«Urge solucionar este tema porque probablemente la Argentina que se viene va a tener que tomar medidas no gratas que traigan aparejadas un incremento de conflictividad social que tal vez requiera la participación de las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas para restablecer el orden” dijo Cecilia Pando en redes sociales.
Con esta declaración cristalina, sin ambigüedades, la señora Cecilia Pando, defensora a ultranza del genocidio de la última dictadura en la Argentina, arenga sobre la necesidad de encolumnar férreamente a las FFAA para llevar adelante la represión futura próxima.
Como bien sabe la señora Pando, el plan “motosierra” que tienen preparado no puede pasar si no se aplica una feroz represión a todos/as los/as que lo enfrenten.
Y para esa eventualidad es que la señora advierte al próximo gobierno que hay que tener las fuerzas represivas listas, sin fisuras ni discusiones molestas. Y para ella, el principal inconveniente para sellar esa unidad de las fuerzas del orden, es la condena a más de 2.000 represores en los juicios de lesa humanidad. Aunque sólo un tercio de ellos están en cárceles (el resto está en arresto domiciliario) la señora reclama la liberación inmediata de estos detenidos “injustamente” para no tener rencillas molestas que perjudiquen un accionar “contante y sonante” de los guardianes del poder.
Su reclamo no es el primero que surge desde las voces de La Libertad Avanza, se une a todos los pedidos que han levantado desde este espacio político durante toda la campaña electoral, debate televisivo incluido, al afirmar que “sólo hubo excesos” de parte de las fuerzas del orden.
Intentan que retrocedamos en décadas de lucha constante de familiares, sobrevivientes, trabajadores, mujeres, jóvenes, para que los genocidas vayan a donde tienen que estar: en cárcel común y efectiva.
Es un reclamo doblemente perverso. Porque atenta contra las conquistas logradas (aunque falten muchas más) y apunta a prepararse bien ellos para reprimir ferozmente las futuras movilizaciones que, seguramente, aflorarán frente a los planes de explotación y sometimiento superiores que llevarán adelante.
No les dejemos alternativas. No les demos la posibilidad de que lo concreten. Que no se aprovechen de nosotros robándonos el voto para un proyecto para liquidar todas las conquistas y reprimirnos ferozmente, frente a nuestra oposición, cuando lo lleven adelante.
¡Démosle la espalda a Milei y a todo su staff de negacionistas y defensores de los represores de ayer y del futuro próximo!