Desde el minuto uno de su gobierno, Javier Milei arremetió contra el arte, la cultura y particularmente el cine independiente. Como hemos desarrollado en estas páginas, desde la primera presentación de la infame Ley Ómnibus, tanto en su aspecto económico como en su aspecto político, Milei planteó eliminar cualquier aspecto progresivo de la Ley de Cine para poner el INCAA al servicio de los grandes estudios y plataformas extranjeras. Ahora, con su proyecto de reforma laboral esclavista, vuelve a la carga buscando legalizar la destrucción del cine independiente en Argentina.

Lo que plantea la reforma es una verdadera contrarrevolución laboral: se trata de un ataque generalizado, global y profundo, que pretende destruir los derechos de todes les trabajadores, al punto de cuestionar la condición misma del trabajo asalariado, habilitando por ejemplo el pago en especie. Y como parte de este ataque global, hay dos artículos referidos a derogar partes clave de la Ley de Cine y de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, legalizando así la destrucción del cine independiente en Argentina.

¿Qué dice la reforma laboral esclavista de Milei?

En el último apartado de la Ley, el TÍTULO XXVI: Derogaciones, aparecen los artículos 195 y 196. El artículo 195 deroga los incisos a), b) y c) del artículo 21 y los artículos 22 y 23 de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional N° 17.741. En el caso del 196, deroga el Título V y el inciso a) del artículo 136 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual N° 26.522.

¿Qué significa esto, no casualmente difícil de comprender? En ambos casos se derogan precisamente las partes que garantizan el financiamiento de dichas leyes.

El gobierno plantea eliminar el Fondo de Fomento Cinematográfico en la Ley de Cine, que es lo que permite que el INCAA pueda financiar películas a través de la venta de entradas. Es decir, se eliminan los subsidios que posibilitan la producción, exhibición, la realización de festivales y la promoción de películas nacionales.

Esto también implica el cierre de la ENERC (escuela de cine que depende del INCAA), que viene siendo también sistemáticamente atacada, con recortes de franjas horarias, el despido de trabajadores que garantizan áreas claves de su funcionamiento, viéndose particularmente afectadas sus sedes regionales NEA (Noroeste Argentino), NOA (Norte Grande Argentino), Cuyo y Patagonia Norte. Se busca legalizar la destrucción de este financiamiento y con él la posibilidad de producir cine por fuera del financiamiento privado, eliminando las miradas diversas y desde abajo que caracterizan al cine independiente.
Además, la reforma pretende derogar el Título V de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, principal fuente de financiamiento de diferentes organismos y programas culturales, afectando no solo al INCAA, sino también al Instituto Nacional del Teatro, al Instituto Nacional de la Música y a los medios públicos, como Radio y Televisión Argentina.

Es por esto que la comunidad audiovisual se encuentra en estado de alerta y movilización en defensa del cine independiente, y se prepara para movilizar junto a todos los sectores que se ven atacados por la contrarrevolución laboral esclavista de Javier Milei este jueves 18/12. El arte, la cultura y el cine independiente no son una mercancía más, sino un derecho de toda la sociedad.