Gaza

El secuestro de Greta Thunberg y sus compañeros de la Flotilla de la Libertad pone en evidencia la impunidad del Estado sionista

El ataque con químicos y secuestro de la Flotilla de la Libertad, en la que viajaban Greta Thunberg y otras personalidades para llevar ayuda humanitaria a Gaza, pone en evidencia la impunidad colonial del Estado de Israel. El sionismo pasa por encima de toda "ley internacional" con la mirada cómplice del imperialismo occidental.

El barco, llamado Madleen, forma parte de la Coalición Flotilla de la Libertad. En él viajaban Greta Thunberg y otras personalidades hacia Gaza, llevando consigo alimentos, entre ellos arroz, harina, fórmula para bebés, pañales etc. La ayuda humanitaria que cargaba era simbólica. Se estiman que se necesita el ingreso de unos 500 camiones diarios para poder satisfacer las necesidades más elementales de la población gazatí.

El rol del barco solidario no era en sí mismo llevar ayuda humanitaria, que no iba a hacer la diferencia. Su objetivo era poner de nuevo los ojos del mundo en el bloqueo sobre Gaza del sionismo.

La narrativa de Estados Unidos y la Unión Europea insiste con presentar a Israel como el país embanderado de la «libertad» y la «democracia». Pero el Madleen pone las cosas en su lugar. Israel no tiene ningún derecho a abordar ningún navío en aguas internacionales. Y, sin embargo, lo ha hecho antes y lo vuelve a hacer ahora.

Huwaida Arraf, un abogado palestino-norteamericano activista de la Coalición Flotilla Libertad lo dijo claramente: «Estos voluntarios no están sujetos a la jurisdicción de Israel y no pueden ser criminalizados por llevar ayuda o desafiar un bloqueo ilegal- su detención es arbitraria, fuera de la ley, y debe terminar inmediatamente».

De la misma manera, no tiene ningún derecho sobre la costa de Gaza, territorio al que supuestamente iban a reconocer como parte de un «Estado palestino» en los fraudulentos Acuerdos de Oslo. El bloqueo, la colonización y la sujeción de los palestinos a la condición de «no ciudadanos» nunca terminó. Tampoco el control sobre sus territorios.

 

Los Acuerdos de Oslo estipulaban que los palestinos podrían hacer uso de 37 kilómetros de mar desde sus costas para la recreación, la pesca y la extracción de recursos naturales. Esa «concesión» de Israel es apenas el 10% de lo establecido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar para un Estado soberano. Ni siquiera eso fue respetado por el Estado sionista. La población palestina ha sido aislada del resto del mundo por tierra y por mar, y el bloqueo ha destruido también su tradicional actividad pesquera y marítima.

El Madleen fue llamado así en homenaje a Madleen Kulab, la única mujer pescadora de Gaza. Tanto sus barcos como los pesqueros palestinos en general han sido sistemáticamente bombardeados y hundidos por Israel. «Estoy profundamente descorazonada» dijo Kulab a Al Jazeera. «Había anticipado fuertemente este escenario, pero realmente esperaba un milagro y que de alguna manera el barco lograra romper el bloqueo y alcanzar Gaza».

El Madleen es el segundo barco en emprender esta travesía en lo que va del año. El primero, el “Conscience”, partió a principios de mayo, pero antes de recoger a los activistas que serían parte del viaje, fue atacado por drones en aguas internacionales. Israel es el principal acusado de este atentado. Durante la noche del martes, mientras navegaban a la altura de Malta, la embarcación fue nuevamente sobrevolada por drones, lo que activó de inmediato las alarmas en las redes sociales y medios dedicados a cubrir el viaje.

Esta no es la primera vez que se busca romper el bloqueo por mar. En el 2010, la Flotilla de la Libertad intentó un viaje similar con destino a Gaza. El Mavi Marmara había partido de Turquía en una misión similar a la del Madleen. Un comando israelí asaltó el barco y asesinó a 9 personas. Las víctimas todavía no han tenido ningún tipo de justicia.

El objetivo de los valientes tripulantes del Madleen era precisamente continuar con el legado del Mavi Marmara. La presencia de figuras de reconocimiento internacional tenía el objetivo de hacer más difícil para el Estado de Israel la perpetración de una nueva masacre.

Israel no tiene derecho alguno sobre las aguas internacionales y, sin embargo, las controla a discreción. No tiene derecho alguno sobre ciudadanos de otros países, y sin embargo los detiene. Israel se maneja con impunidad, pisoteando abiertamente toda «ley internacional».

La ONU y el «derecho internacional» fueron establecidos como respuesta a las atrocidades de los nazis. El establecimiento de «leyes internacionales» y las Naciones Unidas era presentado como una suerte de democratización de las relaciones internacionales. Estados Unidos y sus aliados se querían mostrar como los embanderados de la democracia fronteras adentro y fronteras afuera, en las relaciones internas de los Estados y las relaciones entre los Estados.

Supuestamente, querían poner fin a la impunidad de las potencias, a la imposición de la ley del más fuerte. Israel es uno de los ejemplos más palpables de que nada de esto funciona realmente. El imperialismo ampara la impunidad del pisoteo sistemático del «derecho internacional» por parte de Israel. El sionismo perpetra con impunidad atrocidades análogas a las de los nazis. Israel es un Estado genocida y colonial. Los valientes tripulantes del Madleen han puesto frente a la vista de todo el que quiera ver la impunidad fascista del sionismo.

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