De acuerdo a Ibrahim Khraishi, observador permanente del Estado de Palestina ante la Oficina de las Naciones Unidas, desde el inicio de la masacre sionista en la Franja de Gaza, aumentó dramáticamente el número de personas con discapacidad debido al uso excesivo y deliberado de la fuerza por parte de las fuerzas de ocupación.

Los soldados sionistas mutilaron de forma directa y selectiva a 4.800 personas; un 76% perdió parte de sus extremidades superiores y un 24% las inferiores. En promedio, diariamente diez niños pierden una o ambas piernas. Por este motivo, hoy Gaza es el hogar del mayor grupo de niños amputados de la historia moderna.

Estos datos corroboran que Israel tiene una política deliberada de mutilar los cuerpos de la población palestina. Además de afectar la salud y vida de las personas directamente afectadas, las mutilaciones son un “mensaje” para la población palestina: váyanse de aquí o vamos a transformar su vida en una desgracia.

En una reunión del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, varios ponentes denunciaron que “la discapacidad formaba parte ahora de la vida de muchos palestinos. Algunos ponentes afirmaron que las personas con discapacidad en el territorio palestino ocupado se habían visto privadas de derechos y servicios. No podían responder a las alertas o advertencias de operaciones militares debido a su discapacidad.  Muchas personas con discapacidad habían muerto porque sus casas o refugios habían sido bombardeados y no habían podido huir. Un orador dijo que alrededor del 92 % de las personas con discapacidad no podían acceder a alimentos o medicamentos, y que aproximadamente el 83 % había perdido sus dispositivos de asistencia, lo que aumentaba enormemente su vulnerabilidad”.

Asimismo, la ONU asegura que 19.000 niños han muerto producto de los bombardeos y el bloqueo criminal que impuso Israel sobre el enclave palestino.

Mientras esto ocurre, el presidente estadounidense Donald Trump, aseguró en la prensa que Netanyahu era un «héroe de guerra», una declaración que simboliza un respaldo al genocidio que lleva a adelante el gobierno fascista de Israel.

Lo que sucede en Gaza es un ejemplo de barbarie planificada por parte del gobierno fascista de Israel, cuyo único punto de comparación en la historia moderna es la brutalidad del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.