocación de cartelería y banderas en las estructuras externas de las torres de control de Aeroparque y Ezeiza, atentaron contra la seguridad de las operaciones aéreas, pues son elementos distractores y obstructivos dificultan la visión y la concentración necesaria para las tareas de guía y seguridad que realizan los operadores en las terminales aéreas más transitadas del país. Un argumento burdo y sin sentido, con el cual quieren disimular el verdadero objetivo de la demanda judicial: atacar el derecho a la organización sindical y a la protesta de los trabajadores.
El sindicato ratificó la continuidad del plan de lucha para los días 23, 27 y 29 de diciembre.
La crisis de los trabajadores aeronáuticos
El conflicto que viven los controladores aéreos se desenvuelve en sintonía con la crisis laboral que afecta a la gran mayoría de los trabajadores a nivel nacional. Desde los obreros del neumático, pasando por los estatales (uno de los sectores más afectados), hasta los empleados de comercio de las Pymes, sufren las consecuencias de las medidas de ajuste del gobierno ultracapitalista de Milei y su objetivo declarado de terminar con el Estado desde adentro.
De hecho, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, reveló este lunes que Aerolíneas Argentinas está “en el camino hacia la irremediable privatización”. Ello fue durante la conferencia de prensa en Casa Rosada en la que presentó junto a Patricia Bullrich la reforma del Código Penal.
Para dar una idea del panorama, en el sector aeronáutico hubo una reducción del 43% en la estructura gerencial y se anticiparon despidos, señalando una reducción del 18% en la planta de personal en general.
La lucha de los trabajadores aeroportuarios requiere de la solidaridad de todas las organizaciones sindicales y movimientos sociales del país, pues hace parte de la pelea contra la “motosierra” del gobierno. Asimismo, no se puede dejar pasar la denuncia que impuso EANA, la cual es un ataque directo contra el derecho de organización sindical y de legítima protesta de los trabajadores.




