
Baradel salió a decir que (palabras más, palabras menos) esperan un acuerdo que le gane a la inflación. La pregunta es ¿alcanza sólo con ganarle a la inflación? ¿De qué inflación estamos hablando: interanual o acumulada del 2020? Pero parece que para el principal dirigente gremial de la docencia bonaerense estas son preguntas sin respuesta.
Veamos entonces que fue lo que paso con el salario docente en los últimos años para entender por qué no podemos quedarnos en “la chiquita” de exigir que el acuerdo paritario supere a la inflación y que debemos exigir un salario mínimo igual a la canasta básica familiar.
La “evolución” del salario docente
Si uno toma una foto de la última década sobre un cuadro del salario docente puede ver algo de agosto del 2010 a agosto del 2020 el salario docente pasó de $1900 a $30000. Lo cual podría parecer un logro pero veremos que no es así. Los altos salarios subproducto del Argentinazo y las luchas de los trabajadores en los primeros años del Kirchnerismo, fueron siendo vapuleados a través de diferentes mecanismos, como las paritarias por debajo de la inflación o la devaluación del peso.
Tomemos dos variables de comparación para relacionar nuestro salario con su poder de compra. Una será la CBT (Canasta básica total, que determina la línea de la pobreza) y la CBA (Canasta básica alimentaria, que marca la línea de la indigencia); la otra variable será el dólar. Tomemos el cargo MG (Maestro de grado, sin antigüedad) como parámetro, pero hay que tener en cuenta que hay docentes que no llegan a completar un cargo siquiera.
Si en 2010 el salario inicial docente rondaba los $1900 pesos, estos equivalían a unos 475 dólares (dólar oficial $4 aproximadamente). Si lo comparamos con la CBT vemos que esta rondaba en los $1200, por lo que un docente podía mantener a su familia por encima de la línea de la pobreza. De allí la “celebre” frase de Cristina “los docentes son trabajadores privilegiados, trabajan 4 hs y tienen 4 meses de vacaciones”, cuyas falacias no son objeto de análisis en estas líneas y que cualquier docente sabe que esto no es así.
Hagamos un salto temporal al 2015, los $7000 que percibían los docentes eran a cotización oficial ($9) unos 775 dólares. El lector dirá “que generosidad, cuanto aumento salarial en términos reales”. Déjeme adelantarle que no. Si bien los docentes venían de la histórica lucha del 2014 contra el gobierno de Scioli, los problemas macroeconómicos del país fueron mermando las conquistas de aquella paritaria. La aparición del dólar blue nos arroja otro dato, así el salario docente representaría unos 466 dólares; pero la cruda realidad golpea al mirar la CBT de $12500, es decir que los trabajadores de la educación estaban por debajo de la línea de la pobreza y con un amplio margen, aunque se encontraba por encima de los $5200 de la CBA.
Hasta aquí digamos que el salario pasó de representar 1 Canasta Básica Total y media en 2010 a 0,56 en el 2015. Hablemos de retroceso salarial.
Si seguimos por esta senda quinquenal nos olvidaríamos de la gestión Macri y Vidal que también tienen algo interesante para decirnos. Que a pesar de toda la perorata tampoco les importaba la educación pública. Veamos.
En 2017 el acuerdo paritario cerrado con la entrega de la burocracia sindical del FUDB (compuesto por SUTEBA, FEB, UDOCBA y otros) nos dejó con un salario de $12000, que al cambio oficial ($18) representaba unos 665 dólares. Si lo comparamos al 2015, estaríamos peor respecto al tipo de cambio oficial pero mejor respecto del “paralelo”. Sin embargo volvamos a nuestra CBT y CBA, que representaban, aproximadamente, $17000 y $6600 respectivamente, es decir que nuestro sueldo era 0,7 canastas. Otra vez un salario por debajo de la línea de la pobreza, otra vez condenar a los docentes a la miseria y a la sobreexplotación con la necesidad de trabajar doble turno (lo que ya sabemos que implica, doble estudiantes, doble planificación, doble corrección, doble recursos didácticos. elementos no contemplados en nuestro salario).
La frutilla del postre, el 2020. Nuestro sueldo para el mes de agosto rondó más o menos los $30000. Ahora bien, volvemos al problema del dólar oficial ($80) y el dólar blue ($140). Con el primero nuestro salario equivaldría a unos 375 dólares, y con el segundo unos 215 dólares: acá encontramos a los especuladores que se compraban los 200 dólares mensuales para guardárselos según Alberto Fernández. La canasta básica total de este año está tasada en $45000, otra vez (usted complete la frase). Por lo que el salario representa 0,66 canastas.
Hay que salir a las calles por un salario digno
Si repasamos la foto una vez más de esos $1900 a estos $30000, nos encontramos con dos cuestiones. En valores internacionales, nuestro sueldo bajo de 475 dólares a, siendo generosos, 375 (aunque nadie cree que ese sea el tipo de cambio real). En términos de capacidad de compra paso de representar 1,5 CBT a 0,66 CBT, es decir más del 50% de caída salarial.
Ante esto la burocracia sindical, hoy encarnada por la celeste de Baradel y el SUTEBA, nos dice que nos quedemos en casa, y que ellos velan por nuestros derechos, exigiendo un aumento para el segundo semestre que iguale la inflación. Según INDEC esta lleva acumulada un 20%, así que siendo generosos nuestro sueldo llegaría a los $36000. Una vez más quieren cerrar paritarias a la baja.
Un acuerdo que nos sigue dejando por debajo de la línea de la pobreza, cuando somos los docentes los que garantizamos la continuidad pedagógica desde nuestro bolsillo, ya que sin computadoras ni internet no habría educación virtual. Mientras tanto el gobierno le cedió al planteo golpista de la bonaerense y a los docentes nos saca a bailar un minué del que no formamos parte.
Es necesario organizarnos en cada escuela, realizando asambleas, y salir a las calles, junto a las seccionales Multicolor, a exigir un salario básico de más de $45000 para que los docentes dejemos de ser una variable de ajuste. Actos públicos ya, para que deje de haber docentes sin salario y estudiantes sin clases. Una garantía salarial que iguale los ingresos a la canasta básica familiar. Para esto es necesario dejar de pagar la deuda externa y la aplicación urgente de un verdadero impuesto a la riqueza. La plata está, que vaya para la educación.