Su ubicación, sus gestos cómplices de aprobación, fueron perfectos. Se merecen el Martín Fierro. ¿Por la cabeza…? ¡No! Por su actuación de primera durante el discurso del Presidente en la apertura de las sesiones 2022. Cuando afirmo que no habrá ni reforma jubilatoria, ni laboral, ni aumentos… de nada, ni menos que menos entrega de la soberanía, los gestos para la tribuna de los señores Héctor Daer y Pablo Moyano fueron impecables. La sincronización con los camarógrafos una maravilla. Una puesta en escena que, si no fuera trágica, estaría ternada para primer premio de la televisión pública.

Lamentablemente los actores/actrices de reparto que no sólo no estuvimos presentes, sino que tampoco se nos pregunta nuestra opinión sobre el acuerdo con el Fondo ni sobre ningún otro tema que afecte nuestra vida y nuestra lucha cotidiana por la supervivencia.

Pero que no se confíen tanto los productores de semejante farsa. Somos no sólo la mayoría que, por ahora no tiene voz, sino que también somos los/as que ponemos en marcha las máquinas en las fabricas, los/as que damos clases a los/as niños/as y jóvenes y un largo etcétera.

Aunque lo que predomine por ahora sea la pelea por el día a día y la incertidumbre a nivel más general de los asuntos, no se confíen tanto las primeras figuras del elenco.

Tardamos en ponernos en movimiento, pero cuando lo hacemos, podemos cambiar no sólo el elenco, sino también el libreto.

Hoy fue la presentación, con una manifestación minoritaria de algunos movimientos sociales para apoyar la gestión presidencial.

Estamos firmemente convencidos/as de que debemos movilizarnos convocando a la juventud, las mujeres y los trabajadores para oponernos totalmente a este acuerdo que, más allá de los discursos “convincentes” de Alberto Fernández y el Frente de Todos, y la “huida opositora” de la oposición de Juntos, más temprano que tarde, nos someterá aún más a nuestros verdugos.