Juan Cruz Ramat: «anticapitalismo es cuestionar los intereses de las 200 empresas que controlan las exportaciones»

El precandidato a Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires, en la Convención Nacional del Nuevo MAS del Día Internacional de los Trabajadores.

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Juan Cruz Ramat

Buenas tardes a todos, muy interesante la mesa. Puede ser que en este momento la sensación sea que falta una bocanada de aire fresco. La discusión es si hay esperanza o es todo desesperanza. Es la discusión sobre el capitalismo. Cuando Cristina dice en su discurso electoral -sin programa y sin candidato- que la discusión no es capitalismo o anticapitalismo, ¿entonces para qué lo decís? Es que hay una discusión clara. Porque la vivencia cotidiana te remite a un problema global, un problema de conjunto, lo vivencias en el cuerpo de manera permanente.

Cuando vas al trabajo y sos explotado, siempre fuiste explotado pero ahora es una explotación que ni siquiera te da alguna posibilidad de futuro, no te da posibilidad de planificar, no te da posibilidad de aspirar a cosas que ni siquiera son grandes cosas, te quita hasta lo más mínimo, cuando el capitalismo «ya no enamora», como decía Boby, hay un problema grueso.

Hay índices de la crisis y del fracaso del capitalismo en Argentina. Y la nuestra es una mirada anticapitalista porque está fundada en una esperanza para los trabajadores: que no es verdad que todo siempre tiene que ser igual y que estamos condenados a esta basura.

Algunos índices. En Argentina el 0,4% -ni siquiera el 1%- de las familias concentra el 61% de la riqueza. Es un capitalismo que ha triunfado en fundar la mayor desigualdad posible. Tenemos a siete de los mayores millonarios del mundo que hacen negocios en este país. Mientras tanto tenes un 40% de pobreza, 1 de cada 2 pibes son pobres. Si tenes trabajo no está garantizado que no seas pobre, un nuevo fenómeno. Podes ser trabajador y ser pobre, podes estar 12 horas arriba de la bici y no llegar a fin de mes.

Esto es loco: faltan dólares mientras hay 400.000 millones de dólares afuera del país, y la tienen los capitalistas que se la fugan y especulan. Y no estamos contando las propiedades: yates, obras de arte, propiedades en el exterior, etc.

Hay un balance de conjunto del capitalismo argentino y de su personal político. Miren, la concentración que hay en Argentina dice que hay 200 empresas que representan el 92% de lo que se exporta en Argentina. La extranjerización ha crecido: 6 de cada 10 empresas son extranjeras, y esas 6 empresas concentran el 72% de la ganancia. Con esto queda más claro contra quien va dirigido el programa anticapitalista.

También hay reprimarización de la economía. Nosotros tenemos una economía que funciona en gran parte por la agroexportación, pero gran parte de la sociedad está concentrada en sectores urbanos. Ha habido una situación de reprimarización y desindustrialización, han reventado la industria.

Y como es lógico, toda crisis capitalista global que se expresa en lo social y lo económico también se expresa en lo político. Las dos grandes coaliciones que gobernaron los últimos ocho años, y tendríamos que incluir antes también al kirchnerismo, tienen una crisis exorbitante. Pasaron a ser hace ocho años atras las dos grandes coaliciones que concentraban la mayor cantidad de votos a prácticamente perder la hegemonía. Hay una dispersión, hay una crisis y la gente empieza a dudar: «¿otra vez lo mismo?».

¿Cual es la situación de fondo? la administración con concesiones del kirchnerismo no logró desandar el andamiaje neoliberal de los años ’90. La precarización laboral viene de ahí, y sigue hasta el día de hoy. Macri hizo neoliberalismo, y también fue un fracaso completo. En el 2017 los trabajadores le paramos la chata mal, y el tipo hasta el día de hoy no se puede presentar a candidato. Y por último está este gobierno, que intentó trazar una diagonal entre lo social y lo liberal y llegamos a esta situación.

Entonces hay varias preguntas, porque el «ala social» del capitalismo, el kirchnerismo, se quedó sin programa frente a la sociedad, y eso genera una crisis enorme, del «relato» pasamos al silencio, al vacío. ¿Cuantos están dispuestos, me refiero a la sociedad, a volver a repetir la misma canción? ¿No pasa nada? ¿O más bien se abre una posibilidad enorme de que sectores de la sociedad empiecen a mirar otras alternativas, alternativas esperanzadoras y no desde la desesperanza o la desesperación, como lo expresa la ultraderecha? Una mirada que parta de dar vuelta la tortilla, ¿no está eso planteado? nosotros opinamos que sí. Está todo puesto en cuestión, es verdad, por derecha y por extrema derecha, pero también por izquierda.

En todo este contexto, opinamos que están dadas las condiciones para hacer cosas históricas. Les voy a decir rápidamente algunos elementos que conectan el anticapitalismo con la vida cotidiana de la gente. Nuestro programa está estructurado alrededor de los problemas de los trabajadores. ¿Alguien escuchó la palabra ‘salario’ entre todos los políticos tradicionales que hablan? Nuestro programa se estructura alrededor de los $500.000 de salario indexado para todos los trabajadores. Eso es una medida de soberanía, porque le arranca parte de las ganancias que los capitalistas se fugan, y hace que se queden acá. Es también una medida antidolarización, porque pone el precio en pesos de las cosas. Y es una medida evidentemente antiprecarización. Opinamos que la palabra ‘shock’, que en boca de ellos es detestable porque significa un trauma social, un redoblamiento del ajuste, ‘shock’ tiene que ir acompañado de la palabra «anticapitalista». Queremos llevar adelante un shock anticapitalista y antiinflacionario.

Se puede solucionar en seis meses el problema de la inflación. Miren, les voy a decir algunas cosas nada más. Congelamiento de precios: en Argentina hay 20 empresas que controlan el 78% de los precios en góndola. Tenes solo seis empresas supermercadistas que venden el 80% de lo que se comercia. Son 26 empresas en total que hay que congelarle los precios, esto lo digo para recalcar de nuevo para quien es el programa anticapitalista.

Además hay que prohibir los despidos. En medio de esta crisis social y económica tiene que estar prohibido y tiene que haber pena para los que despiden y juegan con la situación de la gente. Tienen que tener miedo de seguir estafando.

Alguna cosa más, como el 50% de retenciones, y les voy a decir por qué. El porcentaje actual de retenciones significa sólo el 8% de lo que recauda el Estado. ¿Quien financia el Estado entonces? Fundamentalmente el IVA, o sea lo que pagas cuando vas a comprar comida, y el impuesto a las ganancias. ¡Hay que dar vuelta la tortilla, tienen que pagar más ellos!

Para cerrar, tenemos por delante un largo año que dura practicamente dos. El de las inmediatas definiciones políticas. Y el de lo que venga después. Quiero ver si les da la nafta para hacer lo que dicen que van a hacer. Porque los trabajadores cuando muestran los dientes no joden, no andan con chiquitas. Nos vamos a preparar para esa situación.

Pero en lo inmediato hay una disputa por la cabeza. La cosa no está cerrada, hay posibilidades a la izquierda y tenemos que ser consciente de eso. Hay un sector que no mira a la derecha, que quiere una alternativa anticapitalista. Y en ese sentido queremos cerrar diciendoles a los compañeros y compañeras del FITU que tienen que despertarse. Basta de dormir la siesta parlamentaria y quedarse en la chiquita de los carguitos. Hay que mirar al futuro con ambición. Y para eso no podemos regalar el argumento de que los anticapitalistas hablan mucho pero después van separados. Que no nos quieran endilgar eso. Llamamos a la responsabilidad al conjunto de la izquierda porque lo que tenemos por delante son grandes desafíos. Vamos a una PASO para unificar a la izquierda y ser una alternativa para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras.

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