Sigue el genocidio

La farsa de la «tregua» de Israel en Gaza y nueva ofensiva colonial en Cisjordania

La propuesta de "alto al fuego" de Estados Unidos aceptada por Israel no incluye ninguna posibilidad de ponerle fin a la "guerra". Es un plan de entrega de rehenes para después proseguir la destrucción de Gaza y los gazatíes.

Israel rompió unilateralmente la primera tregua este año, retomó la masacre como si nada hubiera pasado y pisoteó toda posibilidad de paz duradera. Los antecedentes son claros del por qué Hamas no acepta el supuesto «alto al fuego» propuesto por Estados Unidos.

El enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Steven Charles Witkoff, había dicho mostrarse «optimista» respecto al acuerdo.

El rápido aval de Netanyahu, antes de cualquier tipo de respuesta palestina, habla por sí misma. La duración inicial del cese de la masacre sería de 60 días. El trunco «acuerdo» implica la liberación de 10 rehenes en manos de Hamás a cambio de la liberación de 1.100 prisioneros palestinos encarcelados por Israel. Además, durante estos 60 días se permitiría el ingreso de ayuda humanitaria.

Las trampas son obvias. La propuesta de Estados Unidos apoyada por el gobierno sionista incluye el despliegue de las tropas de ocupación sionistas en Gaza de manera tal que puedan relanzar el ataque rápidamente. Se moverían hacia el norte y sur de la zona, además de asegurar el control del corredor Netzarim. Es una completa provocación: la propuesta de «tregua» no incluye ninguna retirada de tropas sino una reubicación perfecta para relanzar la masacre.

Es evidente que no hay ningún acuerdo posible que no incluya el retiro de las tropas. Después de romper el alto al fuego pactado el año pasado, Israel ya asesinó a más de 4 mil palestinos.

Netanyahu y los voceros internacionales del sionismo dicen que su plan es «derrotar a Hamas», siguiendo con la narrativa de que el problema sería un «grupo terrorista». Mientras de un lado dicen eso, del otro afirman que quieren expulsar a todos los palestinos y convertir Gaza en un paraíso turístico para ricos estadounidenses. No es algo marginal, ya todo el mundo lo vio a Trump defender la limpieza étnica con Netanyahu al lado. La «defensa» de Israel es entonces pedirle al grupo armado palestino más significativo de la Franja que rinda las armas para que más cómodamente puedan expulsar a más de 2 millones de palestinos. Es una burla.

Ofensiva colonial en Cisjordania

Mientras tanto, el sionismo lanza otro anuncio: el establecimiento de 22 nuevos asentamientos de colonos en Cisjordania. Así lo afirmó el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich: “Hemos tomado una decisión histórica para el desarrollo de los asentamientos: 22 nuevas localidades en Judea-Samaria”. El Estado sionista usa esos nombres para el territorio palestino de Cisjordania, en la Guerra de los Seis Días (1967).

La zona vive día a día el derrumbe de casas, las expulsiones, los maltratos, el corte de suministros para expulsar a la población palestina y reasentar allí a los colonos. Son grupos ultra radicales racistas que participan diariamente de hacer la vida de los palestinos un infierno.

La creación de 22 nuevas colonias es la avanzada más grande sobre la zona desde los «Acuerdos de Oslo». Esta farsa implicaba el reconocimiento de Israel de la «solución de dos Estados», que incluía la conformación de un «Estado palestino». El sionismo no solo nunca cumplió ninguna de las condiciones de los acuerdos. El hecho de que continúen con la construcción de colonias en territorio de un «Estado palestino» pone en evidencia quién es el responsable la supuesta «guerra». El sionismo es un proyecto colonial y de limpieza étnica, todo lo demás son excusas para exterminar a los palestinos para la construcción de un etno-Estado racialmente «puro».

El Estado genocida puede ser internacionalmente aislado

La movilización internacional de solidaridad contra el genocidio tiene resultados. Los ojos del mundo miran a Palestina y la presión popular obliga a los aliados imperialistas del sionismo a responder.

Gran Bretaña, Francia y Canadá amenazaron con sanciones a su aliado Israel si procede con los nuevos asentamientos. Estos son considerados ilegales por el derecho internacional y son denunciados regularmente por la ONU. Se estima que alrededor de 700.000 colonos sionistas viven entre 2,7 millones de palestinos en Cisjordania y la Jerusalén ocupada. Estos colonos cometen constantemente, y con absoluta impunidad, actos de violencia de todo tipo contra los palestinos, desde vandalismo hasta asesinatos. El objetivo es la expulsión sistemática para arrebatar definitivamente lo que les queda de sus tierras.

Cuando comenzaron las primeras manifestaciones masivas, Macron quiso perseguirlas acusándolas de «antisemitas». Hoy, se ve obligado a retroceder en su postura frente a la evidente catástrofe y masacre indiscriminada. En una conferencia de prensa en Singapur, anunció que las potencias europeas debían «endurecer su postura».

Por ahora son poco más que gestos y palabras. No hay ninguna política de embargo ni boicot concreto. Pero la presión para terminar con el genocidio se está haciendo sentir. Israel podría convertirse en un «Estado paria» como lo fue hacia el final de su existencia la Sudáfrica del Apartheid, el régimen de segregación racial brutal que gobernaba el país. Israel es un Estado de Apartheid, de segregación, de supremacismo racial y genocidio.

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