
El pasado sábado 30 de diciembre tuvo lugar una importante parada de organización y lucha de la comunidad del arte y la cultura. El sector reaccionó con la coordinación y la lucha frente al ataque directo que significa el DNU y la ley ómnibus, que cierra el Fondo Nacional de las Artes, el Instituto Nacional del Teatro, desfinancia las bibliotecas populares, el INAMU, la CONABIP, el INCAA, y el Fomeca, además de despedir miles de trabajadores de las distintas dependencias del Estado. A la extinción de la cultura independiente y la mercantilización del arte que pretende el gobierno de Javier Milei, se empieza a responder con la defensa activa.
La jornada comenzó con una multitudinaria asamblea de la coordinadora Unidxs por la cultura, espacio que se forjó al calor de la lucha contra la caducidad de los fondos de fomento y las asignaciones específicas de las actividades culturales, proceso que culminó con el triunfo de la prórroga por 50 años. Este 30/12, fueron 1000 personas las que colmaron la asamblea de forma virtual y presencial en el Auditorio de ATE Nacional.

Así, la convocatoria de carácter federal tuvo oradores referentes de diversos sectores artísticos, de la comunicación, sindicales y estudiantiles, que reflejaron cómo impacta el plan de guerra del nuevo gobierno en cada caso y plantaron bandera para la defensa activa. Con trabajadores, artistas y estudiantes sentados en las escaleras, pisos y balcones del auditorio, los cánticos fueron constantes y la lista de oradores tan larga que no logró llegar a terminarse. Se respiraba tanto la urgencia y preocupación por la magnitud del ataque, como la alegría de estar organizándose colectivamente para hacerle frente.
Después de varias horas de colorido intercambio y debate entre artistas (cine, teatro, música, danza, escritores, artistas visuales), técnicos, trabajadores de la cultura, bibliotecas, centros culturales, comunicadores, integrantes de pueblos originarios y estudiantes, se definió sostener la coordinación del sector impulsando un plan de lucha hacia el paro nacional del 24/1 convocado por la CGT y las dos CTA. Desde las especificidades de cada sector y territorio, se intervino con disposición a enfrentar el DNU y el mega proyecto de ley de Javier Milei con diferentes propuestas, expresándose la indignación y la bronca ante la destrucción que significa semejante ajuste a la cultura, el ataque al derecho a la protesta y la libertad de expresión; así como también se manifestó la necesidad de coordinar tanto masivamente dentro del sector como solidarizándose con otros sectores que se ven afectados.

En este marco, se hizo foco en la lucha por derribar las medidas del gobierno ejerciendo presión desde las calles y se acordó en la necesidad de que el Paro llamado por la CGT y las dos CTA para el 24 de Enero sea tomado como una herramienta de lucha, participando de forma independiente y exigiendo que se extienda a 24hs, aportando también desde la cultura y la comunicación para lograr masividad en las calles.
Consecuente al espíritu de la asamblea, se terminaron de votar resoluciones tales como impulsar un cacerolazo cultural nacional el 10/1 y promover una asamblea federal de la cultura con acción cultural el 20/1, e inmediatamente se puso en marcha la primera acción del plan de lucha: confluir con la movilización y el abrazo al Instituto Nacional del Teatro y del Fondo Nacional de las Artes, que tuvo lugar esa misma tarde.

Así, la jornada siguió con la movilización en defensa del Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro, que convocó a sectores aún más amplios en un recorrido que empezó por el FNA, pasó por la Radio Nacional, el Teatro Cervantes y culminó en el INT.
Cientos de artistas, comunicadores, trabajadores y estudiantes se desplazaron por las calles y veredas del microcentro, sumando cada vez más gente, provocando en los transeúntes sonrisas, aplausos y bocinazos musicales. En cada parada, se evidenció la diversidad de emociones que atravesaban a los presentes, primando nuevamente el repudio al ataque del DNU y la ley ómnibus, así como la alegría de reconocerse poniendo el cuerpo colectivamente para hacerle frente.
Al llegar al INT, la fuerza se concentró y potenció, despertando aún más curiosidad y simpatía a su alrededor. Nuevamente, se expresó la defensa del arte y la cultura y el rechazo a las medidas del gobierno de Javier Milei que se proponen destruirlos.
La convocatoria fue un espectáculo tal que terminó por protagonizar el corte de la Av. Santa Fé, llenándola de cantos de protesta y con promesas de volver a convocarse más temprano que tarde.






