Entreguismo "anarco capitalista"

La millonaria inversión de OpenAI y los escandalosos privilegios fiscales del RIGI

Leo la noticia de que OpenAI y Sur Energy construirán un megacentro de datos en la Patagonia, un proyecto bautizado como «Stargate Argentina» con una inversión de hasta USD 25.000 millones, y mi primera reacción es de profunda alarma.

Este anuncio, que los medios burgueses consideran como un «hito», es en realidad un ejemplo brutal de cómo el gobierno nacional de Milei está rifando los recursos del país a la tecnología imperialista, con costos sociales y ambientales altísimos.

Lo primero que salta a la vista es la confirmación de que este proyecto solicitará su adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). ¿Qué significa esto? Que una de las corporaciones tecnológicas más grandes del mundo, viene a hacer negocios en Argentina con estabilidad normativa garantizada por 30 años, gozando de:

  • Una alícuota reducida en el Impuesto a las Ganancias (25%).
  • Libre disponibilidad de divisas de exportación y acceso al mercado cambiario sin restricciones.
  • Exenciones aduaneras para importar todo lo que necesiten.

Sí, leyeron bien, Sam Altman (CEO de OpenAI), uno de los más grandes multimillonarios del mundo, no va a pagar un centavo de impuestos a importación y exportación. Tiene un 100% de exoneración de impuestos.

Mientras a los trabajadores argentinos se nos exigen ajustes brutales, se desfinancian la salud y la educación, y el acceso a la vivienda es un privilegio, a esta gigante tecnológica se le garantiza un paraíso fiscal y cambiario. El RIGI es un plan de despojo que, en lugar de beneficiar a los trabajadores, facilita la fuga de divisas y la apropiación de recursos.

La llegada de OpenAI a la Argentina se da en el marco de la escalada de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Recordemos que, a principios de año, el mismo Sam Altman estuvo involucrado en el anuncio de Donald Trump de una inversión de USD 500.000 millones en el proyecto Stargate a nivel global, como una «robusta declaración de confianza» en el potencial de EE. UU. para mantener el liderazgo en IA. Esto no es una inversión civil e inocente, es la avanzada de la estrategia imperialista de Washington, donde quiere fortalecer sus vínculos en América del Sur, para competir con China, y es tal vez Milei, uno de sus puntos por donde fortalecer ese vínculo imperialista.

Un punto no menor es que el corazón de esta tecnología no solo sirve para crear chatbots. Los sistemas de IA de estas empresas están íntimamente vinculados a la industria militar.

Diversas investigaciones revelaron que el ejército de Israel utiliza sistemas de selección de objetivos basados en IA (como el conocido «Lavender»), para generar masivamente «objetivos humanos» y bombardear complejos residenciales en Gaza, relajando al extremo los criterios para determinar qué es un blanco legítimo y acelerando la matanza de civiles. Estos sistemas de inteligencia artificial están diseñados junto a empresas civiles como Microsoft, Meta e incluso OpenAI, para clasificar a civiles y la infraestructura civil.

Traer esta tecnología a la Argentina, con todas las facilidades del RIGI, es entregar recursos y soberanía a empresas que son, en los hechos, proveedoras de la maquinaria de guerra que comete genocidio en Palestina. También, sirven para la explotación de trabajadores, como se demuestra con trabajadores de aplicación por reparto.

El anuncio publicado en los medios, menciona que el megacentro de datos se alimentará con 500 MW de energía renovable y aprovechará la disponibilidad de agua fría de la Patagonia para refrigeración. Esto es una burda mentira: la IA no es inmaterial ni «verde».

Tal como se señalan las investigaciones, la llamada «Nube» se sostiene sobre una base de explotación laboral (desde los mineros que extraen litio y tierras raras para los componentes, hasta los trabajadores de crowdsourcing precarizados) y un gigantesco costo ambiental:

  • Consumo energético colosal: Los servidores de IA requieren cantidades masivas de electricidad, y hasta un 40% de esa energía se destina sólo a la refrigeración, un proceso que, a su vez, consume millones de litros de agua diarios, poniendo en riesgo los ecosistemas de la Patagonia.
  • Contaminación: La fabricación de un solo modelo de lenguaje puede producir más de 660.000 toneladas de CO₂, equivalente a la vida útil de cinco automóviles.

En un país donde los derechos laborales están siendo atacados constantemente y la situación de los trabajadores es de extrema pobreza, entregar nuestros recursos estratégicos (tierra, agua y energía) a una empresa que facilita la guerra y maximiza sus ganancias a costa del planeta y de los trabajadores, es solo una muestra más del anarco capitalismo de Milei. La inversión millonaria de OpenAI es, en esencia, un proyecto de despojo nacional financiado por la miseria de nuestro pueblo y la destrucción ambiental.

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