Este miércoles (13), el jefe del Estado Mayor del ejército sionista aprobó el plan para tomar y ocupar Ciudad de Gaza y los campamentos de refugiados en las zonas aledañas.

Se estima que en esta zona “residen” (mejor dicho, sobreviven a duras penas) cerca de un millón de personas. Por este motivo, la ocupación militar de la zona forzaría el desplazamiento de cientos de miles de personas y, además, dificultaría aún más la distribución de alimentos.

Actualmente, un 75% del territorio está bajo control directo de las “Fuerzas de Defensa de Israel” (FDI), pero la cifra aumenta a un 86% al incluir las zonas bajo órdenes de evacuación.

De acuerdo al premier sionista, el nuevo plan “no tiene como objetivo ocupar Gaza, sino desmilitarizar Gaza”, un juego de palabras para ocultar sus verdaderas intenciones de apropiarse del territorio palestino.

Además, según el derecho internacional, las fuerzas ocupantes tienen responsabilidades  para con la población de los territorios bajo su control, como garantizar el bienestar y la protección de la población civil, así como satisfacer sus necesidades básicas (ver Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra).

Por este  motivo, no aceptar discursivamente la naturaleza colonial de la operación, es una maniobra del gobierno fascista de Netanyahu para desentenderse de las obligaciones que le correspondería cumplir en tanto que fuerza ocupante. Es decir, el sionismo la viola sistemáticamente en todos los territorios que ocupa, donde somete a los palestinos a un régimen de apartheid y, en el caso de Gaza, a un genocidio en todo el sentido del término; no obstante, trata de guardar las apariencias para no alimentar el descrédito a nivel internacional.

Otro ejemplo de los juegos de palabras sionistas, son las declaraciones que brindó Netanyahu esta semana a un canal israelí, en la cual aseguró que lo correcto era permitir la “migración voluntaria” de la población de Gaza.

“¡Denles la oportunidad de salir! Primero, de las zonas de combate, y también de la Franja si quieren (…) No los estamos expulsando, sino permitiéndoles salir (…) Todos los que se preocupan por los palestinos y dicen que quieren ayudar a los palestinos deberían abrir sus puertas y dejar de darnos lecciones“, declaró el genocida en un nuevo intento de embellecer el genocidio que lleva a cabo en la Franja de Gaza.

Junto con esto, los medios de prensa reportaron que las fuerzas de ocupación asesinaron a 123 gazatís el martes. Esta cifra denota la escalada de las masacre contra la población civil en el enclave, algo que hace parte del plan sionista para fomentar la “migración voluntaria” y apropiarse de las tierras. En otra palabras, «migración o plomo».

Todo lo anterior comprueba que el sionismo se radicalizó en los últimos dos años, liberando las tendencias más extremistas que contiene todo proyecto político de ocupación colonial. Es necesario redoblar los esfuerzos internacionales para convertir a Israel en un Estado paria e incrementar la presión política y económica para detener el genocidio sobre el pueblo palestino.