La ESMA -Escuela Mecánica de la Armada- fue uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más grandes puesto en funcionamiento por las Fuerzas Armadas durante la dictadura cívico-militar del ‘76. Allí fueron secuestradas alrededor de 5000 personas como parte del plan sistemático que llevó adelante la dictadura cívico-militar en el país para exterminar a toda una generación de militantes políticos, trabajadores y trabajadoras, estudiantes.
Además de funcionar como centro clandestino de detención, la ESMA mantuvo su rol de escuela de las Fuerzas Armadas implementando un adoctrinamiento ideológico que buscaba deshumanizar a aquellos sectores “subversivos” de la sociedad que se organizaban por la transformación del mundo. También cumplió un papel en el encubrimiento y la justificación del accionar de la dictadura hacia afuera, obligando a través de trabajos forzados a los secuestrados a producir material comunicacional y político que tapara los hechos que ocurrían en Argentina. Fue hogar de altos mandos militares, quienes vivían cómodamente a metros de los horrores que imponían a los secuestrados con la tortura y las terribles condiciones a las que eran sometidos. Es impactante el testimonio de Andrea Krichmar, que se reproduce en la “Casa del Almirante”, donde ella relata como la hija de Rubén Chamorro[1], la invitó a jugar al lugar de “trabajo” del padre. Un relato que, de manera muy simple, da muestra del nivel de cinismo y de impunidad: invitar a jugar a las amiguitas de su hija a 50 metros de donde estaban torturando y asesinando, como si nada.
Por todo esto, hoy en día es uno de los espacios para la memoria más emblemáticos del país y fue consagrado Patrimonio Mundial de la UNESCO, una conquista que significa un reconocimiento internacional al valor histórico del predio. Entendiendo la importancia de la existencia de estos espacios para la memoria, que fueron recuperados y resignificados por vía de procesos de movilización y lucha de la clase trabajadora, sobrevivientes, familiares de desaparecidos, y organismos de Derechos Humanos, es que visitamos la Ex ESMA y planteamos la necesidad de defenderla.
Desde el ¡Ya Basta! Derecho organizamos esta visita guiada todos los cuatrimestres, con gran convocatoria para estudiantes de la Facultad que se interesan por conocer la historia del predio, interpelados por la lucha en torno a los derechos humanos. Conocer de primera mano uno de los lugares donde se desplegó la brutalidad de la dictadura y todo su plan de exterminio, recuperar las identidades de lxs compañerxs detenidxs-desaparecidxs que lo atravesaron y generar un espacio para reflexionar sobre la importancia de los espacios de memoria en la actualidad es la forma que las nuevas generaciones tenemos para mantener el contacto con la historia de nuestro país y reafirmar nuestro compromiso con la lucha por los derechos humanos. La visita guiada no sólo recupera lo sucedido en el centro clandestino, sino que también significa una puesta en valor de la militancia anticapitalista de lxs detenidxs-desaparecidxs: militancia contra todas las formas de explotación y de opresión, por la transformación de todo el sistema.
Esta nueva visita a la ex ESMA es impulsada en un contexto donde el gobierno de Milei, que no es sólo negacionista del genocidio sino que sostiene un discurso apologista del accionar de la dictadura, busca atacar los espacios para la memoria y las políticas de memoria en general. La visita también es un antídoto contra el individualismo: es emocionante leer y escuchar relatos cargados de solidaridad, incluso en los lugares más oscuros y sufriendo las torturas más terribles.
Uno de los mayores ataques recientes a las políticas de memoria y derechos humanos ocurrió a fines de junio de este año con el despido de más de 60 trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos, entre los cuales un importante número son trabajadores de la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria. Estos despidos implican un desmantelamiento de áreas fundamentales para el sostenimiento de la memoria así como para los procesos de justicia que no han acabado: áreas como el Archivo Nacional por la Memoria, Leyes Reparatorias, y la CoNaDI.
Así, el gobierno de Javier Milei ataca directamente el funcionamiento de los sitios de memoria ya que cada uno de esos trabajadores sostiene día a día tareas pedagógicas, de investigación, conservación, y archivística que son imprescindibles en cada uno de estos espacios. Se trata de un vaciamiento de los sitios que materializan la historia sobre lo sucedido durante la dictadura en nuestro país, y por eso esta avanzada contra los espacios de memoria es parte de un cuestionamiento a la lucha por los derechos humanos en su conjunto.
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Esto se da en el marco de la instalación de un clima reaccionario que, junto con el cuestionamiento a los derechos humanos, cuestiona a su vez la protesta social (materializada, por ejemplo, en la persecución a los movimientos sociales independientes) y la militancia política. Una expresión gravísima de esta coyuntura se está dando en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde han aparecido pintadas de odio anónimas dirigidas contra la agrupación del ¡Ya Basta! y la militancia política en la facultad. Estas pintadas incluyen calumnias contra una agrupación con una importante trayectoria de organización en la facultad, mensajes con contenido machista y también banalizador de la violencia de género, e incluso amenazas de muerte.
Sin dudas estamos ante una campaña fascistoide que, escondiéndose en el anonimato de las pintadas, prepara el terreno para la violencia física: así son los métodos de la extrema derecha. Repudiar estas campañas de odio es una responsabilidad de todos aquellos sectores que defienden los derechos humanos y la protesta social, como lo han hecho importantísimas figuras que han firmado en repudio a esta situación, como Estela de Carlotto y Adolfo Pérez Esquivel.
En esta coyuntura reaccionaria, visitar y defender los espacios de memoria como la ex ESMA ante el peligro de cierre y vaciamiento por parte del gobierno negacionista de Milei es fundamental. No sólo para conocer la historia que éstos materializan sino también para reivindicar y mantener en alto de lucha de los 30 mil detenidxs-desaparecidxs. Lucha anticapitalista que planteaba la transformación del mundo de raíz.
[1] Vicealmirante de la Armada, director de la ESMA y responsable directo del Grupo de Tareas 3.3.2.




